CAPITULO 15 TEN CUIDADO DE LOS DRAGONES QUE ROBAN EL ALMA

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Alethea despertó y aprensiva noto que Rubens no estaba a su lado, entonces vio la puerta que daba al baño abrirse y apareció el, recién bañado con su bata de baño puesta, oliendo rico y su pelo desprolijo y húmedo que daba esa apariencia tan fresca y menos rígida.

Ella no pudo evitar que su boca se curvara en una amplia sonrisa y que el correspondió con esos ojos brillantes y esa sonrisa dulce que le robaban el corazón.

Rubens fue has ella e inclinándose parA darle un beso en la boca que ella esquivo.

— ¡Asco!, aun no me cepillado y tu estas tan limpio,-bufo con un mohin de asco gracioso que a el le saco una carcajada y ella  salió rauda de la cama diciendole- ya regreso.

Alethea entro al baño y al cabo de unos minutos salió ya encontrando a Rubens vestido con ropa informal. Fue a el y se puso de puntillas y ahora si se prendido de sus labios.

Rubens disfruta de esos labios que le sabían a fruta fresca y luego enmarco sus rostros quitando dos mechones que se le habian venido ala cara y colocandolo con ternura detras de sus orejas, y observo con detalle como si quisiera grabarse cada uno de sus rasgos.

— Desperté a media madrugada y no estabas en camas, quizás por eso me desperté aprensiva pensando que te habías marchado- La mirada de el se oscureció por un instante y se tenso.

Ciertamente el se había marchado, pero como el imán es atraído al metal, el siempre volvería a ella, era inevitable ya aunque quisiera estar separado de ella y sabia a lo que se estaba arriesgando con ello.

— Vístete y alcánzame en la cocina que preparare el desayuno para ti.

Alethea se emociono ante estos detalles maravillosos que Rubens siempre tenia para ella de consentirla y cuídala como si ella fuera su joya más preciosa.

Bajo al cabo de unos minutos con un shors que sabia que a el provocaban y una sencillo sueter de algodon con tirantes y lo vio afanado en la cocina preparando huevos revueltos, ya había tostado pan, el jugo de naranja recién hecho estaba en el exprimidor y sin duda era el chef as guapo del mundo.

Alethea se deslizo en al cocina y vacio el jugo en una jarra y luego se sirvió vaso sentándose en la barra para desde allí admirar a su bello chef.

Por donde se le mirara estaba muy apetecible, hablando en términos culinarios. Su espalda era ancha en comparación con una cintura mas estrecha, un abdomen bien trabajado porque el en su casa tenia su propio gimnasio y se ejercitaba a diario, y sin duda eso le había beneficiado en tener una de las pompas mas lindas y ricas de toda Grecia, a su juicio.

— Si sigues viéndome así deberé dejar lo que estoy haciendo-apunto el en tono jocoso al notar su descarado escrutinio.

— ¿y eso porque?

— Provocas deseos de hacer otras cosas, como besarte.

— Si me besas no me quejare- reconoció con coquetería.

Ignorando sus deseos que también eran los suyos, Rubens retiro del fuego los huevos, para luego servir dos generosas porciones de desayuno en dos platos y ponerlos delante de ella y dándole un corto beso propuso

— Desayunemos antes y luego te beso todo lo que quieras.

Ante esa promesa ella se presto rauda y veloz a devorar toda su comida, mientras la conversación mañanera giro en torno a sus últimos proyectos profesionales, el comercial de autos, el desfile d verano de la agencia Givenci, el catalogo anual donde ella seria el mes de marzo y para Rubens verla tan feliz y realizada profesionalmente lo llenaba de orgullo y satisfacción.

ANASTASIA II PELIGROSA OBSESIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora