CAPITULO 80 DESAPARECIDA

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Andreas ahora exigiría respuesta por parte de Ramsés.

Ramsés a su vez también lo esperaba para poner algunas cosas en claro con quien fue su amigo y que sabia lo odiaba por creer que el tenia una relación con Sarah.

Sin mediar palabras Andreas se fue encima de su ex amigo y lo tomo de las solapas, con furia inyectada en todo su ser.

— Dime fuiste el desgraciado que introdujo a Sarah al mundo de las drogas, eres un maldito psicópata que ahora la manipula con esa niña, pero se acabo tu juego, yo seré quien sea el donante y de ahora en adelante la protegeré de ti.

— Haces bien Andreas, aunque tal vez nos sea necesario quizás pase mucho tiempo encerrado.

Era su amigo reconociendo su culpa, por mas que lo dijera le en el fondo le costaba creerlo

— Lo hiciste, asesinaste a esas mujeres, también a Marcelo y a la Dominatrix, golpeaste a esa mujer, ¿Qué clase de monstruo eres Ramsés?

— Ya sabes la verdad con respecto a Sarah- cambio de tema

— Sarah Rochester- acepto volviendo esa brecha que los separaba, el amor de Sarah

— La mujer que siempre amaste-apunto Ramsés quien conocía ese secreto suyo, de cómo un día se enamoro de una dulce niña de 17 años, un amor platónico, un amor que espero con el tiempo pode hacer realidad pero que todo se trunco cuando se entero de su muerte.

— Y sabiéndolo tú me lo ocultaste, me traicionaste- le cuestiono ahora con rabia.

Ramsés no mostro afectación, parecía muy cómodo, era sin duda un desgraciado, que mentía, traicionaba e incluso pudo llegar a matar

— No te traicione Andreas y tampoco Sarah-soltó finalmente y Andreas no supo que significaba eso así que espero que el continuara- ella es en realidad mi hermana, como lo es Anastasia, hijos de un mismo padre, yo solo he querido protegerla todo este tiempo, siempre he estado pendiente de ambas.

Andreas tardo unos segundos en asimilar eso, ¿era cierto? Como era posible, Sarah era una Rochester, además porque mantener el secreto, porque si era así Sarah pudo defenderse y no lo hizo.

— Que locura dices-le increpo fulminándolo con la mirada, buscando ver la mentira dibujada en su rostro, pero no era así y si eso era verdad entonces Ramsés no era el padre de Gianna, el amor de Sarah, y nuevamente la insensata esperanza que se negaba a morir resurgía de entre las cenizas de un amor único que se negaba a desfallecer.

Ramsés paso las manos por su barba de días en un acto reflejo de mantener la cordura, y Andreas noto lo desencajado que se veía, ojeras profundas surcaban sus ojos, su mirada perdida, entendía el infierno que estaba viviendo en ese confinamiento que para el representaba la muerte.

— Los secretos siempre terminan saliendo a al luz-termino diciendo Ramsés como la gran verdad que era, nunca nada permanece oculto para siempre. El llevaba años intentando guardar sus oscuros secretos pero pronto podrían salir a la luz y ya para el no habría regreso. Entraría en un túnel profundo sin retorno posible.

— Si tu eres su hermano, por eso dio compatible el resultado de ADN, por filiación.-razono ahora cuando supo por sus investigadores de esa prueba que el se había realizado

— Lo sabias- no era una pregunta, era una afirmación.

— Que te hiciste esa prueba si, eres el tío de Gianna- toda su rabia y ese dolor fue yéndose porque ahora era la esperanza que tomaba su lugar, la esperanza de que su amor con Sarah si fuese posible.

ANASTASIA II PELIGROSA OBSESIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora