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Bakugo con la vena a punto de explotar y manteniendo los puños apretados, continuó discutiendo.

-¿Que me pasé de la raya dices?  ¿Y quién eres tú para decirme eso?- Se acercó a Kirishima amenazante.

-¿Tan idiota puedes llegar a ser? Yo te admiro bro, pero, aprovecharte así de una muchacha indefensa…- La mirada del pelirrojo mostraba cierta decepción.

-Nadie te dijo que me admires, idiota. No creí que llegaras a tal nivel de idiotez. - Dijo Bakugo en tono de burla.

-EL IDIOTA AQUÍ ERES TÚ. - Kirishima alzó la voz.

-NO VUELVAS A LLAMARME IDIOTA, ESCUCHASTE PELOS DE MIERDA.- Bakugo también. Mientras que Harumi intentaba calmarlos.

-DEJEN DE PELEAR. YA BASTA LOS DOS. ¡LOS ODIO! - La voz de la muchacha sobrepasó los gritos de ambos.

-Harumi… - Kirishima intentó acercarse a ella. Pero se apartó.

-Ya basta váyanse, los dos ahora. - Harumi bajo la mirada, no quería que la vieran llorar, no quería causar más problemas.

- Pero. - Intentó insistir el pelirrojo pero no lo logró.

-Váyanse…- En voz baja les pidió que se fueran. Ambos chicos se miraron, Bakugo aún enojado y Kirishima preocupado salieron de allí.

Una vez que ella estuvo segura de que los dos se habían ido comenzó a llorar. Les había dicho algo horrible y le había dolido el decirles eso...

Aizawa llegó en un momento muy oportuno.  Los focos habían comenzado a encenderse y apagarse. Una falla de energía estaba ocurriendo. Y su hija era lo único en lo que podía pensar.

-Harumi, tranquila, respira. - Le dijo mientras la tomaba por los hombros. Estaba deshecha en lágrimas, y está sería la segunda vez que Aizawa la veía tan alterada.

-Estoy respirando, pero no puedo estar tranquila… - Hablo como pudo. En verdad algo en su pecho se rompió.

-Harumi, estás desestabilizando la energía. - Hablo con calma mientras que la tomó en sus brazos y la sostuvo allí. La luz se fue.

-Papá, qué… porqué… - Harumi no entendía porque la abrazaba. Era asfixiante que la abracen.

-Harumi, ven. Respira hondo y cierra los ojos. - Le ordenó quedarse quieta, solo lo hizo y logro oír los latidos del corazón de aquel panda.

-Bien. - Las lágrimas de ella dejaron de salir y solo se acopló a Aizawa y también lo abrazó.

-Ya está, todo pasó. - Aizawa Shota consolando a una niña mientras lloraba, más aún abrazándola y acariciando su cabello para que no causará más alboroto.

-¿Lo arruiné verdad? - Pregunta Yuri separándose de su padre.

-Para variar, si.- Responde éste con cierta burla.

-No me refería a esto… les dijiste a todos que soy tu hija, aunque no sea cierto. - Aizawa suspiró para después revolver el cabello de su hija.

-Tu no arruinarse nada. - Fue lo que le dijo ya sin muchos ánimos.

-Entonces dime porqué haces lo que haces, no entiendo nunca nada.- Harumi le hace un puchero, cosa que a Aizawa le recordaba a un pequeño gatito.

-Estás bajo mi cuidado, es todo lo que importa, te quise como mi hija y trato de cuidarte, solo quiero que te comportes como tal. Ahora, ¿puedes decirme que ocurrió? - Evadió tan bien la pregunta y logro cambiar de tema, sin dudas Aizawa era Aizawa después de todo.

-La luz…- La luz regresó y Harumi se acomodó para ver bien a su padre.- Lamento ser tan malagradecida, pero es lo que me nace. Lamento siempre causarte problemas. Esta vez creo que aprendí mi lección, solo que esto puedo remediarlo con una disculpa, pero lo que hice, tal vez no me perdonen eso… - Aizawa se sorprendió por la repentina confección. Suspiró y supo que ese era un trabajo de la paternidad. Aunque no quisiera hacerlo, la iba a tener que oir.

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Mamá oruga al rescate ^w^

*Luzmala*

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora