Los habían acomodado en diferentes habitaciones.
Harumi había recibido la visita de Yaomomo, para avisarle que había en el armario de cada uno diferentes vestuarios para la fiesta. Harumi agradeció el dato y después de elegir el vestido que mas le gustó, entró a bañarse.
Un buen baño de burbujas calmaría sus emociones.Escuchó la puerta.
— Harumi.
Era la voz de Aizawa.
— Me estoy bañando, papá. Pasa.
Esperó a oír la puerta y continuó en la tina, pasándose el jabón que olía a rosas.
— ¿Por qué te bañas con la puerta del baño abierta?— el rostro de Aizawa fue un poema.
— Será por el simple y claro motivo de que quiero y puedo, papá. — la reprendió con la mirada, para terminar suspirando.— ¿Necesitabas algo?
Aizawa vio colgado aún en su percha el vestido color rosado palido que él mismo había elegido para ella.
Sonrió satisfecho, pero más lo estaría cuando se lo viera puesto.—¿Papá?
Lo sacó sus pensamientos.
—Solo quería saber, si ocurrió algo más.— su voz se volvió más severa.
— No te ofendas. Pero si pasó algo o no, debo arreglarlo yo. Y claro que haré algo al respecto. Pero también quería hablar de algo contigo.— ella seguía bañándose como si su padre no estuviera ahí. —Sobre tu lamentable comportamiento. Te rebajaste a la altura de tus estudiantes. No quisiste siquiera oír razones. Solo actuaste impulsivamente y malinterpretaste todo. — fue nombrando y cada cosa era una puñalada en el orgullo.— Pero, tus razones habrás tenido. Como siempre...— suspiró relajadamente y se sumergió en el agua de la tina. Un momento después volvió a salir y continuó. — Se siente bien decir lo que piensas de vez en cuando ... Por cierto. Gracias por el vestido.
— Acepto tu regaño. Y pido disculpas. — se inclinó un poco.— Sobre el vestido... Creí que no te darías cuenta si colocaba otros...
—¿Hace cuánto tiempo crees que te conozco? — sonrió ella.
— No más del que yo a ti, mi niña.— la sonrisa de Aizawa terminó por derretir el corazón de Harumi. Quién se volvió completamente roja como tomate.
— ¡Y-ya voy a salir... Sal de aquí ahora!— tartamudeo no sabiendo como reaccionar.
Aizawa salió cerrando la puerta y se despidió desde detrás de esta.
Al salir de la habitación se encontró con Bakugo en el pasillo.
Ambos compartieron miradas serias.—Bakugo. ¿Aún no te arreglas?
—¿Qué importa eso?
—¿Podrías no responder con otra pregunta?
—¿Por qué haría eso?
—¿Por qué eres tan difícil?
—...así soy.— fue todo lo que dijo antes de continuar su camino. Pero volvió a ser detenido por el sensei.
— Ella cambió cuando los conoció. Creí que había pasado lo mismo contigo. Pero veo que mis espectativas fueron demasiado irrealistas.
—Tch...— chasqueó la lengua. — ¿Cambiar? No me haga reír. En ella solo encontré algo que me hacía débil. No me gusta sentir esto. No me gusta sentir que no tengo el control de la situación. Por eso, si quiero ser fuerte, debo dejar lo que me hace ser débil.
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La Hija Del Sensei.
Fanfiction-Odio a los héroes.- Sentenció frunciendo el ceño. -Pero los héroes son fabulosos.-El muchacho entusiasta de cabello verde miró a la muchacha de manera inmediata. -Los héroes son personas maravillosas que ayudan y salvan a la gente con una sonrisa...