— Aún sigo esperando a que respondan — volvió a hablar, esta vez con la voz mucho más severa.
Los tres compartieron miradas y Kirishima fue el primer en decir algo.
— No hay nada que explicarle, lo vio todo al fin y al cabo.—dijo con simpleza.
—Y eso que vi es exactamente lo que tienen que explicar.
— ¿De verdad tengo que explicar que puse mis labios sobre los de Bakugo? — Aizawa abrió los ojos sin poder creer el descaro.
— Olvídenlo… —suspiró cerrando los ojos. Y justo en ese momento Bakugo golpeó a Kirishima en la cabeza. El mayor volvió a abrir los ojos —Harumi…ven un momento. — Kirishima se estaba sobando la cabeza.
— Muy bien. — la muchacha intenta ponerse de pie pero sus piernas no respondían. Se logró levantar a duras penas y en ese proceso Aizawa pudo ver con más detenimiento a Bakugo.
— Veo que te bronceaste. — se le escapó una sonrisa burlona .
Bakugo contuvo las ganas de golpearlo y solo se limitó a poner un feo rostro de desagrado.— Listo panda-san— Aizawa le envío una mirada seria —. Es broma, es broma. — en ese momento sus piernas flaquearon y perdió por completo el equilibrio. Cayó al suelo a ojos de los tres.
—Harumi… —la muchacha miró a su padre desde el suelo — ¿Por qué perdiste el equilibrio?
— Mis piernas están algo débiles, creo.— rió tontamente.
Al instante el mayor envío una mirada grave a los otros dos que aún seguían ahí.
— ¿Qué le hicieron a mí hija? — el aura de Aizawa-sensei llegó a cada extremo de la habitación. Estaba enojado, realmente enojado.
— Nosotros no hicimos nada.— dijo Kirishima agitando los brazos.
— Bueno, no diría que no hicimos nada.— agregó Bakugo por obvias razones. El aura de Aizawa se hizo aún más densa.
—Ellos, solo… —la joven no encontró palabras. No iba a revelar lo que estuvieron haciendo. Nunca diría algo así — Ellos no hicieron nada… —se puso roja como tomate— al menos nada de lo que te imaginas… — el mayor volvió a mirar a su hija. Avergonzada, se cubrió el rostro.
—¿Y cómo sabes lo que estaba pensando? — preguntó agachándose hasta llegar a ella.
— Vivo contigo. Y el Panda...— se detuvo a meditar sus palabras—¿tiene una mente muy sensual? — susurró para que solo ellos dos pudieran oírlo.
Aizawa levantó a su hija del suelo y la llevó hacia algún lado cargando como costal de papas.
— La devolveré después.— fue lo último que dijo antes de desaparecer.
— Idiota. —Bakugo volvió a golpear a Kirishima.
— Basta Bakugo. Deja de golpear a la gente porque si.— se quejó.
—No golpeó a la "gente". Te golpeo a ti.— refutó.
— ¿Qué no es lo mismo? — lloriqueó.
— No, tu solo eres un bastardo besador.
— ¡Pero no pude evitarlo! Los labios de Bakugo son muy suaves.— recibió otro golpe.— ¡Basta! Y ningún golpe quitará el hecho de que te besé.— otro golpe más. Y quedó en knock-out.
—Papa, ¿Puedes bajarme ya? Todos están mirando… — había pasado por toda la cabaña, ganando miradas confundidas y divertidas por parte de sus compañeros.
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La Hija Del Sensei.
Fanfiction-Odio a los héroes.- Sentenció frunciendo el ceño. -Pero los héroes son fabulosos.-El muchacho entusiasta de cabello verde miró a la muchacha de manera inmediata. -Los héroes son personas maravillosas que ayudan y salvan a la gente con una sonrisa...