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Ya era bastante tarde, pero aún así quisieron bañar al cachorro.

Kirishima y Bakugo entraron al baño primero, mientras que Harumi fue por una toalla para Destructor y otras cosas necesarias.

Cuando llegó al baño, dejó la toalla sobre el mueble y entró al baño, encontrándose la hermosa sorpresa de que ambos estaban desnudos, solo cubiertos con una toalla al rededor de la cintura.

Se quedó con la boca abierta por un momento pero después sonrió.

—¿ Que se supone que significa esto?— cuestionó Bakugo mientras la miraba ofendido.

—Le daremos un baño al cachorro.—  contestó ingenuamente.

— Creo que no se refiere a eso.— susurró Kirishima un tanto desanimado.

— Hmm...¿ Entonces?— le encantaba ver qué los había desilusionado un poco.

—¿Por qué eres la única con traje de baño?— preguntó el rubio entre dientes concentrando su atención en el perro.

—Porque estamos aquí para bañar al cachorro, no para bañarme a mí.— rió bastante fuerte. En verdad ellos habían pensado que llegaría desnuda. O al menos tenían la fe en que los milagros ocurrieran.

—¡No me jodas!— soltó con rabia.

—¿Acaso les da vergüenza?— preguntó llegando a un lado de Bakugo para poder estar cerca del cachorro.

—¡Ja! Cómo si algo así fuera posible, ¿Verdad Bakugo?— Kirishima se levanta de golpe para dar más fuerza a sus palabras pero algo sale mal. La toalla que estaba atada al rededor de su cintura se cae.

Se genera un silencio sepulcral.

Los ojos de Harumi se salen de sus órbitas, cayendo roja como tomate sobre el hombro del rubio.

—Ah, elefantito bebé.— susurró mientras se cubría los ojos pero aún así miraba por entre sus dedos.

—¡AH! ¡No mires!— explotó de vergüenza y se cubrió nuevamente con la toalla.

—¿No era que no te daba vergüenza pelos de mierda?— preguntó Bakugo con diversión.

—Bakugo, que cruel.. — lloriquea mientras que Harumi se compone de tal exhibicionismo.

—Pienso que es lindo.— dijo una vez recuperada completamente.

— ¡Ja!— se burló el rubio.

—¡No digas eso! ¡Es vergonzoso!— volvió a intentar esconderse de su vergüenza.

—Ahora centremos nuestra atención en Destructor.— fue demasiado para Kiri, pero aún así era divertido molestarlo. Harumi se concentró  en el perrito pero Kirishima seguía hablando.

—¡No es justo! ¡Bakugo! ¡Muestra el tuyo también!— le dijo intentando convencerlo.

—No estoy tan loco.—dijo este restándole importancia.

—Oh... Es que, ¿Acaso no tienes la confianza suficiente en ti mismo?— oh, oh. Eso se estaba poniendo cada vez peor. Harumi suspiró.

— Tch… que no tengo la confianza suficiente…— repitió Bakugo levantándose para enfrentar a Kirishima.

—Bakugo…detente, fue una broma ¿Verdad Kiri? Ja, ja, ja…— quiso intervenir pero Bakugo estaba siendo retado a comprobar su confianza en sí mismo.

—No fue ninguna broma. Estoy siendo muy serio al respecto.— El pelirrojo sonríe para sacarlo aún más de quicio.

—Te arrepentirás de tus palabras, pelos de mierda.— susurró llevando su mano a la toalla que lo cubría.

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora