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Cayó la noche.
Durante la cena, faltaron varias personas.

—¿Alguno sabe dónde están? — preguntó Aizawa.

— Kirishima está en mi habitación. — respondió Kaminari.

— Vi salir a Bakugo-kun, hace rato. Todavía no regresa.— dijo Uraraka.

— Harumi, creo que en su habitación.— dijo preocupada Yaomomo.

— Todoroki está dormido. — dijo Iida.

El único que permanecía con todos en la sala, era Midoriya.
Todos se habían percatado de que algo malo había ocurrido. Pero por más que preguntaron, nadie dijo nada.

Justo en ese momento llega Kirishima a la sala.
Todo el mundo permanecía en silencio.

—¿Y Bakugo?— preguntó.

— Todavía no regresa. Se fue a algún lado.

— Iré a buscarlo.— Aizawa le dió su aprobación y salió.

No tuvo que esforzarse en encontrarlo, puesto que estaba detrás de la cabaña, sentado en el suelo de madera.

—¿En qué piensas?— le preguntó. Bakugo lo miró un momento y apartó nuevamente la mirada.

—En nada.— dijo de mala gana.

—Mentiroso. Ser honesto de vez en cuando no te hará mal. —el rubio frunció más su entrecejo — Se que piensas en lo que ocurrió. Yo no puedo sacar de mi mente lo que dijo. Y todavía estoy deseando que todo sea una pesadilla.

— No es una pesadilla, es la realidad.— susurró.

—No puedo evitar pensar que nos precipitamos en sacar conclusiones...

— Así que, verla dormida sobre ese bastardo, y aún más, despierta, sonriéndole mientras él acariciaba su mejilla, y te parece,  aún así, que sacamos conclusiones precipitadas. Sin mencionar ese ridículo apodo. — se quejó Bakugo segado por los celos.

—Me parece que no escúchanos apropiadamente su explicación.— Kirishima lo había meditado mejor. Pero aún así, sentía algo de rabia todavía.

— Ella no quiso explicar nada.

— Exactamente. Tal vez tenía algo para decir, y no la dejamos...

Kirishima en verdad esperaba que así fuera. Lo deseaba desde su corazón.

— Todo terminó Kirishima. Entiende eso.

— Te rindes con facilidad. Yo sí quiero oír lo que tiene para decir. Yo sí la quiero.— la determinación de Kiri sacó de sus casillas a Bakugo.

— ¿Tanto te cuesta comprender que ella ya no quiere estar con nosotros? Ambos la queremos, pero tiene razón, somos demasiado inseguros, tanto que desconfiamos de ella más de una vez, cuando tendríamos que ser los primeros en creerle. Es difícil de asumir, pero no sé si pueda volver a confiar en ella. Y no quiero hacerle más daño del que ya causamos.

Bakugo estaba dolido. No podía soportar el peso de lo que había ocurrido. Le dió ya tantas vueltas al asunto que llegó a la conclusión de que Harumi tenía razón. La confianza es un pilar fundamental en cualquier relación. Y sin ella, todo se derrumba. Y eso precisamente  es lo que ocurrió, todo se vino abajo.
Le doliera a quien le doliera, nada iba a volver a ser como antes.


Durante la madrugada, Todoroki se despertó y no pudo volver a dormir. Cuando llegó a la sala, encontró a Harumi acurrucada al lado de la pequeña hoguera, que ella misma había encendido.

Perdida en sus pensamientos no se percató de la presencia del joven. Solo seguía sumida en lo que había pasado, en lo que había dicho, en donde fue que todo se había vuelto un callejón sin salida.

Todoroki se acercó a ella y se sentó a su lado. Y solo cuando lo tuvo sintió que hacía ruido, se dió cuenta de su presencia.

—Todoroki...—se sorprende, mirándolo un momento. El muchacho asintió y ambos voltearon su mirada a la llama.

—¿Qué sucede?— una pregunta vaga, cualquier respuesta le vendría bien a esa pregunta tan poco clara. Harumi no entendía a que quería llegar. Si a lo que había sucedido o al porqué de que se encontrára ahí

—No podía dormir.— fue la respuesta vaga, a la pregunta aún más vaga.
Y era la verdad hasta cierto punto. Desde que habían llegado, que había dormido todas las noches junto a esos dos. Pero después de todo lo que ocurrió, la habitación se sintió muy vacía.

—¿Necesitas hablar?
Harumi lo volteó a ver y le sonrió. Se notaba a leguas que Todoroki estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por ser amable y medir sus palabras, quitando el hecho de que se lo veía cansado.

—Estoy bien, Todoroki, de verdad.— no dejó de sonreír, pero el joven sintió que no estaba bien dejarla así.

—No soy bueno hablando. Pero si puedo escuchar. Si lo dices, tal vez te sientas mejor.— conmovida agrandó aún más su sonrisa. Soltó un suspiro y nuevamente volvió su vista al fuego.

— Solo pienso en qué no me gusta sentirme así, tan vacía — comenzó— . Antes no me importaba estar sola. Es más, me gustaba mucho. Pero...— se detuvo a pensar un momento en lo diferente que se sentía, antes y ahora y agregó — . La soledad se siente diferente después de perder a las personas que te sacaron de tu cómoda soledad inicial. Ahora es fría, solitaria, oscura, tenebrosa, asfixiante...— suspiró — Tendré que volver a acostumbrarme a estar sola.

—Pero, no estás sola — soltó Todoroki, haciendo que se gane la mirada confundida de Harumi —. Aunque tu relación con esos dos llegó a su fin en un manera, no quiere decir que no puedas estar con ellos de otra. Los aprecias demasiado, quieres cuidarlos, los extrañas. No es bueno que te mortifiques, hiciste lo que era correcto. Pero la última decisión queda en ti.

— No puedo entender si lo que dices es muy coherente o no tiene el menor sentido, pero gracias. Todoroki-kun, me ha servido mucho hablar contigo.— Todoroki ladeó la cabeza.

— ¿Vuelves a llamarme por mi apellido?— Harumi bajó la mirada.

— Es mejor así...— suspiró — Aunque me gustaba lo tierno que sonaba al decirlo.

— Si, a mi tambien me gustaba, creo...

Harumi termino por mirarlo. Y su decepción fue bastante visible, cosa que la hizo sonreír.

— Aunque cuando estemos solos si podría llamarte Sho-kun, ¿No crees?— Todoroki la miró y sus ojos resplandecieron con fulgor.
Asintió sonriendo.
Y justo en el momento en el que ambos sonreían cómplices, fueron atrapados  por una feroz mirada llena de rabia.  Unos ojos color rubí ardían como el mismísimo fuego.

Algo haría. No sé quedaría callado como la última vez.

7w7
Chan, Chan, Chan...

*Luzmala*

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora