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Más allá de las ganas inmensas de llorar que tenía, sonrió ante el presente que había recibido.

Aizawa vió por el espejo retrovisor como ella se colocaba el collar con mucho cuidado y lo acariciaba ya estando en su cuello.

Llegaron a la estación en completo silencio. Ella bajó del auto y el mayor se acercó a ella.

- Procura no meterte en problemas.

- Lo se papá, creo que ya se comportarme.- Le sonrió.

- Uhm...- se generó un silencio. A lo cual ella volvió a sonreírle.

- Tranquilo. Solo iré a visitar sus tumbas. Volveré en cuanto termine y volveré a la escuela.

Aizawa asintió sin decir nada más.
El autobús llegó al momento, Harumi sin avisar abrazó fuertemente a su padre adoptivo y subió al vehículo.
Saludando ya desde su lugar, dejó al profesor petrificado y con una extraña sensación de vacío.

De vuelta en la academia.

- Bakugo...- Kirishima estaba recostado en el tejado de las habitaciones. - ¿Crees que hicimos lo correcto al dejarla ir?

El rubio observaba el atardecer con ojos perdidos, como esperando por algo.

- Y como diablos voy a saberlo.

- Bakugo...- volvió a interrumpir la calma. - creo que me duele el pecho...- cerró los ojos con la expresión afligida.

- Si, a mí igual. Que clase de maleficio nos hizo...

Los tres se estaban sintiendo de la misma manera, vacíos, incompletos, solos.

- ¡WAAAA! ¡No lo aguanto!- se levantó bruscamente asustando a su amigo.- ¡Quiero ir con ella! Quiero que ella esté aquí...- se desanimó repentinamente y abrazo sus rodillas. Bakugo suspiró pesadamente y se levantó llegando hasta su amigo.
Sentándose a su lado pasó su brazo por encima de los hombros de Kirishima y ahí lo dejó.

- Recuerda que si tarda mucho, la iremos a buscar y la traeremos de vuelta.

Aquello hizo sonreír al pelirrojo.

- Es cierto. Así que... ¿Ya podemos ir a buscarla?- Bakugo lo golpeó fuertemente a lo que su amigo se quejó.

- Idiota. - ganas no le faltaban para ir a buscarla, pero debería esperar. Al parecer irse era algo que ella necesitaba mucho.

- Quisiera saber cómo está Harumi chan...- un día había pasado desde su partida y Deku estaba algo preocupado.

Yaoyorozu llega hasta él y le tiende un pequeño papel.

- Puedes escribirle. Este es su número de móvil.

- Gracias. - Momo sonríe y se marcha.

Midoriya fue el primero, pero todos recibieron el mismo papel.

XX-XXXX-XXX
Por favor, solo mensajes.

En el mismo momento en el que ellos mandaban los mensajes, Harumi estaba en el lugar donde yacían sus padres hace ya 7 años.

Claramente había apagado el celular que Momo le había dado.

Estaba parada allí frente a las tumbas de sus verdaderos progenitores.

- Es increíble que esté aquí. Pero creí que era lo mejor. - tomó aire y leyó el nombre en la lápida.- Sra. Kido, no fuiste una buena madre. Fuiste una persona retorsida que sabía cómo actuar frente a otras personas.- reprochó con el ceño fruncido, pero lo volvió a suavizar. -Sin embargo, admiraba tu inteligencia y tú pasión por la ciencia. - Desvío la mirada ahora a leer el nombre de la lápida junto a la anterior.- Sr. Kido, un hombre inútil, manipulable, sin voz. No actuaste ni una sola vez como mí padre, pero tampoco fue tu culpa.- suspiró tristemente.- La culpa no fue de nadie en realidad. Mamá estaba loca, y tú tenías miedo, yo era solo una niña. Lo único bueno que ambos hicieron fue conocer a Aizawa Shota.
Agradezco de verdad que los haya conocido. Sin él, probablemente yo estaría loca.
Después de todo, creo que odiar no resuelve nada.
Aún asi, mis intenciones son algo egoístas. No perdono porque los ame ni nada. Los estoy perdonando para yo poder vivir en paz. Para poder ser feliz.
También quería despedirme.- hizo silencio buscando las palabras.- Mamá, sé que alguna vez fuiste una mujer con sueños y convicciones, tal vez no todo salió como lo querías, pero gracias a que me diste la vida estoy aquí ahora. - volvió a guardar silencio y después de meditarlo, habló .- Papá, a pesar de que nunca me demostraste ni una pizca de amor, estoy segura que el amor que sentías por mamá era tan grande como el miedo que le tenías.
No fueron los mejores padres, pero gracias a ustedes ahora soy más fuerte.- sonrió pensando en todos los de la academia.- Además, tengo a personas que me ayudarán cuando los necesite, ahora tengo amigos, y un panda que cuidan de mí.
Tengo a Recovery girl y a los muchachos. Voy a convertirme en una heroína y ayudaré a los niños así como yo hubiera querido que me rescataran.
Este es el adiós, mamá, papá.  Descansen en paz.

Harumi dejó en ambas tumbas un ramo de flores del campo que fue juntando de camino allí. Pensando en cada buen momento que vivió junto a sus verdaderos padres. Y aunque fueron escasos, hubo momentos en los que en verdad parecían una bonita familia feliz.

Llegó hasta la casa en la que se estaba quedando y se sentó en el suelo de su habitación y prendió nuevamente el celular percatándose de los muchos mensajes que sus amigos les habían enviado.

Sonrió nuevamente pensando en que, en verdad, al fin podría ser feliz como siempre lo había querido, que podría vivir su vida sin el rencor constante que le ahogaba, sin los malos sueños, sin esos miedos sobre el pasado. Solo pensando en que el mañana sería mucho mejor.

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora