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Los dormitorios de la U.A se habían quedado a oscuras.
Las clases apenas habían terminado y se arreglaban con sus celulares y con la poca luz que todavía emanaba el día que llegaba a su final.

— Deberíamos ir por unas velas…— Reunidos en la cocina, con la linterna de sus celulares estaban comiendo unas hamburguesas.

—Creo que sí— Kirishima le da la razón a Tokoyami —. Iré a comprar algunas.

– Iré contigo— Harumi se levanta de la silla y toma de la mano a Kirishima.— . ¡Volvemos enseguida!

Salieron de la cocina, y fueron camino a comprar.

— Me estoy quedando sin batería…— se queja Jiro mirando su celular desanimada.

— Permíteme — Kaminari toma el celular y un cargador que por suerte alguien había dejado sobre la mesa. Enchufó el cargador al celular y utilizó su quirk desde el otro extremo del cable — . A esto le llamo, cargar el celular al estilo Kaminari.

Efectivamente el celular estaba cargando.

— No sabía que eras menos inútil de lo que creía, chispitas. — El rubio se asombró como todos los presentes de tal habilidad.

— ¿Puedes cargar el mío después? — Sero le acerca su móvil a Kaminari , acto seguido todos comienzan a pedirle lo mismo.

— Ustedes solo me están utilizando…— chilla con un llanto fingido — . Solo me aman por mí electricidad.

— Nadie dijo que te amamos.— Todoroki tan directo como siempre.

— Es cierto que solo te utilizamos.— agrega Mina sin remordimientos.

— Que malos son…— ahora sí lloraba de verdad.

— Deja de llorar y concéntrate en cargar los celulares.— lo apuró Uraraka.

— No sean malos chicos.— el joven de alma bondadosa se hace oír.

— Gracias Midoriya, que bueno eres.— llora agradecido.

— De hecho, yo también necesito la batería…— ríe con nerviosismo.

— Ya no queda gente buena en el mundo…

Mientras eso ocurría dentro de los dormitorios, Kirishima y Harumi pedían permiso para salir a comprar.

Aizawa decide acompañarlos.

No fue mucho lo que tardaron, y llegaron al lugar.

Fuera de la academia si había electricidad. Por ello, Aizawa se encargaría de ver qué había ocurrido.

Mamá oruga fue a comprar las velas y algunas cosas de mamás y los retoños se quedaron fuera.

Algo llamó la atención del pelirrojo.
Se acercó a una esquina y vió una pequeña caja con un perrito y un gatito, ambos pequeños.

— ¿Kiri? — Harumi se acerca al pelirrojo extrañada. Cuando ve a los animalitos chilló por lo bajo por la ternura que le generó. — . Son muy pequeños.

— Parece que no han comido en días...— Kirishima toma al perrito que apenas era más grande que su mano. Un perrito color miel, de ojitos medianos y rasgados. Su colita era peluda y su pelaje suave. Cuando Kirishima lo tomó el cachorro comenzó a morder sus dedos con desespero y le gruñía de forma incesante.

— No parece que tengan heridas o golpes — Harumi tomó al pequeño gatito negro de ojos amarillos. Éste se la quedó viendo largo rato — . Parece que no le agrado. — rió desganada.

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora