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Harumi llegó hasta la enfermería con la esperanza de que Recovey Girl estuviera ahí. Para su desgracia, no se encontraba. 

Se recostó en una de las camillas y ahí, entre tanto silencio, escuchó a alguien sollozar.

En ese mismo instante, supo de quien se trataba. Meditó el dejarla ahí, fingiendo no haberla oído. También exploró la opción de ir a buscar a Mic, pero decidió quedarse.

—...Yamada-san...— la llamó. Sus sollozos se silenciaron un momento. Harumi se sentó en la camilla, esperando alguna reacción. — Sal de ahí, por favor.

La muchacha sale de detrás de una de las cortinas y observa a Harumi con vergüenza.

Harumi suspira, intentando descifrar qué la impulsó a querer ayudarla. Hace un ademán sobre la camilla, para indicarle que se sentara y Saeko, así lo hace.

— Yo... lamento las molestias. — susurró la joven con lagrimas en los ojos.

— No, yo lamento mis malos modales. — suspiró — Mi nombre es Harumi, Aizawa Harumi.

Al parecer, eso sorprendió a la joven, ya que alzó la mirada casi de inmediato.

— Así que eres tu... Mi tío me habló de ti y de tu padre.— le sonrió alegremente. 

—...No lo dudo, él suele hacer ese tipo de cosas.— se sintió apenada al respecto. Luego de observarla un momento preguntó —  Por cierto, ¿qué edad tienes?

— 15...— y no lo parecía... nada en ella lo demostraba.

— Te haré otra pregunta, ¿por qué Bakugo?

Harumi no quería admitirlo, pero era cierto que algo de celos sintió. Saeko se mostró confusa pero luego sonrió.

— Sinceramente, desde que lo vi en cada prueba del festival deportivo, me llamó la atención la seguridad que tenía. Cuando lo vi luchar y dar lo mejor de él, simplemente quise ser así. Siempre creí que mi particularidad era molesta, inútil y para mi fue mas fácil no intentar nada. Pero cuando lo vi, me cuestioné a mí misma y lo que quería yo en realidad. 

Harumi escuchó con atención al relato de la muchacha y terminó por sonreír.

— Yo solía ser igual — esas palabras sorprendieron a Saeko — . Había decidido no usar mi particularidad, pero un día solo lo utilice sin quererlo, y me vi forzada a aprender a utilizar mi propio poder. Fue difícil, pero vale la pena intentarlo. 

Saeko le sonrió con dulzura. 

— Tío Mic siempre me dijo que podríamos llevarnos bien tu y yo, y creo que, por una vez, tenia razón.— Harumi de devolvió la sonrisa — Y tal vez puedas ayudarme con Baku-kun~

En ese momento Harumi recordó  la escena vivida hacía ya largo rato.

Estaba claro que a esa pobre criatura le gustaba su "salvador" era mas que obvio, pero de tantas personas, justo tenía que ser Bakugo.

Pasaron el resto de la mañana hablando del rubio de mal carácter. 

Llegado el mediodía, Harumi guía a Saeko hasta los dormitorios, ya que le había prometido que la llevaría a ver a Bakugo.

Cuando entraron a los pasillos de los dormitorios, y llegaron a la cocina, todos los presentes las observaron. Uno a uno fueron acercándose, pues ya sabían que la sobrina del profesor Mic, estaba de visita en la academia.

Saeko, parecía adaptarse bien entre tanta gente. Harumi aprovechó para ir a buscar a Bakugo.

Llegó hasta su habitación y sin pedir permiso entró.

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora