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Kirishima y Bakugo llegaron hasta el cuarto de Yaoyorozu.
Siempre estaban en el cuarto de Momo, el porqué era simple, comodidad, su cama era bastante grande para todas.

Kirishima tocó a la puerta.
Bakugo estaba detrás de él con las manos en los bolsillo, pero, cuando sintió la puerta abrirse, se puso alerta. Sacó las manos de los bolsillo y adoptó una posición firme.

La que abrió la puerta fue Mina, quien cambió de una expresión en completa calma, a fruncir el entrecejo.

— ¿Qué se les ofrece? — dijo alzando mucho el tono de su voz, haciendo que todas sus compañeras, dentro de la habitación, prestarán atención a los inesperados visitantes.

— Solo queremos hablar con Harumi. — Kirishima habló dubitativo. Observó dentro de la habitación y la vió a Harumi, aún con algunos vestigios de lágrimas en sus mejillas, pero ya no estaba llorando.

— Y nos la llevaremos, así que no intervengan. — concluyó Bakugo acercándose a la puerta. Cuando su mirada llegó hasta Harumi, ésta lo estaba viendo con muy mala cara.

— ¿Y con qué derecho?— cuestionó Momo.

— ¿Ni siquiera van a preguntar qué es lo que quiere ella?— agregó Uraraka.

— ¿Creen que pueden hace lo que quieran?— Jirou tampoco se quedó atrás

—¿Podríamos dejar de pelear? ¿Gero?— Tsuyu era la única que se mantenía en calma.

— Nadie pelea. Solo estamos discutiendo con ferocidad, son cosas diferentes.— el comentario de Hagakure le hizo gracia a Harumi.

— Comenzaré a usar eso de "discutir con ferocidad".— todas las chicas y ambos muchachos miraron a la joven reír. —Gracias por preocuparse chicas, pero debo aclarar todo y así acabar con esto.— las chicas sonrieron orgullosas, y los chicos sintieron escalofríos con esas últimas palabras. — Entonces, las veo después.— se despidió de ellas y se dirigió a la puerta.

Los tres fuera de la habitación largaron un suspiro.

— ¿Y bien?— preguntó la muchacha. Los dos intercambiaron miradas y Bakugo iba a tomar la palabra, cuando el celular de Harumi sonó. — Esperen un momento.— y contestó la llamada.— ¿Por qué llamas papá? — atendió. Aizawa le respondió y la muchacha maldijo— Diablos, lo olvidé, iré de inmediato...

Colgó.

Al hacerlo, los dos jóvenes la miraban expectantes.

—¿ Ocurrió algo?— preguntó Kiri sin entender.

— Olvidé entregar algo al querido sensei, y llamó para regañarme. Debo ir a buscarlo a la habitación y llevárselo.— respondió empezando a caminar hasta su habitación, obviamente seguida por los chicos.

— Iremos contigo.— sentenció Bakugo con decisión.

Fueron juntos hasta la habitación de ella, recogió lo que debía entregar y se encaminaron de vuelta al edificio principal a donde se encontraba Aizawa-sensei.

Una caminata en silencio.

Aún había algunos estudiantes en el edificio por lo que se toparon con algunos de ellos. Que al verlos compartían chismes. Bakugo los reprendía con la mirada, pero en lugar de cesar los chismes, los incrementaba aún mas.

Llegaron hasta la oficina donde Aizawa se encontraba.
Harumi entregó lo que le debía al mayor y se fueron en paz.

Los chismes continuaron a lo largo del pasillo.

Harumi no pudo soportarlo más y se detuvo al lado de un grupito que no paraba de hablar de ellos y reírse.

Se giró para mirarlos y les sonrió de manera escalofriante.

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora