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    —¿Qué debería hacer, Midoriya?— suspiró mientras agitaba su cabello.

     —Si preguntarles no funcionó, hay que buscar una forma más sutil de sacarles esa información.

    Ambos en posición fetal en una esquina de los pasillos, pensaban en cómo proceder. Estaban uno enfrente del otro, y Midoriya tenía una perfecta vista al pasillo desierto.

    —¿Y cómo se supone que haremos eso?— preguntó Harumi intrigada. Midoriya se mantuvo en silencio largo rato, con su mano en la barbilla.

    —No tengo idea.— respondió. Harumi agarró su cabeza en señal de rendición. Algo llamó poderosamente la atención de Midoriya. A lo lejos vio que alguien venía. Bakugo.—Por favor Harumi-chan, escóndete por un momento.—el peliverde la empujó dentro de una de las aulas de clases.

    —¿Midoriya?— la muchacha no entendía. Se limitó a escuchar quién se acercaba a Midoriya.
   
    —Kacchan, que agradable coincidencia encontrarnos en el pasillo.— se oía sumamente nervioso.

    —Apartate de mi vista, nerd.— Harumi se sorprendió al oír la voz de Bakugo. Pero no estaba siendo agresivo, y se trataba de Midoriya, y siempre es agresivo con él.

    —¿Te encuentras bien, Kacchan?—la notable preocupación de Midoriya hizo que le hirviera la sangre al rubio.

    —Dije que te apartarlas de mi maldita vista. ¿O acaso estás sordo?— Midoriya retrocedió. Bakugo avanzó algunos cuantos pasos hasta que lo oyó hablar.

    —¿En verdad está bien que sigan así?—soltó casi sin pensar.  Harumi quedó atónita. Apenas si se pudo oír la voz del joven.

    —¿Qué fue lo que dijiste maldito nerd?— le recorrió un enorme escalofrío al escuchar esas palabras. Se encaminó hasta él y lo tomó por el cuello de la camisa— Repite lo que dijiste si tienes las agallas.

El corazón de Harumi no pudo soportarlo ni un segundo más. Hacía algún tiempo que Bakugo no tenía esos arranques de furia. Debía detenerlo antes de que rompa a Midoriya.

    —Suelta a Midoriya, Katsuki-kun. — Harumi salió a detener a Bakugo al escuchar los quejidos de Midoriya.

    —Él se lo buscó por meterse dónde no lo llaman.— comenzó a generar chispas. Ni siquiera se había inmutado con su presencia. Conociendo a Bakugo ya sabía que ella estaba ahí, y de hecho así era

    —Te dije que lo soltaras.—la muchacha tomó el brazo del rubio y lo apretó con fuerza. Claro que la fuerza de ambos no era comparable, pero con algo de suerte lo soltaría.

    —Te dije que no te metieras en mis asuntos.— soltó a Midoriya de forma agresiva. Y ahora tomó del hombro a Harumi y la estampó contra la pared.

    —Si intentas lastimada a uno de mis amigos, si es asunto mío.— ambos se veían a los ojos, ella no podía descifrar que escondían esos ojos carmesí tan oscurecidos por algo que lo molestaba.— Ahora suéltame.— Bakugo apretó la mandíbula y la soltó lentamente. No sin antes dirigir hacía ella una mirada llena de tristeza.

    En ese momento la muchacha recordó el día en que se conocieron, tal y como aquel día volvió a desafiar con sus palabras al rubio explosivo. Solo que había una abismal diferencia entre el Bakugo de ese entonces y el que estaba dándole la espalda, alejándose de ella.

    —Lo...lo siento mucho Harumi-chan... Lo arruiné por completo.— el evidente decaimiento del joven la sacó de su pensamiento.

    Harumi sonrió negando ligeramente con la cabeza.— No tienes que culparte. Es Katsuki-kun, después de todo.— Midoriya volvió a sonreír.

    Aunque esas palabras hayan salido de ella, lo cierto era que algo verdaderamente malo había ocurrido con esos dos. Y si no pudo averiguarlo de Bakugo, intentaría hacerlo con Kirishima.
   
Pasó el resto de la tarde buscando a Kirishima, pero no pudo encontrarlo.

— Todoroki-kun...— la tristeza en su voz, se notaba que algo no estaba bien.

El joven Todoroki se encontraba leyendo, cuando la voz de su amado lo interrumpió.
Más temprano que tarde, de deshizo del libro y llegó con Midoriya.

—¿Qué ocurre?— cuestionó con notable preocupación. Midoriya conmovido, comenzó a llorar. Se lanzó a abrazar a Todoroki, quien no supo que hacer.

—No debí meterme...- sollozaba — No debí abrir mi bocota — se separó un poco de él y lo miró con los ojos aún aguados—. Debí hacer caso a Todoroki-kun.

Todoroki lo tomó por los hombros. No dijo nada. Solo lo mantuvo allí un largo rato hasta que dejó de llorar.
Cuando vió que se detuvo. Se dedicó a secar cada una de sus lágrimas usando el puño de su camisa.

—¿Estas mejor?— le preguntó. El joven Midoriya estaba tan embelesado con la belleza de Todoroki que había dejado de llorar. Cuando volvió a recordar lo tonto que había sido, sus ojos volvieron a llevarse de lágrimas.— Por favor, deja de llorar.— con ambas manos apretó las mejillas de Midoriya, el joven se puso rojo y asintió para zafarse del agarre de Shoto.

— Demasiado cerca, Demasiado cerca, Demasiado cerca...— repetía una y otra vez para sí mismo, mientras agarraba sus mejillas aún rojas .

Todoroki se percató de la presencia de Harumi en la entrada a los dormitorios. Y viendo que Midoriya tenía para rato, decidió ir a verla.

Cuando llegó a la puerta, la vió sentada en el rincón, del lado de afuera. Estaba viendo al frente, con seriedad.
Él se sentó a su lado.

—Por todos los héroes...- musitó asustada —Sho-kun, no vuelvas a asustarme así.— llevó la mano a su pecho y después de tomar aire, se le quitó la cara de espanto.

—¿Pasó algo?

—¿Eres adivino o que?— volvió la vista nuevamente adelante, evitando la del joven.

—Midoriya...—susurró.

—Demonios...es verdad.—era muy obvio que eso ocurriría. Todoroki se enteraría por boca su joto Midoriya.

A lo lejos, Harumi logra distinguir algo.
Algo rojo, algo que iba y venía en línea recta.
¿Acaso era Kirishima?

—Harumi...—ni siquiera dejó a Shoto hablar. Se levantó a toda prisa y salió corriendo hasta donde veía a Kiri caminar.

—Disculpame Sho-kun. Es algo importante, ¡luego te cuento!— se despidió agitando la mano mientras corría. El joven, ladeó la cabeza. Se levantó y saludó. Claramente Harumi ya no lo estaba viendo. Pero aún así, lo hizo.

—¿Todoroki-kun?— Midoriya llegó hasta la puerta, después de ver qué Todoroki ya no estaba en la sala. — ¿A quién saludas?— intentó ver a quien saludaba, pero para cuando él había llegado, Harumi ya se había perdido en el horizonte.

—¿Un rayo de sol?— volvió a ladear la cabeza. Midoriya casi muere de ternura por ese gesto tan infantil y hermoso.

—Hay que volver adentro.

—¡Quítate de arriba mio!— se le oyó gritar a Kirishima...
¿Qué estaba ocurriendo?

7w7
¡Feliz febrero para todos!

He vuelto de mis vacaciones.

Lamento que haya sido tanto tiempo de espera.

¿Qué tal sus vacaciones? ¿Se fueron a algún sitio?
Cuéntenme, yo quiero saber 7w7

*Luzmala*

   

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora