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La tensión que había en el aire era perceptible. Harumi comenzó a respirar con dificultad mientras Kirishima gritaba por ayuda, sin obtener respuesta del otro lado.

-Tranquila, solo debemos esperar a que nos vengan a abrir.- Kirishima ánimo a su compañera. La muchacha se abrazó a sí misma repitiendo en su cabeza una y otra vez que todo estaría bien.

-¿Cuánto tomará eso?- Se notaba en su voz lo afligida que estaba.

-No lo sé...- El pelirrojo le contestó con sinceridad, mientras se pasaba la mano por el cabello.

-Ya se, llamaré al panda.- Harumi sacó su celular pero después de marcar y que nadie contestará se desanimó.

-No creo que llegue la señal aquí.- Susurró el pelirrojo con frustración.  La muchacha volvió a guardar su celular.

-No quiero estar aquí...- Decía mientras se hacía bolita en el suelo.

Kirishima se acercó a ella y se arrodilló frente a ella.

-Harumi... ¿Acaso tienes miedo de estar encerrada?- Una pregunta innecesaria, teniendo en cuenta como estaba la muchacha.

-...No quiero estar aquí...- Volvió a repetir, no escuchó para nada a Kirishima. En ese momento Harumi estaba sumida en una oscuridad más aterradora.

-Tranquila, ya verás, vendrán por nosotros.- Harumi alzó la vista cuando el pelirrojo le dió ánimos acompañado de una sonrisa que intentaba asegurar que todo iba a estar bien.

-Tengo frío...- Susurró la muchacha haciéndose aún más pequeña.- Kirishima...- Susurrando el nombre de muchacho se acercó más a este y lo tomó por la manga de la camiseta.

-En verdad estás temblando...- Susurró Kirishima con preocupación. Harumi se acercó aún más hasta pegar su cara al pecho del muchacho, quién quedó sumamente sorprendido.- ¿¡Harumi!?- Su exclamación fue en un susurro. Y su pulso se aceleró de repente.

-Yo ...por favor...solo por un minuto...- Harumi estaba temblando en sus brazos. Eso sólo hizo que tuviera aún más ganas de proteger a esa indefensa muchacha con todo lo que tenía. La rodeó dulce pero firmemente, en un abrazo reconfortante y cálido.

Se quedaron abrazados durante un largo rato. Harumi se logró calmar escuchando la melodía que soltaba el corazón del pelirrojo. No le quedaba fuerza, no se podía mover, tampoco deseaba hacerlo, estando en brazos de ese chico todo se volvió con algo de luz.

Aunque sus memorias la atormentáran, Kirishima estaba con ella, nada malo pasaría.

Harumi tomó un poco de aire, y comenzó a hablar en voz baja.

-A veces, cuando mi madre quería castigararme me encerraba en el sótano. Era un lugar grande y frío. No entraba la luz del sol... Yo me quedaba ahí hasta que a ella le parecía suficiente. Aunque lloraba y me quejaba del frío nadie iba a buscarme. Solo hasta que accedía a cooperar abría la puerta y me dejaba salir... Me miraba y me decía sonriendo "si eres buena niña mamá no tendrá volver allí. ¿Serás buena niña?" No me gustan los sitios donde no entra el sol.- Los ojos de la muchacha se llenaron de lágrimas recordando aquellas largas horas de encierro en las que solo podía quedarse quiera y llorar.

Kirishima la sostuvo aún más fuerte y con cuidado comenzó a acariciar el cabello de la muchacha.

-Te traen malos recuerdos...- Susurró mientras cerraba los ojos con fuerza.

-Si...- Las lágrimas no la dejaron decir nada más. El nudo en su garganta no se lo permitió.

El pelirrojo la apartó un poco y la tomó de las mejillas.

-Pues solo mírame.- Le dijo sonriendo. Harumi lo miró sin entender. - Si me miras y piensas solo en mi, esos malos recuerdos no te harán llorar más.- Agregó. La muchacha pensó en lo adorable que podía llegar a ser ese chico. Y sonrió asintiendo.

-Gracias...- Fue todo lo que pudo decir, antes de que Kirishima volviera a abrazarla.

Harumi se sintió mucho más aliviada y en la calma que le transmitía el pelirrojo, se durmió en sus brazos.

Kirishima la miraba mientras ella dormía, aún había rastros de lágrimas en sus ojos, que con mucho cuidado él secó.

Habrá pasado poco más de una hora cuando Aizawa llegó al rescate.

-Kirishima, Harumi, ¿están aquí?- Con un rostro de completa preocupación llegó hasta donde ellos estaban.
Harumi seguía durmiendo.

Al haber visto que su hija no había vuelto fue a buscarla pero no la encontró, todos comenzaron a buscar, hasta que Bakugo les recordó la puerta que se atoraba.

Llegaron todos a ver qué había ocurrido.

-Aizawa sensei.- Susurró Kirishima sonriendo.

-¿Están bien?- Pregunta poniéndose de rodillas fuente a ellos.

-Si, ella se durmió.- El pelirrojo dirigió la mirada a Harumi y nuevamente al sensei.

Aizawa la tomó el sus brazos y caminó a la puerta. Kirishima hizo lo mismo.

-Mañana enviarán a alguien a arreglar esa puerta.- Dijo mientras caminaba.- Kirishima.- El muchacho se detuvo. Aizawa se volteó a mirarlo.

-¿Si?- Le preguntó serio.

-¿Ocurrió algo?

-...solo...ella lloró.- Admitió. No podía mentir, además de nada serviría.

Aizawa miró a su pequeña hija y cerró los ojos para después volver a hablar.

-Bien. Vuelvan a sus habitaciones, ahora.- Los chicos se dispersaron y Aizawa se fue con Harumi en brazos.

Todos menos Bakugo y Kirishima se habían ido.

-Bakugo...- Kirishima se intentó acercar a su amigo, pero este evitó su mirada.

-Vamos a dormir.- Dijo mientras comenzó a andar. Dejó a Kirishima allí, con una agridulce sensación.

7w7

Mi corazón me dice que debo dejarla con Kirishima, pero me siento mal por Bakugo TT.TT

No sé qué hacer...

Pero todavía está la opción de trío 7w7

¿Cómo les va?

Hasta pronto *3*

*Luzmala*

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora