La Hija Del Sensei.

69

Días antes de la pelea.

Habían terminado sus clases regulares, y se encontraban caminando por los pasillos de la academia.

Kiri y Harumi iban uno al lado del otro, con Bakugo, un paso por delante de ellos.

Estaban acompañando a Harumi hasta la enfermería, y en el camino se seguían topando con miradas curiosas y voces que hablaban en tono bajo.

Bakugo fue el primero en darse cuenta de esto.
Dejaron a Harumi en su destino y al cerrar la puerta, las miradas continuaban.
Solo fue hasta que Bakugo se plantó delante de todos, amenazante, que se disiparon del lugar, o simplemente dejaron de mirar.

Si bien era propio de Bakugo ir por la vida mirando de mala forma a la gente, esa vez era especial y Kirishima se percató de esto.

—¿Ocurre algo, verdad?— preguntó mirando a su alrededor con seriedad.

—Solo ignora a este montón de idiotas. Vámonos.— tras decir esto, Kirishima asintió para continuar caminando junto a Bakugo.

Hasta que escucharon una voz que hablo inusualmente alto para ser escuchada a propósito.

—Son tan amigos que hasta comparten la chica. ¿No les parece asqueroso?— más personas se unieron a reírse sobre el comentario.

—Es cierto. Siempre están los tres juntos, se me hacía raro en verdad.—agregó otra persona.

— Aún así, lo que más extraño me parece es que la chica lo permita. — esta vez era la voz de una joven.

—Pero eso no es todo, yo me enteré que Todoroki Shoto también tuvo un romance con la chica.—todos comenzaron a decir que habían oído algo parecido.

—La clase de héroes está repleta de personas asquerosas verdad.— terminaron por agregar.

Bakugo apretó el puño. Iba a salir para golpear a esos idiotas que se atrevían a hablar sin saber. Pero la mano de Kirishima sobre su hombro lo devolvió a la calma.

—Vamos, antes de que yo tampoco pueda contenerme.— apretó con fuerza sus puños y le dió un pequeño empujón a su compañero para continuar camino.

A partir de ese día, más rumores comenzaron a esparcirse por la academia.

— Esos malditos bastardos.— se encontraban en el cuarto de Kirishima por lo que le dió un golpe al saco de boxeo que había allí.

—Si Haru-chan se entera de esos rumores...se sentiría triste.— dijo cabizbajo el pelirrojo.

— Odio a la maldita chusma. Esos idiotas no tienen más que meter sus narices en los asuntos de otros. Me enferman.— continuaba frustrado. Golpeó y siguió golpeando el saco de boxeo. Kirishima agradeció no ser aquel pobre saco.

— Aún así, Bakugo. ¿Qué hacemos con todo esto?— terminó por sentarse y juntar sus manos sobre sus rodillas, pensativo.

Bakugo se detuvo. Le dió un último golpe a la bolsa viendo la cara de todos los que habían hablado así de ellos. Y se sentó.

— Estoy furioso. Y lo peor es que no puedo golpearlos. En parte, esos malditos, tienen razón.— Kirishima abrió grandes los ojos observando a Bakugo hablar. — No es como si pudiera decirles que todo lo que dicen es mentira. Maldita sea.

Kiri bajó la mirada.
En verdad, ellos estaban con Harumi. Ambos. No es como si fueran novios de ella, nunca llegaron a formalizar nada.
Ambos se dieron cuenta de eso en aquel instante.
Ninguno de los dos se lo había propuesto.
En verdad los dos la quieran, quieren protegerla, quieren estar con ella, pero, ¿en verdad una relación de tres, es tan complicada para los ojos del mundo?
La verdad a ellos les daba un poco igual lo que pensaran los demás, más a Bakugo,de hecho. Pero, al pensar cómo se sentiría Harumi, las cosas cambiaban un poco.
Si ella llegaba a escuchar todos aquellos rumores, y la hacian sentirse mal. Ellos jamás se lo perdonarían.

—¿Qué podemos hacer al respecto? No podemos solo hacer como que no oímos nada.— Kiri, desesperado frota tu cabello.

—Es algo simple en verdad.— escuchó susurrar a Bakugo. Cuando lo miró con la esperanza de que en verdad fuera una mágica solución, lo único que vió fue su sombría expresión.— Tiene que elegir a uno, y el otro, tiene que apartarse...

Terminando de decir aquello Bakugo se levantó.

—Esta... Está no puede ser una solución.— estaba impactado, hasta un escalofrío le recorrió la espalda solo de pensarlo.— Por favor, Bakugo, tu eres listo. Piensa en una solución.

—Si en verdad quieres que ella no tenga que sufrir, ésta es la solución más sensata. Entiende, las mujeres no se casan con dos hombres. Eso en la mayoría de países es ilegal y motivo de cárcel.— Bakugo estaba siendo demasiado sensato. Tanto, que a Kirishima lo asustó un poco.

—Aún así,  ¿nadie va a la cárcel por un amante o si?

Bakugo lo miró con una expresión seria en su rostro, y suspiró.

— No es posible que digas eso. yo soy el patán aquí.— soltó otro gran suspiro.

—Pero yo de verdad no quiero...

— ¡Ninguno de los dos quiere dejarla, maldita sea!— alzó la voz. Su expresión cambió a una más triste.— Yo... Ya no quiero hablar más de esto.

Se encaminó a la puerta y cuando la abrió, Kirishima lo detuvo un instante.

—Bakugo espera—el pelirrojo intentó detenerlo—, resolvamos esto.— le rogó.

    La mirada de cachorro que Kirishima tenía en ese momento, no la pudo ver. No quería verla.

    —No quiero hablar ahora.
    Sin voltear siquiera a mirarlo se fue de ahí, dejando a Kiri solo y decaído.

Bakugo nunca caminaba con la vista en el suelo. Pero tan absorto estaba en sus pensamientos que no notó para nada a Todoroki y Midoriya que ahí estaban.

—Yo, de verdad no quiero perderla.— Kiri, en su cuarto contenía las lágrimas.
Llegó hasta su escritorio, y allí, sobre una pila de revistas, estaba la banda para el cabello que Harumi le había regalado. La tomó en sus manos aferrándose a ella.

—¿Bakugo?— el rubio se encontró con Aizawa por pura casualidad.

—No tengo ganas de hablar ahora.— estaba siendo menos agresivo que de costumbre y eso claramente preocupó a Mamá oruga.

— Ahora estoy desocupado, puedo escuchar si quieres contarme.— en realidad, Aizawa tenía la ligera sospecha de lo que estaba ocurriendo.

—En realidad— Bakugo terminó por mirar al profesor con confusión —, ¿que clase de padre en su sano juicio deja a su hija salir con dos chicos a la vez?

—¿Eso era lo que te preocupaba?— Aizawa pareció algo sorprendido, pero aún así respondió.— ¿Por qué iba a querer alejar de mi hija a dos personas que la ayudaron a crecer como persona y a pesar de todo, la hacen feliz? ¿Que clase de padre sería si no la dejo se feliz con las personas que ella cree correctas?

Bakugo quedó completamente en blanco.
El localizador de Aizawa sonó. Y después de despedirse del rubio, aunque éste ni si quiera escuchó, se fue.

Cuánta verdad había en las palabras de aquel desaliñado hombre.

7w7

¡Nuevo capítulo de esta semana!

Tengo una duda:

La relación de estos 3 como se llamaría(?

¿Existe un nombre técnico para ello? Dos hombres siendo pareja de la misma mujer.

Ahora me quedaré pensando en ello.

Cómo sea, espero que estén teniendo una linda semana y volveremos la próxima semana con otro capítulo de, la rosa de Guadalupe. Ah, no, me equivoqué, de esta cosa que escribo.

Besos💕

*Luzmala*