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Debajo de las sábanas, Kirishima se removió apegándose a la muchacha. Intencionalmente estiró su mano hasta que llegó a tocar algo blando. Se preguntó, qué podía ser, así que continuó explorando.

Harumi se puso de lado, es decir, dándole la espalda a Bakugo. El rubio se acercó mucho más a ella, tanto, que su pelvis chocó con el trasero de ella.
Harumi solo se hizo un poco hacia atrás, torturando al muchacho.

En ese momento Kiri volvió a correr su mano y la llevó un poco más abajo.

—¿Quién está manoseando mi trasero?

Kirishima se maravilló de la firmeza de las nalgas del rubio. Entonces pensó que tal ves estaba tocando su espalda, o su brazo. Eso no importaba ahora que había tocado su trasero.

— Fui yo... lo siento— dijo apenado.

—¿Tiene buenas nalgas?— le preguntó Harumi riendo.

— Son mejor que buenas. Me atrevería decir que mejor que las de All Might.—  Bakugo extendió su mano hasta donde calculó estaría la cabeza de Kirishima, al oírlo quejarse sonrío para sí.

— Bakugou...— la muchacha se volteó ligeramente para que el nombrado la escuchara.

—¿Qué?

— Siento...— Kirishima se detuvo para poder oír lo que ella decía—Hay algo blando entre mis muslos—Bakugo rió.

—¿Y qué tal?—preguntó  inquisidor. Cuando Harumi iba a responder, Kiri cayó en cuenta de lo que hablan.

—Qué tal, nada, aleja eso de ella cochino— Kirishima la aparta un poco de Bakugo y en una maniobra ninja cambia de lugar con ella.

—¿Dios era la Bakuconda?—dijo fingiendo asombro.

— ¡Harumi-chan! No le digas así— le reprochó Kirishima avergonzado— .Un momento...— Kirishima cubría a Harumi, por lo que su trasero estaba a merced de Bakugo— Hay algo entre mis muslos...— dudó un segundo y luego guardó silencio.

—¿Kiri? ¿Estás bien?—cuestionó Harumi intentando tantear con su mano libre que ocurría.

Llegó a tocar una mano,  debido a su suavidad descomunal era claro que se trataba de la mano Bakugo.

Bakugo simplemente en un solo movimiento entrelazó su mano con la de ella.

—¿Harumi-chan?— Kirishima había reaccionado al fin.—¿Ocurre algo?

—Nada...— se acurrucó en el pecho del peligro.— ¿Averiguaste que era eso blando?

— La pierna de Bakugo...— sonó algo desepcionado.

—¿Podemos dormir? Ya es tarde...— interrumpió Bakugo.

— Es verdad, y parece que no dejará de llover...

—Al menos la tormenta ya pasó. —sonrió la muchacha.

Kiri se abrazó más a Harumi.
Bakugo, mantenía su distancia de Kirishima, pero aún tomando la mano de Harumi.

Después de que pasó más o menos una hora, Kirishima se había quedado dormido.

Se movía mucho mientras dormía. Dejó de abrazar a Harumi y empujó a Bakugo hasta que los obligó a que se soltaran.

—Ni dormido deja de molestar.— gruñó el rubio sentándose de mala gana.

—Hay espacio de este lado.— susurró Harumi. Bakugo, se sorprendió al oír que aún permanencia despierta.

— ¿Acaso no dije que durmieras?
Suspirando, se levantó. Caminó hacia ella y se recostó a su lado.

—Simplemente, no podía dormir. — se pegó a él.

La Hija Del Sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora