Capítulo cinco: El escape de Hiccup (parte 2)

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Narra Hiccup

No dejaba de mirar la falta de la aleta artificial que le hice a Chimuelo y dejar de maldecir, ¿ahora qué podíamos hacer? Sin la aleta que le hice, Chimuelo no podría volar y con eso, escaparnos. Chimuelo me miro con tristeza como si fuera sido su culpa de que le hayan quitado la cola, lo acaricie y le dije que encontraría la forma de solucionar esto. El Nadder se acerco a nosotros y olfateo la aleta faltante en la cola y soltó un pequeño gruñido en forma de lástima.

Lo sé, esta muy mal--le dije al Nadder y lo acaricie en su corona--aunque....¿te gustaría ayudar?

El Nadder en forma de respuesta voló un poco al aire y volvió a aterrizar y creo que asiente un poco con su cabeza en forma de respuesta.

Lo tomaré como un sí--dije y le di espacio para que intentará algo--intenta levantar a Chimuelo con tus patas y volar.

El dragón capto lo que le pedía y voló hasta estar sobre Chimuelo, quien se puso un poco tenso al tenerlo sobre él, y empezó a volar, funciono levemente hasta que se resbaló de sus patas y Chimuelo cayo como un gato en sus cuatro patas al suelo.

Ok, necesitamos más ayuda--dije y me fije en las jaulas abiertas donde se encontraba los demás dragones--y sé donde encontrarlos.

Narra Astrid

Llevaba dos horas buscando a Hipo y no encontraba, ya estaba empezando a atardecer y no quería preguntarle a nadie más por dos razones: la primera era por el fiasco con los chicos y si Patapez jamás hubiera hablado jamas me lo hubiera quitado de encima a los demás, y la otra razón es porque a lo mejor nadie más hubiera visto donde se llevo Estoico a Hiccup.

AAAHHHGGG!!!!--gruñi con fuerza frustrada por estar dando vueltas y sin ninguna señal de él--esto es imposible, es como si la tierra se lo hubiera tragado. Lo siento Hiccup, lo intenté.

Oh vaya, miren a quién tenemos aquí--dijo una voz muy desagradable que por desgracia la reconocí, es Mildew--la joven Astrid Hofferson.

¿Qué quieres anciano? ¿que no ves que estoy ocupada?--dije disgustaba de él, como siempre, lo único que hace ese viejo que quejarse de todo y viendo que tenia una sonrisa en su arrugada cara al parecer algo lo había puesto feliz.

Se puede notar, según tus amigos estas buscando al inútil de Hiccup para decirle la decepción que ahora es aun más de lo que era antes y lo feliz que estas porque ahora eres tú la que matará al dragón--dijo para luego empezar a reír como lunático.

Eso no es problema tuyo--dije indispuesta a afirmarle esa información, si tan solo tuviera mi hacha en mano ya estuviera echo pedacitos.

En realidad me sorprende--dijo jugando con su bastón--jamas creí que tú le dijeras eso, siempre intentabas hablar con él, aunque también me lo espere por lo que el muchacho te quitó la oportunidad que tanto deseabas, ser la verdadera en quien deba matar al dragón.

Ya callate--empecé a perder la paciencia con él.

Aunque después de todo tu también lo odiabas--dijo y fue la gota que colmo el vaso.

DIJE QUE TE CALLARAS!!!--dije y le quite de una patada su bastón haciendo que se cayera al suelo.

¡Uhg!--dijo y se levanto agarrando su bastón--que niña tan grosera, solo quería ayudarte.

¿cómo me piensas ayudar?--pregunté intentando calmarme un poco.

Para poder ayudarte a encontrar a Hipo--dijo pero se dio media vuelta y comenzó a caminar--pero como me acabas de tratar hace un momento no debería ayudarte.

Cómo Entrenar A Tu Dragón: Elección DecisivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora