Capitulo cuarenta y seis: Un dia para Patapez y Heather

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Al momento de que Hiccup y Astrid se fueran de Berk, una segunda pareja también habían salido de la isla, a una donde es más tranquila.

Narra Heather

Por primera vez en mucho tiempo me levante temprano por sentir nervios ante este día, el día en que me declararé a Patapez. Salí de la casa que recientemente habían hecho para mí ya que llegue a un acuerdo con Alvin para decirle que me quedaría aquí por más tiempo, él estuvo de acuerdo con la condición que Estoico me hiciera una casa para mí.

Vaya, también madrugaste--dijo Patapez que estaba detrás de mí, por suerte reconocí su voz, sino me hubiera puesto en defensa y lo estaría golpeando por asustarme--buenos días.

Buenos días, Patapez--dije mirándolo de frente y sonreirle--ya estoy lista, ¿nos vamos?.

Vamos por Albóndiga para comenzar--dijo y lo agarro de su brazo para acurrucarme.

Soy toda tuya--dije tomando rumbo para el Ruedo donde liberamos a Albongida, quien estaba emocionada por vernos--hola nena.

Está muy feliz al vernos.--dijo acariciando la cabeza de Albongida y subirse encima de ella después de ponerle su silla--es hora de irnos, señorita.

Me extiende su brazo para ayudarme a subir y sentarme atrás de él. Salimos del Ruedo y volamos no muy lejos de Berk, y no muy lejos de nosotros vimos pasar a Tormenta y a Chimuelo hacia una isla, lo que significa que Hiccup y Astrid estaban a punto de pasar todo un día juntos, al igual que yo con Patapez.

Pero metida en mis pensamientos siento que tocamos el suelo.

Ya llegamos--me dijo aterrizando en una playa cayendo en la arema. ¿por cuánto tiempo estuve pensando?--¿Qué te parece?.

Me bajo de Albóndiga y miro la playa y la gran entrada al bosque que tenia encima un gran arco de muchas flores hermosa.

Patapez, ¿acaso tú..--dije y lo mire asombrada por las flores.

Patapez tenia una gran sonrisa mostrando todos tus dientes.

Y-yo vine ayer a la noche después que todos nos despedimos para decorar un poco la entrada, recolecte las mejores flores para hacer el arco--dijo y se acercó a mí con su sonrisa, pero soltó un bostezo cansado--trabaje en esto toda la noche. ¿te que parece?.

Sin esperar un segundo salto para abrazarlo con mucha alegría.

¡Me encanta!--exclamé con un sonrojo en mis mejillas, por suerte estaba pegada a él en el abrazo no lo pudo notar, pero esto seguía siendo lo más tierno y dulce que hayan hecho por mí, y no es el primero que hace Patapez por mí.

Me alegro que lo digas porque aun queda otra sorpresa--me dijo cortando el abrazo y llevarme a dentro del bosque pasando debajo del arco de flores que había hecho.

¿H-hay más?--pregunté sin creerlo, ya me impresionó con el arco de flores.

Sí, pero tienes que cerrar los ojos--me dijo y se puso detrás de mí para cubrime los ojos con sus manos--sigue caminando, yo te guiaré y me fijare que no haya nada en el camino para que te tropieces.

Está bien, confió en ti--dije a ciegas, sigo caminando por un buen rato, ya que no veía mis otros sentidos se agudizaron permitiéndome escuchar nuestros pasos y los de Albóndiga, el canto de aves y unos graznidos de algunos Terrores Terrible, y mi olfato llegaba a sentir los olores del ambiente, el de las flores y a cordero asado, ¿cordero asado? acaso es..--huele a cordero, Patapez, ¿esto es..

Sorpresa!!!--gritó quitando sus manos de mis ojos, al ver bien me fijo que en medio de un prado había una mesa llena de comida, el cordero asado que ya había sentido, pan, un poco de puré de papa y dos tarros de indromiel. Yo estaba sin palabras, totalmente en shock--hice toda la comida con un poco de ayuda de mi madre, ¿recuerda que te dije que cocina tan bien?, pues le pedí que me ayudará con el puré para que quedara delicioso.

Cómo Entrenar A Tu Dragón: Elección DecisivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora