Prince Of France | Shawn Mendes

Capítulo 46: Bajarte

Cuando Shawn y yo nos apartamos del abrazo, me arrancaron de inmediato.

—Qué demon-

—¡Ustedes dos son taaan lindos! —dijo Maria y ambas me abrazaron. Casi me caigo hacia atrás.

—¡Eso fue tan dulce! ¡Morí, Iman, morí! —dijo Juliette siendo demasiado dramática.

—¿Nos puedes enganchar con Príncipes también? Porque esto es simp-

—Escuché que el Príncipe Blake está soltero —se animó Juliette.

Shawn se aclaró la garganta. —Señorita.. —dijo acaparando la atención de Juliette y Maria—. Créeme, no lo quieres.

Y todos nos reímos. Shawn siguió robándome miradas mientras me bombardeaban con preguntas. Y felicitándome por lo hermosa que me veía y por el anillo.

—Iman, ¿ves la forma en que te mira? Le gusta vigilar cada uno de tus movimientos —dijo Juliette.

—En serio. Es como, si tú te mueves, él se mueve —murmuró Maria.

—Pero de todos modos, ¡felicidades! ¡Estás malditamente comprometida con él! Te dije que este día iba a llegar —saltaron alrededor.

—Sí, lo hicieron —sonreí y las abracé—. Las amo. Ustedes son las mejores —son de gran apoyo y me aman a pedazos.

—Iman, deberíamos irnos —dijo Shawn de pie junto a mí y sonriéndoles a las dos—. Y gracias, señoritas. Fueron de gran ayuda —dijo mostrando sus dientes.

—Yo- nosotras- no.. no hay problema en absoluto. C-claro —murmuraron y tartamudearon.

—Gracias, otra vez —se rió tomándome de la mano y llevándome fuera del café.

[...]

El viaje a casa fue silencioso. No era un silencio mortal o incómodo. Solo un silencio pacífico que contenía emoción.

Shawn pensó que era hora de ponerle fin a la quietud. —No puedo creer que ahora estemos comprometidos —sonrió.

Me sonrojé. —Yo tampoco lo puedo creer.. —dije mirando el hermoso anillo que tenía en mi dedo.

Nos detuvimos en un semáforo en rojo. —Me alegro mucho de que fueras tú. Es como si estuvieras hecha para mí. Y solo para mí —recalcó la parte «solo». Era tan posesivo.

Me dio una de sus hermosas sonrisas que siempre convertía mi corazón en algo, poniéndome y debilitando mis rodillas.

—También me alegro de que fueras tú, Bae.

Shawn sonrió. —¿Bae? ¿Ahora soy "Bae"? Todo lo que tomó fue un anillo y tu comida favorita, ¿y ahora soy "Bae"?

—Deja de decirlo como si no fuera nada, ya te dije lo que significaba. De todos modos, no usaré la palabra. Te lo ganaste —me reí entre dientes.

Cuando llegamos a casa, Shawn me ayudó a salir del auto y caminamos hacia los escalones de la entrada.

El interior estaba muy oscuro. La única fuente de luz que se podía ver eran las velas encendidas que subían por las escaleras de caracol a su habitación.

—Vamos —dijo Shawn.

La escena era tan hermosa y todo era simplemente increíble.

—Adivina qué, Iman —dijo Shawn emocionado.

—¿Qué?

Sacó algo de su cajón. —Kevin Hart en realidad tiene muchas películas, tú sabes. Si lo deseas, podemos verlas a todas esta noche.. —sugirió.