Prince Of France | Shawn Mendes

Capítulo 62: Planificación

Iman

—Te amo —dije besando los labios de Shawn mientras él también me besaba.

Estábamos caminando de la mano por un enorme parque.

—Oye, he estado pensando.

—¿Qué cosa, Iman? —preguntó. Miré el anillo de compromiso.

—Quiero comenzar a planear nuestra... boda —le dije. Realmente no vi el punto en esperar ahora.

—En realidad estaba esperando que tú dijeras eso. No quería ser tan molesto al respecto —Shawn sonrió.

—No, no, no lo habrías sido. Y además, no quiero que nuestros pequeños nazcan fuera del matrimonio. Ya han sido concebidos fuera de él.

Él asintió.

—Hablando de eso, has estado aquí en los Estados Unidos durante bastante tiempo. Supongo que tu familia podría estar extrañándote —dije mirándolo.

—¿Entonces quieres que me vaya? —se rió.

—¡No! Quiero decir, solo estaba... diciendo.

—Lo hacen, pero saben por qué estoy aquí —dijo con una expresión seria.

—¿A qué te refieres?

Se rascó la cabeza.

—Pues, antes de venir, tenía la intención de que te fueras conmigo.

—¿Y qué te hizo cambiar de opinión?

—Ver lo estable que estás aquí, por eso cambié de opinión.

—Para ser bastante honesta y no sonar como una colegiala enamorada —hice una pausa, haciéndolo reír—, realmente no me importa dónde estemos mientras esté contigo.

—Awww —se burló.

—Sí, sí, ríete, pero es la verdad. Es como si quisiera ir a donde sea que vayas, estar siempre cerca tuyo, darte besos interminables. Honestamente, no sé qué es —dije básicamente derramando el contenido de mi corazón.

Me sentía así por él y no hay vergüenza en ocultarlo.

—¿Acaso mi pen...?

—Shawn.

—Solo bromeo. Pero bebé, yo siento lo mismo —me abrazó juguetonamente—. Entonces, ¿no te importa volver conmigo? A Francia, quiero decir.

—Depende. ¿Cómo va a reaccionar tu familia conmigo estando...? Ya sabes.

Se tomó un segundo para pensarlo.

—Bueno —me rodeó con un brazo mientras caminábamos—, Blake va a ser... Blake. Él estará encantado. Aaliyah, mi adorable hermanita, estará muy emocionada y no te dejará en paz. Mi madre, estará más feliz que nunca, y papá... —se calló—, puede que no le guste, pero dudo que diga o intente hacer algo —se rió entre dientes.

—¿A qué se debe el cambio repentino? —pregunté curiosa. Podría jurar que el rey me odiaba hace unos meses.

—Digamos que vio cuánto sufría su hijo sin su amada —me besó en los labios.

Yo fruncí el ceño.

—Shawn, lo siento mucho por eso.

—¿Huh?

—Por dejarte. Puse todo lo que teníamos en riesgo. Lo siento mucho.

—Está bien, Iman. Al menos ahora estamos juntos, ¿verdad?