Capítulo 61: Ansiedad

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Iman

—El médico estará aquí en breve, su alteza —dijo la enfermera pelirroja y Shawn le dio las gracias. Ella firmó algo en su portapapeles y se fue.

Miré los azulejos de mármol en el piso mientras jugaba con mis pulgares. Otras personas sentadas en la sala de espera nos miraron furtivamente, preguntándose qué estaba haciendo Shawn aquí.

—¿Estás bien? —Shawn preguntó sentándose a mi lado.

—Sí... —suspiré.

Él sabía que no lo estaba, pero simplemente lo dejó pasar.

Muy pronto apareció un señor con una larga bata blanca y un portapapeles. Parecía de mediana edad, tenía el pelo negro y una cálida sonrisa.

—Es un honor conocerlo, príncipe —le asintió—. Madame —dijo desviando sus ojos hacia mí—. Usted debe ser la señorita Iman, ¿podría venir conmigo?

Me levanté y seguí al doctor hacia una habitación de control.

—Buenos días, mi nombre es Sr. Powell —saludó.

—Buenos días.

—¿Cómo te sientes hoy? —preguntó dando ligeros golpes con su pluma.

—Ugh —dije haciéndonos reír a los dos.

—Pues... —dijo volteando un par de páginas—, según el amable joven, ha estado vomitando con frecuencia y ha tenido síntomas tempranos de enfermedad. ¿Te sientes bien ahora? —preguntó mirándome.

Sostuve mi cabeza.

—Un poco mareada —respondí.

—¿Con qué frecuencia te sientes así?

—Sólo últimamente, en realidad. Siempre me mareo por la mañana —él escribió algunas cosas.

—¿Cuándo fue su último ciclo menstrual? —preguntó mirando hacia arriba.

—Lo siento, no puedo recordarlo.

—No se preocupe, señorita —lo escribió—. ¿Está sexualmente activa?

Sentí que mi corazón se aceleraba. Era incómodo tener que decírselo, pero sabía que tenía que hacerlo.

—Sí.

Él asintió con la cabeza y escribió eso también.

«Gracias a Dios que no estoy aquí con mi mamá».

—Muy bien, madame —dijo y salió de la habitación.

Una enfermera me pidió que me hiciera un examen urinario para ver «qué tenía». Volví a la sala de espera donde vi a Shawn levantar la vista cuando me vio.

—¿Te encuentras bien? ¿Qué pasó?

—Cálmate, Shawn. Todo lo que hizo fue revisarme como cualquier otro doctor.

—¿Te hizo sentir incómoda? —preguntó mirando detrás de mí. Me reí.

—No, Shawn.

Se abrió una puerta y el Dr. Powell salió. Me llamó y le dije a Shawn que regresaría.

—Entonces, su orina ha sido escaneada varias veces —hizo una pausa.

¿Por qué se detuvo? ¿Me va a decir que tengo una enfermedad que amenaza mi vida o algo así? Los médicos no tienen corazón.

—Estás perfectamente sana. Sin embargo, hemos encontrado algunas hormonas específicas por ahí...

El suspenso.

Prince Of France | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora