Capítulo 10: Príncipe encantador

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Cuando termino de contar los detalles, Juliette tiene la boca abierta, analizando los hechos.

—¡Mentirosa! —dice lentamente.

—Te juro que no –suelto una carcajada—. Todo eso realmente sucedió. Me pidió que almorzáramos así que le di mi número.

Ni siquiera yo puedo creerlo.

—¡Iman! —Juliette me da una fuerte palmada en el brazo.

—¡Oye! —me quejo mientras abandonamos el café.

—Eres malditamente afortunada —dice dando saltitos de emoción. Siento que me arden las mejillas.

—A decir verdad, estoy algo nerviosa.

—Pues es normal, eres la mujer más afortunada de Francia ahora mismo, pero no dejes que tus nervios estropeen esto.

—Vamos, Julie, no ocurrirá nada extraordinario, simplemente almorzaremos —le sonrío. Es verdad que me encontraría con un príncipe, cualquier persona estaría emocionada, pero ya tenía claro que no iría más allá.

—Pero podría suceder —exclama con alegría. Me cubro la cara con ambas manos por la vergüenza.

—Sí, cómo no —le digo y ambas reímos.

~°°°~

Siento la luz de el sol a través de mis párpados y me despierto con una sacudida, recordando algo: apagué el despertador aún estando dormida.

—¡Es malditamente tarde! —tiro las mantas de encima mío y echo un vistazo al reloj de pared, indicando que eran las diez de la mañana—. ¡Cristo!

Tomo mi teléfono y marco rápidamente el número del café.

Café Veret, ¿en qué puedo ayudarle? —contesta una de mis compañeras de trabajo, su nombre es Lily. No hablamos mucho debido a nuestros diferentes horarios de trabajo, pero parece una buena chica.

-Hola, Lily, habla Iman. Por si no me recuerdas, trabajo en el café.

—Por supuesto que te conozco. ¿Quién no lo haría en este café? —ríe suavemente.

—Claro, lo siento. Escucha, llego muy tarde a trabajar. ¿Puedes escribir mi nombre en la lista? Estoy en camino.

—No hay problema —dice, y se queda en silencio durante unos segundos—. Eh... Iman, tú no trabajas hoy.

—¿Disculpa? —pregunto confundida, sin mover un músculo. Tengo prisa en ir a trabajar y me sale con que no debo.

—Tu nombre no está en la lista de hoy, pero debes venir mañana —escucho que voltea las páginas.

—Debe haber un error, siempre trabajo los viernes —digo mientras me rasco la nuca. No entiendo nada.

—Hoy no estás trabajando, definitivamente. Tu nombre no está aquí —repite

—De acuerdo, entonces. Gracias... —ladeo la cabeza hacia un lado. Decido revisar mi teléfono y veo que tengo una llamada perdida y un mensaje de texto de un número desconocido. Abro el mensaje:

Buenos días, espero no estarte molestado. No olvides que no trabajas hoy. ¿A qué hora debo ir a recogerte para almorzar?

-Shawn.

Releo el mensaje una y otra vez, hasta que lo recuerdo. ¿Cómo pude olvidar esto? ¡Tengo un encuentro con el maldito príncipe!

El mensaje fue enviado hace media hora. Guardo su número en mi teléfono y respondo:

Prince Of France | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora