Capítulo 75: Confesión

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Shawn

—Está bien, ahora voy a pasarles el jabón, ¿de acuerdo? —dije removiendo el agua—. Muy bien, Jaedon, tú vas primero.

Metí a mi hijo en el agua tibia y luego le siguió Janice.

—Viens ici chéri (Ven aquí, cariño).

Ambos comenzaron a reírse y chapotear en el agua. Les estaba quitando suavemente el jabón en sus cuerpos cuando Janice miró hacia atrás y comenzó a quejarse.

—¿Qué ocurre, bebé? —le pregunté sin saber por qué lloraba—. Janice...

Ella comenzó a llorar más fuerte mientras salpicaba el agua con fuerza.

No sé por qué me asusté.

Señaló un lugar en el suelo y cuando vi el esponjoso oso de peluche, negué con la cabeza. Eso no se mete en la bañera. Si fuera de plástico o algo así, sí, pero no era el caso.

—Lo siento, cielo, pero no se puede.

Ella me miró por unos segundos con sus ojitos aguados antes de abrir la boca y comenzar a llorar aun más fuerte.

—Janice, no —dije levantándome y apartando el oso a la vista, pero sus gritos simplemente empeoraron. Suspiré y volví, dándole el oso de algodón de todos modos. Ella comenzó a sorber por la nariz mientras lo apretaba y lo metía en el agua.

Realmente espero que Iman no vuelva demasiado pronto.

Después de que terminé de lavar sus pequeños cuerpos, continué con sus cabellos. Podría lidiar con el pelo de Jaedon, pero no estaba muy seguro de cómo iba a hacer el de Janice.

Vertí el champú rosado en mis manos y comencé a masajear su suave cabello, notando que sus rizos comenzaban a encogerse. Proseguí a enjuagarlo con agua mientras Janice cerraba los ojos. Es horrible cuando el champú se enjuaga ya que llega a todas partes, especialmente a los ojos.

Usé una toalla para cubrir sus rostros porque no quería que abrieran sus ojos mientras los lavaba. Eso sería... peligroso. Los sequé, les apliqué crema para bebés y les puse los pañales.

Después de vestirlos, vi un poco de televisión junto a los pequeños milagros. Jaedon se quedó dormido a mi lado y Janice siguió su ejemplo en mi pecho.

Prácticamente pasé todo el día con Janice y Jaedon, y realmente lo disfruté.

Finalmente, los puse a dormir en sus cunas y salí silenciosamente de la habitación. Por el pasillo, oí el sonido de unos tacones y observé a Iman acercarse cada vez más mientras comenzaba a quitarse sus pendientes.

Cuando me vio, sonrió y se detuvo.

—Hola, cariño —dijo besándome directamente en los labios—. ¿Cómo están Jaedon y Janice? —preguntó mirando a la puerta de su habitación.

—Están bien, están durmiendo en este momento.

Me di cuenta de lo que estaba usando Iman. Un vestido corto de encaje negro con un collar de oro y tacones negros.

—Entonces, ¿en dónde estabas? —le pregunté con curiosidad.

—Salí con tu madre y Aaliyah, ¿recuerdas?

—Ohhh sí, lo recuerdo.

—¿Lo ves? No me estarías preguntando eso si tan solo me hubieras prestado atención en vez de quedarte embobado.

Yo sólo sonreí. Ella comenzó a caminar delante de mí y le di una palmada en su trasero, provocando que se riera entre dientes.

—Shawn, de verdad, para.

Prince Of France | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora