Capítulo 56: Prométeme

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Iman

Mamá y yo estuvimos en el spa hoy. Fue bueno tener un poco de tiempo para nosotras, teniendo en cuenta la gran brecha que teníamos la una de la otra.

Y solo necesitaba dejar de pensar en algunas cosas y relajarme.

También fuimos a hacer algunas compras y pasear. Todo el tiempo, mamá me estuvo susurrando acerca de otras personas.

Ella era el tipo de mamá que siempre tenía algo que decir.

De camino a casa, también se quejó de lo lento que conducía.

—Um, ¿qué estás haciendo? —preguntó.

—Mamá, no te preocupes. Conduzco tan cuidadoso como puedo.

—Hm.

Mentalmente puse los ojos en blanco.

[...]

Entré en mi habitación y guardé las bolsas de las compras. Cuando me quité los zapatos, mi teléfono comenzó a sonar.

Por el rabillo de mi ojo vi que era un número desconocido, así que simplemente lo dejé sonar. Por lo general me siento rara al contestar llamadas al azar.

Cuando el timbre cesó, sonó de nuevo.

Finalmente decidí atender la llamada.

—¿Hola? Habla Iman.

Es tan agradable volver a escuchar tu voz —dijo la voz profunda y suave en la otra línea.

Mi corazón comenzó a latir tan rápido que pensé que saldría de mi pecho.

Con voz temblorosa, le respondí:

—¿Shawn?

Sí. Soy yo, cariño.

A pesar de que ha pasado un tiempo, aún tenía la misma sensación cuando me llamaba así.

Um... espero que sepas que estoy aquí, y-y solo llamaba para hacerte saber que quiero verte. Sería encantador si pudieras venir. Quiero decir, solo para que podamos hablar —divagó.

Mientras hablaba, me sentí como masilla en sus manos. Su voz era dulce y suave. Yo tampoco pude negarlo, también quería verlo.

—Sí, eso sería... bueno —dije nerviosamente.

Él hizo una pausa.

Iman, gracias. No te arrepentirás. Ya no puedo esperar a verte.

—Igualmente, adiós —dije mordiéndome el labio y colgando a regañadientes. Antes de que lo hiciera, vi que ninguno de los dos colgó primero.

Muy pronto me envió una dirección de hotel.

No me sorprendió mucho el hotel en el que se hospedaba.

Hotel Baltimore 4 estaciones.

Ese lugar era básicamente el mejor, ni siquiera podía verme a mí caminando por el vestíbulo.

De todos modos me vestí de nuevo y volví a salir.

Narrador

Iman entró en el vestíbulo del hotel. Se sentía muy cohibida. Llevaba un vestido de cuerpo largo hasta la rodilla, tacones con correa en el tobillo y una chaqueta blanca. Su maquillaje era simple: delineador negro, algo de rubor y un poco de brillo en los labios. En cuanto a su cabello, ahora tenía rizos.

Prince Of France | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora