Prince Of France | Shawn Mendes

Capítulo 92: Sueño revelado

Iman

Estaba caminando detrás de una pequeña criada rubia mientras ella me llevaba a una habitación tranquila. La habitación no tenía tanta importancia, era solo un lugar donde cualquiera de nosotros podía relajarse, despejar la cabeza y hablar.

Pero dio la casualidad de que a Manuel le gustaría hablar conmigo.

No tenía miedo ni nada, solo curiosidad por la razón por la que necesitaba hablar. Por lo general, si quería hablar conmigo, también se le pedía a Shawn que me acompañara.

El rey se encontraba enfermo, así que estaba un poco preocupada, por decir lo menos. Él debería estar en la comodidad de su habitación, pero entonces pude ver por qué ese no sería un gran lugar para hablar.

—Mi rey, le traigo a Iman —la doncella se inclinó, y Manuel se sentó, reconociendo a la muchacha.

—Gracias, eso es todo —le dijo, y entonces la despidió.

—Me dijeron que necesitabas hablar conmigo —hablé caminando hacia el largo sofá de color gris en el que yacía.

—Así es —habló en voz baja. Me sugirió que tomara asiento a pocos espacios de él—. Iman... ¿cómo has estado? ¿Cómo han estado los gemelos? No he tenido un momento para ver lo que ha estado sucediendo en este palacio.

—Me encuentro bien, al igual que los bebés, gracias —le di una sonrisa. Manuel sonrió y asintió.

—Eso es bueno —dijo y entonces frunció el ceño—. Como ya sabes, soy un anciano... y un anciano enfermo.

—Sí —respondí, sin saber a dónde iba.

—Así que siento que mi caminar en este mundo se está acortando cada día más.

Mi corazón dio un salto ante sus palabras.

—Manuel...

—Me gustaría aprovechar este momento para agradecerte, y una vez más disculparme por todos mis errores. Sabiendo lo que he dicho y hecho en el pasado en tu contra y que realmente has cambiado mis perspectivas, sigo sin sentirme muy bien conmigo mismo —dijo, y pude ver que estaba siendo honesto.

—Está bien, yo no... —lentamente levantó su mano.

—Eres la definición de perfección para mi hijo, y como he dicho antes, que él te persiga y luche por ti, dice más de lo que las palabras podrían jamás. Haces sonreír a mi hijo, lo has completado, lo haces feliz y sacas lo mejor de él. Gracias por eso, y lamento haberte subestimado. Serás una reina fabulosa, hija mía —él me dio una pequeña sonrisa.

—Gracias.

—También me gustaría darte las gracias por dar a luz a los niños, y por permanecer al lado de Shawn, y solo por eso, me has convertido en el abuelo más feliz del mundo. Me siento bendecido, realmente.

—Sé que todo lo que siempre quisiste fue que Shawn tuviera éxito.

—Sí... —Manuel soltó una leve tos—, y la única forma en que puede seguir adelante es si yo me voy —cerró los ojos y se cubrió la boca con el puño mientras emitía otra tos profunda y desagradable.

—¿Estás bien? ¿Debería llamar...? —pregunté casi entrando en pánico, pero él sacudió la cabeza.

—No, claro que no. Estoy bien —dijo ahora recostándose en el sofá.

—¿Estás seguro? —pregunté nuevamente y Manuel asintió.

Cerró los ojos durante unos cinco segundos antes de abrirlos con cansancio, y me indicó que me parara a su lado.