Un suspiro tras otro

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No puedo creer! Esto es de locos boluda.
Jazmín sonreía mirándola de reojo estaban quietas mirando aquél lago cristalino y el paisaje por detrás aquellas colinas aquél verde.
Y a pocos centímetros de sus pies tenían una canoa, Jazmín arregló todo con los muchachos guías para que las ayudarán cuándo fueran a subir a la canoa.
Mientras Jaz volvía de la especie de tienda donde habia todos los accesorios necesarios para el canotaje.
Flor seguía sin poder creer tener tanto para admirar frente a sus ojos.
Jaz- Bueno mi amor la actividad que vamos a hacer en unos minutos se llama kayak!
Flor la miraba extrañada pero risueña ya comenzaba a sentir ese cosquilleo característico que le aparecía cuándo iba a vivir una nueva aventura.
F- kayak? Me imagino tiene que ver con estas canoas, le dijo señalando con sus ojotes grandes la canoa.
Jaz- exacto amor!!! Te animas le pregunto acariciándole el cabello.
F- Por supuesto que me animo yo siempre estoy lista para la aventura, le decía con voz chistosa.
La pelirroja amaba como la bajita disfrutaba de cada cosa.
Jaz- vamoooo todavía!!! Jaja
Entonces la abrazó y mientras esperaban a iniciar el recorrido por el lago caminaban por el lugar abrazadas, sus soleras de verano se movían sutilmente por la brisa que corría.
El cabello largo de la más alta lucía un naranja iluminado por la luz solar.
Los rulos de Florencia se mantenían tranquilos en su espalda y sólo en alguna oportunidad algún tirabuzón se le instalaba en la cara al que guardaba detrás de la oreja, y a lo que Jazmín le decía que le parecía preciosa la imagen de su rostro con aquél trozito de rulo a un costado de su ojo izquierdo, cayendole por su cachete y Flor tenía la costumbre inevitable de sonrojarse cada vez que su novia le decía algo bonito.
Los ojos verdes en medio de aquél otro verde que las rodeaba, aquélla naturaleza que las abrazaba y les ofrecía lo mejor de ella ahí mismo los ojos de Jaz miraban con picardía y ternura cada gesto que presentaba su novia cuándo se avergonzaba, al mismo tiempo la castaña le sonreía de costado y recostaba su cachete en el hombro de la más alta que sonreía abiertamente respirando el aire dejando a sus ojos perderse sin dejar de ser consciente de la compañía de aquélla personita que caminaba a su lado.
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Ahora sí ya las chicas estaban prontas para entrar a la canoa, los muchachos ayudaban a cada una a colocarse el chaleco, y el siguiente paso era indicarles como debían ubicarse, la canoa tenía dos huecos donde irian sentadas ellas, aquellos huecos estaban un poco alejados uno del otro, y esta era alargada, Flor quizo ir adelante en el primer aciento, entonces la pelirroja se ubicó detrás de ella tirándole un beso con su mano y guiñandole el ojo a la bajita que le devolvía aquel beso y le entregaba una sonrisa llena de emoción.
Los muchachos dieron un último empujón a la canoa que se ubicaba en la orilla, mientras les informaban a ellas cómo debían mover las palas.
Cada una tenía un par y debían sincronizarse para ir en una misma dirección.
Los chicos acto seguido se subieron a la otra canoa para acompañarlas en el paseo.
Así entre risas movían como mejor les salía los brazos.
Flor pegaba gritos de alegría y la pelirroja sentía su corazón enloquecer de amor por saber que estaba disfrutando a más no poder el momento.
Sus ojos se iban al agua dónde podía reflejarse sus rostros.
Jaz- Floor hay peces, se pueden ver los peces esto es increíble.
La más bajita gritaba de costado porqué no podía inclinarse mucho.
F- Lo sé esto es demasiadooo.
Aunque sus brazos se cansarán un poco, no había duda de que valía la pena, el recorrido ahondandose por ese camino en el que a ambos extremos se asomaban árboles de muchos tamaños, los colores el aroma que se percibia que llegaba a ellas era despertador de muchas sensaciones que hacían que sus ojos se cerraran para volver a abrirse y llenarse de nuevo de todo a su alrededor.
La cara de ambas lo decían todo pero también deseaban que aquéllos huecos estuvieran un poco más cerca para sentirse y hablarse más de cerquita aunque no pudiesen verse de frente.
Paletas haciendo movimientos circulares, sintiendo en sus oídos el sonido maravilloso del agua, fueron recorriendo aquél lago, aquellos muchachos que iban a tan solo centímetros de ellas iban contándoles características de cada cosa que veían.
Florencia estaba en su salsa le copaba de manera increíble escuchar sobre la historia de cada cosa que sus ojos disfrutaban, la boca de la pelirroja se abría inconscientemente cada vez que descubria algún nuevo detallé, y sonreía achinando sus ojos al sentir a su novia curiosear preguntar más cosas a los muchachos que respondían con total gusto y amabilidad.
Ya iban finalizando las canoas iban llegando al destino del inicio nuevamente ellos se encargaron de arrimarlas más hacia la orilla y tenderles la mano para que tocaran tierra.
Flor esperaba que Jaz saliera, ambas tuvieron el impulso de hacer lo mismo fundirse en un abrazo llenas de entusiasmo ahora podían nuevamente estar cara a cara y lo aprovecharon muy bien se besaron sin importar que los muchachos siguieran presentes.
Jaz- Esta mal que después de haber presenciado tanta belleza vos me sigas pareciendo lo más hermoso del universo?
F- Si está mal que nos condenen a las dos entonces porque yo siento lo mismo.
La pelirroja pegó su frente a la de la bajita lo que instantáneamente adormecia sus parpados mientras le daba una serie de besitos y la abrazaba moviéndola despacito como si sonará alguna balada en el viento.
Almorzaron en un lugar fuera de lo común, con detalles encantadores.
Ahi mismo en el lago podían turistear por los bosques ya que eran seguros a comparación de otros bosques que si estaban llenos de sorpresas, animales variados.
Este era un bosque más pequeño y apto para recorrerlo sin apuro alguno. Tenían un techo verde sobre ellas compuesto de hojas más claritas y más oscuras y en los huecos se vislumbraban pedacitos de cielo, el sol reflejándose en cada rincón.
Otra vez ese aroma proveniente de los robustos troncos, el pasto, la tierra.
Sus corazones se comunicaban entre ellos siempre aunque se fundieran en un silencio mientras apreciaban, descubrían y acariciaban los árboles, pero sus miradas siempre se buscaban se llenaban de complicidad.
El sol le daba más claridad a sus ojos, los de Jazmín admiraban aquéllos cafés, los matices que la luz generaba en ellos y ella descubría que esos verdes escondían tanta magia como aquella atmósfera en la que se encontraban.
Así porque sí, mirandose con esas incansables ganas de siempre de verse a los ojos, de elegirse a través de ellos.
Se acariciaron, la pelirroja contorneaba la cara Flor que cerraba los ojos despacito por la dulzura con la que la mano de Jazmín posaba y deslizaba sus dedos, tragó en secó y pestañeo, la pelirroja miró por detrás de la baja y fue llevando despacito tomándola de la cintura hacia aquel árbol que estaba próximo a las dos.
La de rulos daba pasos hacía atrás confiada porque la tenía de frente y eso bastaba para estar segura.
Aquello era un silencio cargado de cosas hermosas.
La espalda de la castaña sintió el contacto del tronco, la de cabello largo dejó su mano derecha en la cintura de Florencia y la otra la apoyó en donde estaba recostada la de rulos. Comenzaron los besos dulces, sus dientes chocando, sus manos bajaron hacia abajo entrelazandolas a cada uno de sus lados susurrandose bajito esas cosas que sentían tener que decir en ese instante.
Sus labios sonreían y besaban, soltaban para respirar y atrapaban de nuevo con más ganas, los sonidos del paisaje se hacían presentes, la bajita sentía las manos de la pelirroja que le encontraba lugar a sus dedos entre sus ondas y así seguían dándose todos los besos habidos y por haber.
Flor se quitó las chancletas y dejó respirar sus pies moviendolos sintiendo el pasto brindándole frescura, Jazmín divertida.
F- gorda sentí ésto! Descalzate así se siente todo mucho mejor!
Se quitó las de ella y al dejar al descubierto sus pies que tocaban algunas hojas caídas apretó su labio inferior con los dientes y río consiguiendo achinarse.
F- Te dije alguna vez que cuándo sonreis y te volvés chinita sos lo más tierno del planeta.
Jaz- ayyy porfavor! Jaja yo china?
F- Re china te reís y tus ojos quedan así... Se achino sus ojos cafés para mostrarle a su novia y está se reía con las monadas de Florencia.
Jaz- ah siii? Vení para acá! Cuándo fue a agarrarla la bajita salió disparada con sus pies descalzos, la picardía en su mirada sintiendo los pasos de Jazmín.
Decidió dejarse atrapar por ella.
F- Pido! Pido!
Jaz- Te rendís? Vos no estarías sintiéndote bien le tocó la frente.
F- Me siento perfecta le dijo acercándose de una forma que a la alta le pareció peligrosamente tentadora.
La tomó con sus dos manos de la nuca y le dió un beso que a la otra la dejó fuera de eje, se sintió vulnerable con sus manos temblorosas, los labios de Flor tenían la costumbre de hacer con ella lo que querían.
Que hiciera lo que quisiera! Pensó la pelirroja.
Los caminos eran angostos y en distintas direcciones, flores de múltiples colores se asomaban de entre el verdoso pasto y Jazmín no podía resistirse y se quedó apenas milímetros detrás de Flor que estaba distraída y tomó dos de ellas y con un aire casi infantil volvió rápido junto al ella con gesto tierno miró a su novia que iba caminando a un paso despreocupado y le tendió las dos florecitas.
A Flor le pareció un detalle tan precioso!
F- Gracias! Son hermosas!
Ahora estaban de frente Jaz no dijo palabras, sólo se dedicó a mirarla con una paz en sus ojos que llamó la atención de la de bucles.
Bastó un segundo para ponerse en sintonía con la paz de ella.
La más alta bajo la mirada a las mano de aquella que sostenía las flores, primero acarició sus manos, la más pequeña sintió inmediatamente su calor, sonrió y pestañeo suave muy suave casi un movimiento desapercibido.
Entonces se tomó un momento para decidirse cuál de ellas le luciría mejor con su color moreno de cabello.
Le corrió las ondas por detrás de su hombro y despacito deslizó el fino tallo por su oreja dejándole un rastro de cosquillas en esa zona que le desprendió una risa temblorosa.
La observó que imágen más bonita, que hermosura era esa cascada rizada aquella diminuta flor resaltaba sus ojos grandes esos ojos hechizeros, poderosamente capaces de derretirla y desordenarla, Florencia hacía todo aquello sin pedirle permiso.
Jaz- Hermosa completamente hermosa!!! Le dijo mientras acariciaba o más bien rozaba los pétalos.
Florencia sintió unas ganas terribles de acolchonarse en Jaz se abrazó a ella con tanta devoción, a veces le pasaba eso se sentía atravesada por tanto amor que sentía la necesidad de refugiarse en sus brazos y sentir su perfume y todo lo que energía de aquel ser que no paraba de hacerla sentir una y otra vez.
La cabeza de la bajita quedó recostada en lo que llegaba de su hombro más alto, Jazmín estaba enamorada de esos abrazos que le daba derrepente, un amor tan llenó de paz se había instalado entre sus días, la atrapó por la cintura y sostuvo con toda la delicadeza su cabeza, sintiendo los besitos fugazes en su hombro y despidió un suspiro de esos que sustituyen las palabras.







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