El mundo de a tres

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El sonido de esa vocesita era lo mas perfecto que había, desde que Noa con sus nueve meses balbuceaba, las tenia a Flor y a Jazmín rendidas de amor, mientras la beba sentadita agarraba juguetes, los soltaba y agarraba otros, ellas la acompañaban en el suelo.

De repente lo que le habian enseñado en estos días, salio sólito, en esta mañana Noa les estaba regalando la oportunidad de estar las dos para sentir un Mamá.

Un mamá que le toco a la pelirroja cuando le hizo unas caras jugando, la alta no reacciono rápido, miro esos ojitos y enamorada miro a la de rulos  con los ojos verdes llenos de lagrimas como los de la bajita, entonces recién ahí apoyo sus rodillas en el suelo, Flor le corrió los juguetes y la pelirroja la tomo a upa, Noa estaba más que acostumbrada a ser abrasada en conjunto por sus dos mamas.

La bebe se durmió en su cunita y Flor estaba en los ojos de Jazmín que seguían con la emoción de ese primer mamá, y la bajita le tomaba las manos con unas caricias chiquitas y redondeadas con sus dedos y la invitaba con un abraso.

La alta se reía y le decía que había sido mejor de lo que se había imaginado que iba a ser escucharla llamarla de esa manera.

Flor le dijo que eso era una de las infinitas cosas que ella se merecía.

Aquella sensibilidad dulce de ella le iba a durar para rato, la sensibilidad que le enamoraba desde sus rulos hasta sus pies.

Esta ves no aprovecharon a correr a descansar un poco, esta ves se quedaron juntas en la cocina, hablaban de que podían almorzar y como era el día libre de la pelirroja querian salir con la niña.

Ya llevaba millones de cosas aprendidas por cocinar con la alta, la Flor de antes no contaba con las herramientas de hoy para cocinar, y le gustaba el clima de preparar la comida, antes le aburría pero con ella aprendió a darse el tiempo de probar y abandonar los NO, entonces empezó a dejar entrar los SI que le permitieron encontrar tiempo de armonía, un tiempo de cocinar de a dos con alguna música de fondo, disfrutarlo de verdad, la mayoría de veces la música la remplazaban sus conversaciones, sus risas.

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Llevaron de visita a Noa a la casa de Dulce en la tarde, sus ojos verdes se llenaban de chispa cuando veía a aquella pequeñita, y Flor le decía a Jaz que aquellas dos juntas no podían ser mas perfectas para ver.

Se armo una cena en la casa de Javo y su esposa, Miranda, Souphi,ellas y la beba.

La cena era una charla infinita y entreverada con millones de temas que se hilaban y otros que se colaban en el medio, todos en un tiempo distinto jugaban con la niña hasta que se dormia, entonces la dejaron descansar en el cochesito apenas a unos pocos metros de ellas , cerca del sillon, para que sus voces y risas no la molestaran.

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Los paseos en la ciudad de noche eran cortos comparado con los paseos que hacian de a dos, el frío para la pequeñita hacia que reducieran el tiempo afuera.

Pero también se disfrutaban de una manera especial, Noa cada ves estaba más grande, iba sentada en el coche y se armaba su propia fiesta, movía sus manitos.

Muchas veces paraban sus conversaciones para escuchar sus balbuceos, ahí ya frenaban y no podían evitar agacharse y asomarse al coche, con aquella gracia que les provocaba oírla.

Entonces ella se reía, cuando las dos le hablaban y eran tres risas en la vereda de aquella calle en la ciudad.

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Sus pasitos cortos y acelerados tenia corriendo a sus mamas por la casa, tenían que cuidar que no se fuera a ciertos lugares, ni que agarrara enchufes ni otras cosas, se maquillaban entrecortadas, Flor la agarraba a upa y con la otra mano se terminaba de acomodar la ropa, entonces llegaba la de ojos verdes y se la sostenía para que la bajita terminara, entonces se ponía las caravanas, agarraba unas toallitas de Noa y las guardaba en su bolso para salir y entre eso las miraba con una sonrisa, tenían su vida a veces a las corridas con ella, pero eran las tres en casa, y en tantos otros lugares, cerro el cierre del bolso y fue ella quien la sostuvo ahora para que la alta terminara de secar su cabello, era el ultimo detalle que faltaba, la niña había sido la primera vestida peinada y perfumada, cuando la de pelo largo fue al baño para usar el secador Noa estiro los bracitos a upa de Florencia, en el baño la pequeña veía el cabello de su madre moverse con el vientito del secador y su ruido la de rulos no podía creer su cara de atención observándola y riendose cuando algún mechón volaba mas alto o la mano de su madre agitaba un poco el secador, Jazmín se distraía de su secado, se distraía y le costaba creer lo que eran ellas, aquellas cosas de a tres y todo lo que iba pasando a cada minuto, su mundo particular era amor con ellas dos, el mundo de las tres era amor.






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