Tanto ❤
Jazmín subió a su apartamento con el cabello mojado, se lo había soltado para darle algo de aire, entró enseguida al baño para tomar una toalla y se dirigió al cuarto, comenzó a secar primero su pelo y sus brazos, el resto de su cuerpo estaba cubierto por la ropa mojada mientras secó un poco más su cabello pelirrojo sentada en el borde de la cama se perdió en los minutos anteriores en que la había tenido con ella bajo la lluvia y sintió calor recordando ese instante impulsivo en que no pudo contenerse más y le confesó sus sentimientos, se tiró a la cama recostándose con la toalla entre sus manos, los ojos cerrados y una sonrisa que le iluminó la cara se cambió se alistó para ir a dormir, dio varias vueltas en su cama…
Por momentos no sabía cómo manejar sentirse tan frágil amarla la asustaba un poco pero ese mismo amor la hizo querer ser valiente y romper con sus miedos de que las cosas no salieran como ella quería y que de un momento a otro la felicidad se le derrumbara y ahí estaba otra vez la que se adelantaba, la que se enroscaba pensando en lo peor, quería centrarse en lo feliz que era con Flor y no le importó pensar en nada más, abrazó su almohada y se durmió poco a poco sintiendo paz.
Flor hablaba por celular con Miranda en la cama con el brazo izquierdo por debajo de la almohada y con su otra mano sostuvo el celular en la oreja.
F- Miru tengo miedo.
M- Ey ¿miedo? ¿Pero de qué?
¿No me dijiste que con ella iba todo súper bien, súper lindo?
F- No, si, s Jaz no es el problema tengo miedo de contárselo a la familia ¿entendés? ellos no se imaginan que yo pueda estar con una mujer en pareja jamás lo sospecharon porque no yo sabía que me podían gustar las mujeres (le dijo cerrando los ojos con un suspiro saliendo de su boca).
M- Vos tranquila lo importante para nuestra familia siempre fue vernos felices ellos te aman y puede que les tome por sorpresa y les cueste al principio pero lo van a aceptar, yo estoy, siempre voy a estar para sostenerte, entre las dos vamos a enfrentar lo que sea, te amo.
F- Te amo y amo tenerte en mi vida sos la mejor hermana que podría haber pedido.
Logro descansar con las palabras de su hermana.
Habían tenido una mañana feliz, ya eran infaltables los mensajes mañaneros deseándose buenos días y buena jornada, ya no sabían lo que era desayunar sin sus llamadas por celular haciéndose compañía mientras daban comienzo al día.
Jaz tomó un sorbo de su té de frutilla.
Té que se enfrió por hablar sin parar con ella.
Jaz- Gordita mía me muero por verte, si no estuviera por entrar al café te iría a buscar al trabajo.
Flor iba acostumbrándose a ponerse colorada siempre por las cosas que le decía, no había un día que no la hiciera reír y no había un día que no la hiciera sentir especial.
F- Yo amaría salir y que estés ahí esperándome pero cuando tengas libre en la semana podes hacerlo obvio.
Jaz- Ay si tenés razón, buenas noticias este viernes libro y puedo ir a buscarte.
Le dijo ilusionada con la idea.
F- Me encanta Jaz (y sonrió apoyando su mano en el cachete mientras revolvió el café).
Jaz- Ya voy a entrar te veo a la tarde te...
Y la bajita la sintió retractarse de lo que iba a decir.
F- Deci lo que ibas a decir no hay problema me encanta que me lo digas.
Jazmín sonrió con vergüenza rascándose la frente entendiendo que se había dado cuenta.
Es que no quiero abrumar.
F- Jaz te amo, yo también te amo.
Jaz- Te amo, te amo, te amo ¡te veo hoy princesa!
Flor moría con cada princesa de ella.
Y así entre desayunos dulces y llenas de amor comenzaron la jornada laboral.
.
.
Las horas pasaban y las ganas de estar juntas eran increíbles.
Sus corazones latieron con más fuerza cada que las agujas del reloj se acercaban más a la hora en que dejarían sus uniformes, el encuentro se hacía desear.
En la casa de la de pelo pelirrojo se encontraban ambas sentadas en la vereda ancha del edificio donde vivía la de ojos verdes, en el que las acompañaba una luna que las comenzó a alumbrar, ya habían cenado y ella invitó a Flor a hacer algo tan simple como estar abrazadas observando la luna y las estrellas que aparecieron de a poquito, esos pequeños detalles como estar así, la alta rodeándola por la cintura y darse besos de costado mientras disfrutaban de la suave brisa de la noche que les acarició el pelo eran momentos que hacían que cada día juntas tuviera algo nuevo por vivir.
Luego de unos minutos abrazándose y besándose entraron, Jaz amaba sorprenderla y llevarla a caballito, sentir como se abrazaba a ella besándole la mejilla.
La radio la sorprendió con una canción romántica de esas para bailar lento y la de ondas largas no pudo evitar tomarla de la mano, la invitó a bailar con ella.
Arrimó a Florencia a su cuerpo que llevó sus manos a los hombros de la colorada.
Jazmín apoyo una mano en su cintura y la otra con la palma en su espalda mientras comenzó a moverse lentamente como acunándola a ella que se dejó guiar y se perdió con el perfume de la colorada que le dejó dulces besos en la oreja al tiempo que le cantó bajito.
Dejó de tararear para besarla.
Los besos fueron y vinieron, eran tiernos se tomaron su tiempo para disfrutarse, las caricias encontraron nuevos rumbos, nuevos caminos por dónde agarrar, se miraron y ahí estaban otra vez sus ojos, ellos se dijeron lo que quizás las palabras no podrían, las respiraciones abandonaron el estado de calma para pasar a acelerarse, sus ojos siguieron hablando, crearon puentes, las dos fueron sintiendo cada vez más, se abrazaron de golpe, se acariciaron, suspiraron una y otra vez y supieron que ambas querían lo mismo, la de ojos verdes tenía sus manos escondidas en los rulos de Flor, envueltas en un beso largo y profundo pero sin abandonar jamás la dulzura que entre ellas existía, las manos de las dos temblaron al tiempo que se animaron a explorar, Jazmín se detuvo y la miró…
Jaz- Yo no quiero apuntarte en nada.
F- No me apuras bonita.
Jaz- Si te arrepentís por favor decímelo (le dijo acariciando su cara y en sus ojos no cabio más amor).
F- Te lo prometo.
Y siguió con lo que estaban antes, le atrapó el labio inferior y la de ojos verdes la subió a upa, la dirigió al cuarto, las caricias al borde de la cama no dieron tregua, descubrirse por primera vez…
Jazmín la miró y la hizo sentir tranquila, segura, cuidada, le pidió permiso con la mirada, tenía miedo de hacer algo que la asustara, sintió que iba a tocar a alguien por primera vez en su vida y es que así se sentía amar a Florencia, la amaba como jamás amo a nadie, quedaron las experiencias anteriores nulas, se sintió una principiante, las manos le temblaron pero la felicidad de el momento que iban a vivir pudo más que nada, despacito con cuidado la fue acostando, sostuvo su cuello de flor y su espalda.
La bajita miró cada gesto de ella embobada y nerviosa, ella si era nueva pero el miedo no pudo competir con las ganas de amar a alguien como Jaz.
La pelirroja sonrió dejándola recostada, le besó la nariz.
Y siguieron la batalla de besos, besos que fueron de sus bocas a cada parte de sus rostros, la de ojos verdes bajo hasta su cuello mientras se atrevió a subirle la blusa a ella que sintió un escalofrío y cientos de cosquillas recorrerla.
La de cuerpo menudo se inclinó para sentarse ayudándola a ella que la tomó de la mano y dejó un beso en los nudillos de la mano de la más bajita. Jazmín la ayudó a quitarse la blusa quedando en corpiño, tragó en seco, su piel le pareció increíble, su piel la llamó, la invitó a repartir millones de besos, la de ojos marrones encontró en sus ojos verdes la seguridad para continuar, volvió a recostarse bajo la mirada de la más alta que se vino sobre ella.
Jaz- Sos hermosa (y dejó un beso en sus labios, besó su frente
y se refugió en el cuello suave de Florencia, besó cada parte de su cuello y suspiró creyendo morir con cada roce que daban sus labios en la mujer que amaba, comenzó a bajar dejando besos de amor y pasión por su pecho respirando el aroma de su cuerpo, arrastró su labio inferior por entre medio de sus pechos aún cubiertos por el corpiño, la bajita la interrumpió volviendo a inclinarse para que pudiera quitárselo y la pelirroja se perdió en esos ojos cafés, paso las manos por su espalda, la besó mientras lo desabrocho lentamente, acarició sus hombros en los que deslizó las tiras negras y lo dejo caer.
Flor suspiró con su pecho que subía y bajaba, jamás se sintió más observada y expuesta.
La alta besó sus manos, acarició su pelo y volvió a bajar la mirada a sus pechos, cada parte de ese cuerpo que miró por vez primera le pareció lo más lindo del universo.
Jazmín volvió a retomar el camino de besos esta vez amando con delicadeza y ganas sus pechos, Flor cerró sus ojos con conciencia de cada besó, los labios de ella que la sintieron, la saborearon de una manera que la hicieron delirar, bajo a su abdomen besando como si no hubiera un mañana, la hizo suspirar y sentir el sube y baja de su acelerada respiración, besó con ternura su ombligo y ella sintió cosquillas cuando la pelirroja se detuvo en su ombligo, siguió repartiendo besos, fue dejando rastros de humedad en su piel, con su boca se detuvo al ver que Flor le pidió permiso con sus ojos para quitarle la remera, la colorada se entregó subiendo sus manos para despedir la remera y se volteó quedando arrodillada en la cama, la de ojos marrones acarició y beso sus hombros, Jaz se mordió los labios, sintió sus pechos quedar libres, se dio vuelta y la vio sorprendida, la tomó de la cara y la besó susurrando pegada a su boca…
Jaz- Te amo.
F- Te amo Jaz.
Se desvistieron poco a poco entre besos.
La pelirroja no dejó ni un mini espacio sin besar, amarla así completa, entera la llevó a la gloria, la hizo voltear quedando boca abajo y siguió besando con el deseo que le recorrió el cuerpo, el alma, besó su cola y pasó su lengua.
Hizo que gimiera encontrándose con la sensación de sentir su lengua que la recorrió, la pelirroja sintió su calor y dejó infinitos besos en su espalda, besó cada lunar en la espalda de Florencia, rozó su nariz y la respiró, la de rulos se inquietó con cada caricia y tembló debajo de ella que se tomó el tiempo necesario para amarla bien, la abrazó y pegó sus pechos a la espalda de la bajita con la respiración agitada, sus labios hinchados de tantos besos que le dio, las dos gimieron al sentir sus cuerpos pegados.
La de pelo largo siguió abrazada a su espalda y pegó su cara a la de ella y susurró en su oído haciéndola vibrar...
Jaz- Te amo, te amo como nunca ame a nadie, no aguanto más, la de rulos se dio vuelta.
Se fundieron en una mirada de amor, sus pechos se sintieron juntos y se perdieron, se besaron con pasión sin freno sus pelos revueltos Jazmín no dejó de mirarla, necesito mirarla para lo que se venía quería que ella se sintiera cuidada, Flor le hizo entender que estaba lista y ella se pegó a su frente, tomó la mano izquierda de la de cara más chica y entrelazó sus dedos, sus bocas entreabiertas sus respiraciones agitadas y mezcladas, cerró fuerte sus ojos marrones y gimió en los labios de ella cuando sintió los dedos de Jaz que entraron en ella, arqueo sus caderas el sudor de sus cuerpos se mezclaron, el cuarto de la pelirroja se llenó de gemidos, el de las dos, la de ojos verdes movió sus dedos con la velocidad exacta, sus ojos no dejaron de mirarse, ella le hizo el amor sin despegar la frente de la de suya, se abrazó a ella, sus caderas se movieron juntas como si toda la vida se hubiesen conocido, la bajita se sintió morir con cada gemido que Jazmín soltó contra sus labios, la colorada le besó el hombro al tiempo que se movió sobre ella que se abrazó más y recorrió la espalda de la de pelo largo, la más bajita se tomó a ella con más fuerza cuando la pelirroja mordió despacito su hombro.
Aaahhh gritaron y se arquearon, sintieron sus centros pegados, los volvieron a pegar, ambas fueron llegando abrazadas a lo más alto del placer.
Esa cama fue testigo de dos almas que se amaron de punta a punta que se entregaron en cuerpo y alma.
Flor tenía sus ojos cerrados aún, con la boca abierta, respiró agitada mientras, la de pelo pelirrojo la abrazó y la llenó de besos mientras los ojos de ellas se aguaron.
Emocionada…
Jaz- Te amo como nunca ame a nadie (rozó su nariz como tanto amaba sobre la nariz más chiquita de ella).
Flor le dio pequeños besitos en la boca.
F- Te amo, a nadie como a vos.
Ella jamás se sintió tan amada y cuidada y Jazmín jamás recorrió un cuerpo con tanto amor cómo lo hizo con el de ella, aún agitadas siguieron comiéndose a besos, nada las frenó, sus labios estaban hinchados, sólo se separaron para respirar y así pegadas se besaron una y otra vez.
ESTÁS LEYENDO
La magia de encontrarte
RomansDos chicas llenas de vida e ilusiones que tienen que encontrarse para descubrir cosas que no conocían y hacer de sus vidas la mejor aventura