Contigo siempre ❤️

253 33 13
                                    


Miranda se sentó al lado de su hermana en el sillón del living, su abuela en el sillón del costado derecho y sus padres compartieron el sillón enfrentado al de ellas.
No supo por donde comenzar pensó que empezar por contarles como la conoció sería lo más sensato ya que fue ahí que comenzó todo fue ahí que Florencia había descubierto tener sentimientos por una mujer.
.
.
F- Y nada me enamoré, la conocí y me pasó, quizás ustedes no creen en el amor a primera vista pero fue lo que me pasó.
Para este momento sintió que literalmente su frente era un río descomunal del cual le llovieron gotas de sudor, su hermana le tomó la mano izquierda que tenía a su costado sobre el sillón marrón, la agarró sutil, la acompañó y le dio ánimos cuando vio que su hermana se trabó y sintió que el pánico no iba a dejarla continuar.
Y es que a decir verdad el relato estaba finalizando y ninguno de los tres emitió sonido alguno, se sintió rodeada de inmensos ojos que la observaron, en cuyos rostros no pudo descifrar con claridad lo que pudieran estar sintiendo, quizás asombro se podría decir.
Flor se llamo a silencio ya estuvo todo dicho, por su parte no le quedó más que callar, les dio tiempo y se dispuso a contestar el mar de preguntas que esperó que le hicieran.
Un silencio se formó en la sala, de esos silencios que sentís que si alguien no rompe el hielo el aire puede cortarse con un cuchillo, respiró varias veces, bajó la mirada al suelo mirándolos a los tres con el palpitar de su corazón que golpeó fuerte por dentro, no recordó cuando fue la última vez que sintió esa clase de nervios que estaban cargados de miedo que parecía que te iban a debilitar en cualquier momento, entonces buscó esos ojos color cielo que la entendían siempre, la entendían y ahí, se sintió aunque fuera un poco mejor si se pudo decir, Miranda pestañeo al mirarla y asintió muy despacio con la cabeza y le hizo entender que había hecho lo correcto y que eso era lo más importante, su padre rompió al fin el hielo y antes de decir palabra alguna justo cuando su boca se abrió para hablar justo en ese segundo anterior a lo que fuera que iba a decir ella sintió que su respiración se detuvo hasta que no lo escucho decirle algo.
Marcelo – (Su mirada tuvo algo que la confundió más).
No pareció triste pero tampoco es que destiló felicidad pura.
M- Yo no me esperaba ni en mis más remotos sueños que mi hija nos reuniera a todos para decirme esto (movió la cabeza mientras miró sus manos juntas sobre su pantalón de jean verde).
M- Pero a pesar del miedo que percibo en tus ojos, te conozco he visto brillar esos ojos durante muchos momentos de tu vida y veo que estás bien me cuesta, me cuesta la idea no voy a decir mentiras sabes que nuestra relación siempre se basó en la absoluta confianza siempre imaginé a mi hija con un muchacho que la amara como se merecía (le dijo y la miró a los ojos a una Flor que no supo muy bien que sintió).
No me imagino verte de la mano de otra señorita cómo vos pero te amo por sobre todas las cosas, amo lo que sos el ser humano en el que te vas convirtiendo cada día y que seas mi hija no me da derecho ni soy quién para decir con quién podes ser feliz, como o cuando entonces si vos me decís que estás feliz es todo lo que necesito para ser feliz yo también (a ambos les brillaron los ojos con lágrimas que estuvieron a punto de desparramarse sobre sus mejillas).
F- ¡Soy muy feliz papá! (Le dijo con la voz que reflejó emoción).
Su madre miró a su esposo y tragó con dificultad por el nudo que se formó en su garganta desde que su hija largo la confesión y se terminó de desatar cuando escuchó las palabras salir de la boca de Marcelo.
Miranda conocía esa mirada que sostuvo su madre y respiró aliviada porque esa mirada le dio lo que necesitó saber, entonces suspiró y le dio un apretoncito de mano que hizo que le corrieran más nervios por el cuerpo a Florencia que tuvo ganas de salir corriendo, no estaba segura como acabaría aquello.
Su mamá la miró con comprensión.
Flor amor uno sueña tantas cosas para los hijos, sueña con que tengan un futuro hermoso, con que logren más cosas de las que nosotros logramos (miró a Marcelo que asintió positivamente) y también a veces nos olvidamos que más allá de lo que nosotros podamos soñar para ustedes son ustedes quiénes deciden que caminos tomar que sueños perseguir y sobre todo como amar porque de quién, uno no sabe, de qué persona va a enamorarse en quién va a encontrar ese amor pero sobretodo en un mundo donde se espera que los demás actúen en base a lo que debe ser, soñamos que sean lo más felices que puedan ser (de vez en cuando secó las lágrimas que cayeron finitas por sus mejillas, las hermanas siguieron sostenidas de la mano, ya eran un mar de lágrimas porque comprendieron, sobretodo confirmaron una vez más que en su hogar tenían el mayor tesoro del mundo una familia que daba amor.
Su abuela movió la cabeza de un lado al otro llamando así la atención de Florencia que respiró aliviada.
F- ¿Abuela que pasa?
En cambio en la mirada de su abuela se encontró con algo que la desalentó que hizo que olvidará el alivio que había sentido segundos antes.
A- Perdóname pero yo no puedo comprenderlo no puedo imaginarme, quizás sea que en mis tiempos estas cosas no eran bien vistas (su voz mostró desilusión, enojo, la bajita vio lo que venía las palabras de su abuela se sintieron como si estuvieran revolviendo la herida.
Puedo entender que estés confundida, quizás el hecho que esa chica fuera tan detallista y te endulzara el oído confunde y eso es lo que te sucedió.
Flor como pudo le contestó, tenía la garganta lo suficientemente cerrada como para tener la impresión que aunque intentará quizás no saldrían palabras de su boca.
Pero como pudo con la respiración agitada…
F- Abuela si vine a decirles esto con lo que me costó sabiendo que podría defraudarlos cosa que no podría soportar es porque estoy muy segura de mis sentimientos, no son una confusión abuela de verdad (se acercó y se agacho a la altura de su abuela en el sillón).
A- Lo siento si esperas que te diga lo que queres escuchar yo no puedo entenderlo, te amo pero no puedo entender cómo mi nieta teniéndolo todo viene con estas cosas.
Miró al hombre y la mujer y la ignoró, se paró y antes de irse le dijo…
A- Que decepción.
Flor llorando no la retuvo, el choque que le dieron sus palabras la dejó tiesa en el lugar parada y Miranda la tomó de los hombros.
La mujer se fue los padres de Florencia se acercaron a ella y la abrasaron fuerte.
Marcelo- Dale tiempo ella fue educada de una manera distinta y aunque es una mujer llena de vida de alegría y comprensiva esto para ella es raro, distinto y lo distinto asusta ¿sabes?
Tememos a lo distinto a lo que es diferente a aquellas cosas que tenemos establecidas.
Su mamá le acarició el pelo.
Tu papá tiene razón ella te ama sos una de sus personas favoritas amor y quiere tanto como nosotros que seas feliz (la bajita lloró nada la calmó, ni los abrazos.
.
.
En el cuarto de su madre llamó a Jazmín Miranda la acompañó.
Jaz- Mi amor ¿cómo estás? ¿Qué pasó? Ya estoy yendo mi vida.
Lloró del otro lado del teléfono cosa que la preocupó mucho y se puso nerviosa.
Su hermana ya no supo cómo hacer que dejará de llorar, sabía lo que le dolía que su abuela no la entendiera para ella su abuela era todo y Miranda lo sabía y eso le dolía a ella también.
Flor le pidió ir sola afuera para tomar aire y esperar a su novia, no quizo que se conocieran de esa forma y la rubia claro que lo comprendió.
La brisa que corrió le despejó aunque sea un poco la cabeza, su corazón estaba enredado no supo qué hacer nunca sintió tanta tristeza.
Mientras miró el cielo con su cabeza apoyada en el muro de aquel edificio donde tantas noches dialogaron y rieron con su abuela, lloró con más fuerza, la pelirroja la vio de perfil llorando como si buscará que las estrellas le dieran la fuerza y el valor que ella no encontró en ese momento, sintió una puntada fuerte en su pecho era dolor por ver a la mujer que amaba sufrir, con lágrimas en los ojos corrió, las cosas no habían acabado del todo bien.
Jaz- Flor (aterrizó enfrente con su cabello moviéndose con la brisa,
la abrazó sin más).
Ver a la alta hizo que el llanto que disminuyó un poco se intensificará, se aferró al cuello de la alta que sufrió con ella.
La bajita puso la cara en el hombro de la colorada y sus brazos en su espalda.
Mi abuela Jaz, mi abuela una de las personas que más amo, yo la decepcione.
Jaz- No mi amor jamás podrías decepcionarla, deja que pase tiempo ella te ama como vos a ella (le acarició el pelo por primera vez sintió que no importó que tan fuerte la abrazara no pudo quitarle lo que sentía y deseo ser ella quien estuviera en su lugar).
La tomó de la mano y la llevó a su casa, ella no hablo en todo el camino, dio sollozos mientras la alta la abrazó de costado y le dejó muchos besos en la frente, la acompaño en silencio porque entendió que aunque moría por decirle mil cosas el silencio era lo mejor que pudo darle, tuvo ganas de llorar pero decidió mantenerse entera para ella porque entendía lo que Flor sentía el mismo miedo que ella sintió cuando le contó a su abuela.
La de rulos dejó las llaves en la mesa sin ánimos de nada, la de cabello largo la tomó de sus manos la miró unos segundos, así las dos en silencio, verle los ojitos decaídos le rompió el corazón la atrajo hacia ella y la rodeo con sus brazos pero no solo la abrazó con ellos la abrazó con el alma con todo el amor que sentía por ella que era inmenso en ese abrazo tuvo la ilusión de poder acabar con la pena que la invadió, quizo abrazarla y protegerla de cualquier cosa que borrara esa sonrisa que le iluminaba la vida, la de ojos marrones amaba la forma en que la pelirroja la cuidaba y aún no comprendía que clase de poder tenía en esos brazos que le creaban un instante de seguridad, comprensión, dulzura, le creaba un mundo donde solo podía recibir amor, ahí en ese abrazo ella recordó esas palabras entonces se separó de golpe y la dejó confundida a ella que le acariciaba la cara, espero a que la bajita dijera algo, se quedó ahí estudiando sus gestos para saber qué iba a decirle.
La enrulada la miró fijamente.
F- Jaz te amo como nunca ame a nadie sos el amor de mi vida pero también amo mucho a mi abuela y no puedo estar tranquila sabiendo que ella no me apoya.
A Jaz se le comenzaron a aguar los ojos, entendió por donde venía ella, como pudo junto valor y la escuchó.




F- No quiero lastimarte no quiero darme a la mitad sintiéndome culpable por amarte porque vos no mereces eso, sos la mejor mujer que conocí en mi vida, Jaz vos mereces alguien que no tenga que esconderte por miedo a lo que su familia va a pensar (le dijo con la vista que se le nublo por las lágrimas a ella que estaba igual o peor, aquellos ojos verdes lloraron sin tregua alguna, la pelirroja sintió que le apretaron fuerte el corazón y se lo dejaron pequeñito como una bolita de papel.
Jaz- No, para hermosa yo sé que es difícil te juro que te entiendo yo también debo enfrentar a mi familia pero juntas podemos con esto las cosas con tu abuela se van a arreglar yo quiero estar con vos, quiero que entiendas que de mi mano podes ir a donde tengas ganas porque yo te voy a seguir al fin del mundo si queres (pegó su frente creando ese ambiente íntimo en donde sus corazones se miraron frente a frente ellos no entendieron de nada ellos estaban juntos, se elegían a cada momento.
F- Yo con vos puedo todo se que tu mano me sostiene fuerte pero necesito procesar lo que pasó necesito hablar con ella, necesito unos días bonita por favor solo necesito pensar, estar sola (la alta lloro como una niña pequeña sin consuelo, en un impulso dado por su corazón la tomó entre sus brazos y le dio un beso que le dijo a la más bajita cuanto la amaba y que a pesar de no querer separarse iba a dejarla pensar, la besó por todos los besos que no iba a poder darle en los días en que le pidiera estar sola).
Ambas se besaron entre el agua de sus lágrimas, la de ojos verdes besó su frente y antes de irse…
Jaz- Voy a respetar tus tiempos si necesitas pensar pero tene presente que esta  mujer te ama con cada parte de su ser y que voy a cuidarte siempre. Salió del apartamento de ella con el corazón en pedazos, no iba a renunciar al amor de su vida.

La magia de encontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora