Quiero toda mi vida con vos

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Los días parecían haber corrido mucho más rápido que los anteriores al civil, las modistas y sus ayudantes iban de un lado al otro, alfiler por acá, de un costado y del otro, está vez estaban en el mismo lugar pero separadas en diferentes sectores, sus vestidos blancos caían hacía abajo, Jazmín se miraba de todos los ángulos posibles en el gran espejo del local y no hacía falta ver su piel para saber qué se iba erizando cada vez más, el civil había sido terriblemente emocionante pero verse de blanco fue algo que la traslado inmediatamente a las veces que se imaginó vistiendo de novia, le pidió a su madre, que se mantenía mirando todo de cerca que le sacara una foto quería dejar registrado incluso los detalles anteriores a casarse y aunque no estuviera pronta del todo.
Reía fuerte porque su madre se lo había tomado muy enserio, le sacaba fotos hasta por demás pero que más daba en este día todo era permitido.
La morocha estaba sentada con sus pies cubiertos por las medias cancán, esperando a que le colocarán los zapatos que iban en conjunto con el vestido, movía los dedos de sus pies de arriba hacia abajo y los dedos de las manos al parecer se habían contagiado también porque no se quedaban quietos sobre el delicado tul de su falda, ahora sí se paró sobre ellos entre su madre que le tomaba la mano derecha y la modista de la mano izquierda para que no se fuera a tambalear, subió el conjunto de tul y enagua hacia arriba para dejarlos al descubierto y caminar a pesar de haberlos probado en movimiento ya un montón de veces en las pruebas, pero una vez más se movió lo más natural que pudo, le calzaban perfecto se podía mover tan cómodamente y eso le provocó una sonrisa de tranquilidad, que bueno que sus pies se seguían acoplando tan bien a ellos y que por una de esas cosas a ellos no se les ocurrio agrandarse o ensancharse, en eso estaba pensando en este momento.
En que estaría Jazmín, estaría observando sus zapatos como ella e intentando caminar con normalidad sorteando los nervios, pero lo que si estaba segura es que estaría con su vestido blanco o al menos eso era lo que creía si no es que hubiese elegido otro color que importaba se la imagino a su lado separadas por una pared, por una puerta hermosa locamente hermosa, ganas que ganas de ir a buscarla y morfarsela con vestido y todo pero se mantuvo en lo que estaba y trato de concentrarse.
Lista, la pelirroja ayudaba a las otras manos que se sumaban a las de ellas a alisar la falda por delante y por detrás mientras masticaba y pasaba el chicle de fresa para un costado y para el otro, lo masticaba con ritmo haber si así disminuía aquél  nerviosismo.
El perfume chispiante caía sobre sus cuellos, salpicaban alguna pequeñita parte de sus hombros.
No hacía falta perfume porque aquel momento, aquél día tenia un aroma de esos que no se borran más.
Jaz había querido ser quien estuviera antes en el altar, la espera a la morocha se le hacía eterna pero valía todo la pena.
Sentia esas insistentes cosquillas en la palma de las manos, entonces las frotaba una con la otra mientras miraba por la ventana que era bastante oscurita con la idea de que no se viera a la novia.
Adentro ella subía de la mano de Javo que la dejaba en el altar.
El padre de Flor que iba con ella atrás la abrazo, el auto que estaba estacionado una cuadra antes a la de la iglesia ahora sí ya podía dirijirse allí.
Ya era hora, respiro con tranquilidad un par de veces.
Cerca de la gran puerta que se mantenía cerrada mientras del lado de adentro esperaban dos chicos de traje a cada lado de las manijas largas de las puertas para abrirlas, su padre enlazo su codo con el de ella se dedicaron una mirada de dulzura antes de caminar, Flor apoyo su cabeza en el brazo ancho de su padre era más bajita que el de modo que no llegaba a su hombro el beso su cabeza y la miro una vez más y con su mirada le consulto sí ya estaba listo para avanzar ella le respondió que sí con su cabeza, y juntos entraban las puertas entonces se abrían y los nervios de las dos ya subían a otro nivel más.
Las personas que se daban vuelta hacía sus costados, sus ojos cafés fueron de prisa a aquella figura esbelta que estaba enaltecida en el alto escalón.
La boca de Jazmín quedó abierta sus labios daban un pequeño temblor que quizás pasa nada desapercibido por los demás pero ella sí que lo sentía, creyó que su corazón había salido despegado para abrazar al de Florencia ya no estaba con la pelirroja se fue completo y entero con esa morocha que se acercaba a paso lento sonriendole a los demas y sonriéndole a ella, sus mejillas sentían el paso de las lágrimas, orgullo fue lo que sintio, cuantas emociones estaban permitidas al mismo tiempo pasar por un solo cuerpo?

La magia de encontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora