Abrazos sin medida

169 24 12
                                    

Una vez listas y cambiadas bajaron las escaleras del segundo piso tomadas de la mano. 
Cuándo bajaron el último escalón, Jaz de  costado se acercó y olió el cuello perfumado de la castaña.
Y sonrió cómo siempre, las sonrisas de oreja a oreja eran ese lenguaje sin palabras que aparecía cuándo ninguna de estas lograban estar a medida para describir sus sentimientos.
Fue un día movidisimo para ambas, realizaron variadas actividades.
Eran las siete de la tarde del domingo y las chicas iban en el taxi que las llevaria al aeropuerto, para tomar el vuelo de las 21:00 hacía Montevideo.
Se quedaron con ganas de estar más días, pero sus trabajos las esperaban.
Iban abrazadas en el asiento trasero, Flor estaba algo adormilada el agua de la playa la había dejado cansada, y de pronto sus ojitos marrones pestañaban pero hacía lo posible por no dormirse porque amaba no perderse los paisajes, le encantaba que sus retinas los coleccionaran.
Jazmín notó el cansancio de ella y con dulzura le susurró.
Jaz- Hermosa dormí un poquito yo te aviso cuando lleguemos.
F-mmm es que no quiero dormir y perderme de la vista.
Jaz- jajaja sos una hermosura, pero si ves que no aguantas descansas un poco si? Sólo un poquito?? Le decía haciéndole trompita y besándole aquellos cachetes que le parecían irresistiblemente tiernos y comestibles.
Flor no llegó a dormirse porqué la llegada al aeropuerto fue rápida.
Una chica y un chico en la entrada las ayudaron con la carga.
Se les ocurrió comer algo en uno de los locales de comida que tenian ahí.
Hablaron cómo dos cotorras sin pausa, se rieron recordando lo vivido.
La pelirroja halago el moreno que había adquirido la bajita en su piel, mientras le sonreía chinito.
Entregaron las bandejas de la cena en el mostrador dejándolas apiladas a un costado de la caja registradora, y salieron.
.
.
El avión ya había hecho su tan esperado despegue.
La morena había esperado a que este lo hiciera para poder descansar, la pelirroja era la que más despierta estaba de las dos.
Y aunque no tuviese sueño ahora, ofreció su pecho para que la de ojos oscuros se recostara.
Jaz- vení amor dormí tranquila que tenemos cerca de cuatro horas.
F- Jaz te vas a acalambrar conmigo apoyada!
Jazmín se reía con la cara de preocupada con que la miraba Flor.
Jaz- No gorda no me vas a aplastar vas a estar de costado jajaja además yo me ofrezco a ser tu almohadon con mucho gusto! Abrió sus brazos esperando a que ella se acercara.
Florencia sin pensarlo apretujo su cachete en su pecho y movía su cara acomodándose tiernamente.
Aquél cachete suavecito le daba cosquillas por dentro a la más alta y finalmente la tranquilidad de la bajita la dejó totalmente en calma y fue cerrando los ojos para ella también descansar pero aún así decidió acariciar su cabello ondulado aunque su novia no las fuera a sentir, le gustaba sentir la suavidad de esos tirabuzones que lucía tan hermosamente.
Los asientos no eran del todo cómodos pero con dormir abrazadas ya estaba más que bien.
.
.
Hubo un poco de retraso en la salida asique eran las tres de la madrugada y ellas recién abrían la puerta de la casa.
Jaz- Hogar dulce hogar!!!! Dijo contenta los ojos verdes le brillaban no podía evitar sentir emocion de volver a la casa que compartía con ella.
F- Nuestra casita!!!
Entraron,se liberaron de las maletas, los bolsos los dejaron en el sillón.
Y cómo si no se hubiesen visto por dos días se abrazaron con ganas.
Nunca entre ellas debia existir una ocación o motivo en especial para las demostraciones de amor, se abrazaban porque estaban juntas en casa en aquél rincón especial y porque así lo sentían sin más.
Se acurrucaron juntitas en la cama por las pocas horas que les quedaban.
Jazmín más qué nunca nesecitaba su café de las mañanas!
Flor desayunaba mientras acomodaba algunas cosas para su clase algunas mañanas la pelirroja se sorprendía con la habilidad que tenía su novia para desayunar y realizar más cosas.
Jaz- hermosa déjame que yo te acomodó vos decime que te falta, tenés que desayunar tranquila a las corridas no desayunas bien amor!!! Se paró con su taza de café y le dio un besito.
F- Amor listo!!! Ya está, miro su reloj.
F- ok tenemos tiempo de terminar nuestro desayuno.
Al fin paró la pelota y se sentó sin preocupaciones.
Que lindo fue ver a sus pequeños otra vez.
Cuánta alegría le sumaban a su corazón.
En la cocina se la había extrañado a la pelirroja y sus compañeros se lo hicieron saber.
Javo estaba más que contento de tener a su compa favorita otra vez.
No podía su corazón con tanto amor cada vez qué llegaba a casa y Flor la esperaba con la cena, y es qué la pelirroja sabía de los malabares que debía haber hecho en la cocina y su ternura aumentaba cada vez qué la de ojos cafés ignoraba que le había quedado algún rastro de harina o algún otro ingrediente en su cabello o en sus cachetes.
Cada día estaba más orgullosa de la mujer que tenía al lado.
Y seguido solía pedirle a la bajita que la esperará porque se moría de ganas de cocinar junto a ella y ver en vivo y en directo sus gestos al cocinar y esa tenazidad de intentar, aprender y sin dudas mejorar.











La magia de encontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora