Lluvia en toda la ciudad, a pesar de que no era lo mismo que recorrer con el día lindo, aquél día lluvioso era otra de las caras hermosas que podía tener esa ciudad.
Gris y fresco, parecía que por hoy el verano se había tomado un día de descanso.
Al menos podían llevar abrigos antes de salir, apenas se habían despertado sintieron el ruido de la lluvia, y segundos más tarde la ventana delataba el estado de afuera.
Jazmín gastó unos segundos recostada sobre la pared con su cuerpo de costado hacia la ventana para poder observar las calles mojadas, un cielo opaco y sin embargo nada allí perdía color, seguía manteniéndose intacta esa sensación que aparecía cuándo te presentabas frente a ella, una ciudad para nada apagada.
Aquella ventana le hacía acuerdo al ventanal de su pasado cuarto, por la ubicación y porque captaba un lindo marco de Bs. As.
De la ventana paso a otro marco y cuál de los dos más lindo, ahora tenía a su disposición una chica que seguía con sus ojos en descanso, y su parte de las sábanas casi igual a como las había acomodado desde que se había dormido, el pelo amarronado se entrelazaba sobre los dedos de la mano izquierda, quedó boca arriba cuando le dejó espacio a la pelirroja para que saliera de la cama.
Lo que veía la tentó, y ya comenzaba el horario de desayuno en el hotel, asique aunque no le gustaba demasiado la idea de molestar el sueño de Flor...
Se recostó otra vez sobre su lado y pegó su cara a la mejilla de la bajita, la hacía feliz sentir aquél tibio calor de ese cachete que había estado por horas sobre el pecho de Jazmín.
El suspiro pequeño y dormilón que la bajita dejo salir aún sin despertarse cuando la de ojos verdes pegó su cara a la de ella mato de amor a la de pelo largo, que se preguntó quién la había mandado a volver a la cama sabiendo que no iba a querer salirse de ahí!
Aquella pregunta ya era una pregunta que se hacía seguido, porque una y otra vez se adormilaba sobre Florencia cuándo quería que se levantará.
Unos minutos se tomó la pelirroja para abrazar otra vez a la de ojos marrones, sus rulos se movían, su cuerpo también comenzaba a funcionar con un montón de estiramientos en sus brazos, los ojos verdes miraban todo lo que hacía cuando se aprontaba toda ella para levantarse, cuando la de cabello castaño captó el cuerpo de su esposa, se giró para quedarle enfrente.
La miró con sus ojos medio abiertos y con una fugaz picardía se estacionó en su cuello con la intención de descansar un poco más, sonreía porque sabía que Jazmín en este mismo momento estaría debatiendo entre sí quitarla muy encontra de ella de esa posición o si la dejaría un poco más.
Sonrío más cuando escucho el susurró de la alta sobre su pelo...
Jaz- Flor, le dijo con un tono tan suave.
En si cuello sintió la risa de la castaña, que se reía porque un susurro así no sería muy capaz de despertarla si estuviese en un sueño más pesado.
Jaz- Floppy!!!! Le dijo riendo porque ella ya estaba despierta, solo la estaba reteniendo un poco más.
Igual ella ya lo sabía, y podía retenerla sin preocupación, así estaba perfecta.
Jaz- mmm escuchaste la lluvia no?
F- siii le dijo tomándole la mano.
Jaz- Se lo que amas dormir un poco más cuando llueve, pero nos espera el desayuno y una ciudad.
F- Uy si no podemos perder tiempo, dormir podemos hacerlo cuando lleguemos a Montevideo.
La pelirroja le dió un beso en la frente, uno de los besos favorito de las dos.
Ahora sí con beso y todo, se dirigió en media corriendo hasta la ventana.
Jaz- Ya te iba a pedir que no te perdieras lo que muestra esa ventana es hermoso!!! Dijo mientras iba apurada al baño con un par de cosas que necesitaba.
Se bañaron a la velocidad más acelerada que encontraron.
A Florencia le irritaba tener que apurarse por estar corta de tiempo, pero era su culpa por haber reposado un poco más.
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Desayunaron... Y ya se iban a seguir la caminata por la ciudad.
F- Ay la gran siete, no seas así!
Jaz con los ojos atentos a ella, que pasa?
F- Ahora que ya estábamos para salir, me hago p... solo nombró la letra p.
Jaz- Ay bueno jajajaa que importa, vamos a preguntar si hay baño acá, seguramente sí.
F- Vos y tú remota pasciencia.
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La pelirroja entro al pasillo del baño así le sostenía sus cosas, ya la cara de su esposa era de esas que pones cuando ya no estás en apuros, cuando todo vuelve a la normalidad.
La baja se coloco el abrigo, colgó su cartera...
Jaz- Hermosa voy a aprovechar no quiero que me agarré desprevenida en el camino, ahora era la otra que se tenía que sacar su abrigo y darle las cosas.
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Mientras la de ojos marrones pintaba un poco sus labios, sus pies un poco en puntas porque la mesada del baño increíblemente era un poco alta.
Antes de cruzar la puerta del interior del baño hacia la sala de estar del hotel, la más alta se retuvo en la boca de ella, sonriendo la miró a los ojos y le dijo que ese color le quedaba hermoso.
Esas cosas le parecían perfectas, porque hasta ella misma se había olvidado que sus labios tenían color, los había pintado rápido y sin importancia.
Botas de lluvia les hacía falta a las dos, no las pusieron en las valijas.
Nunca pensaron en posibles días de lluvia.Esta vez llevaban un paraguas cada una, Florencia tenía ganas de cerrarlo y caminar bajo ella, le encantaba recibir el agua, pero el tiempo fresco, solo iba a enfermarla, así que sus ganas tuvieron que reducirse.
Eran tantas las personas en las calles con paraguas, que prestándole atención parecía que todos juntos formarán un techo colorido con todos ellos, tambien era mas grande el obstáculo de pasar sin pechar ni meterle un paraguazo a alguien.
Después de andar por varios lados, hacia varios segundos se habian cerrado los paraguas, porque el cielo estaba despejado.
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Las estrellas eran ahora las que ocupaban el primer lugar en la noche de Bs As, había sido la mayor parte del tiempo tan gris que ninguna de ellas hubiese esperado verlas en el cielo.
Se iban a ver algún espectáculo, asique pasaron antes al hotel por un cambiazo un poco más formal que el del comienzo del día.
Eligieron un musical, al menos unos veinticinco minutos esperaron en las butacas, en los momentos de espera se conversaban todo, Flor siempre terminaba con los folletos que le daban en los lugares, arrugados casi nunca llegaba a poder conservarlos si alguno le gustaba de recuerdo. Entonces Jazmín cuando sabía que aquél papel venía de algún lugar que a su esposa le gustaría recordar por algúna razón especial,se los quedaba ella por algún bolsillo para que no los rompiera, otras veces la pelirroja aunque tenía la intención del mundo por guardarlos los perdía o los tiraba por error.
Era una de esas cosas que hacía sin buscarla, comenzaba por una puntita y mientras charlaba al final de la conversación terminaba siendo folleto muerto, le causaba gracia por momentos y también intriga por aquella acción que tenía desde pequeña.
Jazmín al contrario llenaba sus bolsillos de papeles que nunca dejaba sin agarrar, era como si no agarrarlos fuera la mayor falta de respeto.
Las luces del teatro se ausentaban para oscurecer todo el lugar.
La bajita acomodaba su pelo, y masticaba suavecito el chicle de menta.
La pelirroja bajo la poca luz divisaba la mano de ella para agarrarla, la de ojos marrones sonreía aunque no se veían muy claras, era lindo encontrar su mano en aquella sala y era lindo encontrarla en cualquier lugar, porque era lindo tomarle la mano y disfrutar de ese calor de hogar.
Sin intención de toparon con un musical que querían ver hace tiempo.
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Salían de la sala, los ojos iluminados de Florencia eran una obra aparte, las estrellas eran lindas pero a Jaz le parecía que a ellas se les reducía la belleza si las comparaba con la luz que tenían los ojos ilusiónados de la mujer que la acompañaba a su lado, las colas a la boletería aún eran largas para la siguiente función que comenzaría en unos minutos.
Querían caminar un poco después de haber cenado, Jaz tenía el brazo derecho por la cintura de la bajita y en la otra llevaba su celular contra la oreja donde se comunicaba con su mamá y su abuela Dulce que se turnaban para hablarle y también saludar a Flor.
La chaqueta negra que llevaba la de ojos marrones y esos rulos en bajada la embobaban, la invitó a un bar que lucía precioso y lo que le llamó la atención a la alta fue la música que se escuchaba, eran baladas que convertían en algo dulce el lugar.
Volvían después de esos tragos para el hotel, el rumbo que fuera que escogieran no importaba, las personas parecían no irse a dormir nunca, como si la ciudad nunca quedará completamente vacía.
La música había inspirado a Jazmín que mientras caminaba llevaba aquellas baladas en su mente y las cantaba una y otra vez sin emitir sonido, pero un impulso la hizo cantarle, ella le cantaba y bastaba eso para hipnotizar los oídos de una Flor que se detenía con sus brazos agarraditos y una suma atención.
Que quieres que le haga si cuando me clavas la mirada se vuelve loco mi pensamiento, nunca lo digo pero lo siento 🎶🎶
Fueron avanzando y la pelirroja pasaba a cantar algo movido, y ella se reía porque pasaban por entremedio de los demás, siempre le decía cuánto amaba que no se guardará nada hacía lo que le salía en el momento, no condenaba a ninguna acción que le saliera del corazón a morir sin hacerse realidad.
En una de las calles próximas al hotel Flor paró el paso, está vez fue ella quién arrinconó a la más alta contra la pared de un bazar en una esquina, y cuándo percató la intención con la que su esposa se movía sintió como el corazón empezaba a correr.
Momentos como ese quería toda la vida, un beso que conllevaba todas las ganas y los ojos que se tornaban achinados sin parar de sonreír entre momento y momento de aquel beso...
La respiración de la pelirroja se disparaba rápido y la de la castaña no era menos, era así se acercara o caminara a su lado de cualquier forma podía robarle el corazón para siempre.
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La magia de encontrarte
RomantizmDos chicas llenas de vida e ilusiones que tienen que encontrarse para descubrir cosas que no conocían y hacer de sus vidas la mejor aventura