Las cosas que se guardan en el corazón!

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Flor cumplía su ultimo dia en la escuela, los niños eran muy pequeños para tener total conciencia de la retirada de su maestra, para la de rulos no fue sencillo, casi todo su embarazo lo había vivido en ese aula, y la nostalgia llegaba, los saludo con amor a cada uno, al final del turno, las madres la felicitaban por la niña y por su trabajo con los nenes, por hacer que llegaran a casa con entusiasmo.

Aquellos colegas que habian comenzado a ser sus amigos la retuvieron para despedirla, la hicieron llorar y la hicieron reir, volvería en cuanto pudiera, los abrazos y los te vamos a extrañar en la escuela hasta que vuelvas fueron especiales, era sentimental a pesar de tener especial virtud para adaptarse a los nuevos lugares, a los nuevos inicios era sentimental.

Su mirada había recorrido cada pared de color, cada cartelito en las puertas, y sus ojos se veían de la manera en que se ven las miradas cuando se despiden por un tiempo de un segundo hogar.

Era una tarde ya menos tarde, que se aprontaba para iniciar a noche, donde todo lo sentia mas sensible desde que salió de su trabajo y cuando apoyó las llaves en la biblioteca se sentía sensiblemente feliz, movió la cabeza y se acomodo el mechón de rulo más marcado que otros días.

Saco el celular de su cartera lo apoyó también en la biblioteca delante de los libros de colores, se descalzo porque entre noches de invierno hoy tenían una noche de verano más.

Su ropero estaba lleno de prendas aflojadas, mientras levantaba los bordes de cada ropa doblada, miró sus pies que estaban gorditos, levantó su pie derecho y acarició el izquierdo por arriba con este, lloraba en distintos momentos.

Antes de bañarse se desmaquillo porque limpiarse lágrimas teñidas del color del rimmel no era cómodo.

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La pelirroja antes de preguntar se dio cuenta de que utilizar sus brazos para abrazarla iba a estar bien.

Respiro de saber que era una tristeza ligera, podia ver en sus ojos que a pesar del momento seguía estando feliz.

Pero a esa ligera tristeza la llenó de abrazos, el sillon no estaba contra la pared, estaba en medio del espacio que era el living, al costado del sillon bordo en la pared, unas luces como puntitos en un largo de alambre, brillaban.

Dos almohadones que estaban juntos, la pelirroja estaba sentada en el de atras y la mas baja entre medio de ella, y en su costado la sopa de verduras que se les dio por hacer.

Flor ahora sonreía contándole de lo que pasó cuando terminó su trabajo.

La de cabello naranja sentía en su cara la misma tibieza del vapor de la sopa que su esposa, cuando ella subía el plato para cargar sopa en la cuchara.

La de ojos marrones inclinó su cabeza y la recostó sobre el hombro de ella.

A uno de los libros favoritos de Florencia le faltaban solo dos capítulos para un final, en la misma posición su cachete se entibió más contra el cuello de Jazmín, cerró sus ojos y respiro despacito cuando le leyó la primera palabra, con los ojos cerrados pensó de forma fugaz para no perder las palabras pronunciadas por la pelirroja, que volvería a empezar de nuevo ese libro para escucharla, las entonaciones que le daba, si había que exclamar exclamaba y ella se reía.

Y cuando leyó las últimas palabras de la hoja sintió la sensación de casi siempre, de quedarse pensando en lo que significaban, la sensación de recordar lo que la historia le dejó descubrir y Jaz que con su manera de leer lograba que dar final al libro fuera mucho mas lindo.

La de ojos verdes cerró el libro miro la portada, le dio un beso en el cachete y le dijo que le gusto lo que leyó.








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