Return [Omegaverse]

19. Papel, piedra o tijera

🤟 Narra la autora.

—Entonces, tráeme un pelirrojo —escupió un furibundo alfa con el corazón roto— ¡Pero ya!

¿Cómo llegamos a esto?

Enamorarse de un amigo no es un pecado, confesarse mucho menos, pero ¿cómo lo ve el receptor?

¿Qué siente? ¿Miedo, incertidumbre, sensación de traición, vergüenza?

Owen no sabe cómo es que sucedió este desastre, no sabe por qué hizo lo que hizo, pero al final le hizo enojar. El pelirrojo pensó que haciéndole beber y tirándole en bandeja de plata a diferentes personas haría desistir a su amigo. Carl seguía consternado por su épico rechazo, su amigo le traía todo tipo de personas. ¿Qué se suponía que hiciera? pensaba el alfa.

Evidentemente estaba intentado que se fijara en alguien más, hasta que, finalmente Carl enfureció y con el mayor desprecio le ordenó que no volviera hasta que consiguiera un pelirrojo.

Los minutos y tragos pasaban, el alfa buscaba en todos lados un pelirrojo, sentía impotencia al no poder corresponder los sentimientos de su amigo, además, se sentía avergonzado por estar buscando un sustituto sin razón alguna; ¿es correcto no dejarme llevar? se preguntaba.

Mientras el pelirrojo seguía buscando, nuestros protagonistas se veían de reojo mientras bailaban, Cheiz con su amigo Carl y Dorian con su amigo de tragos.

— ¿Aún te preguntas por qué ayudé a organizar esta fiesta? —intentaba Cheiz distraer a su amigo.

— Bebecito, es lo último que tengo en mi cabeza, eres un buen chico, fin —hablaba con pesar el alfa mientras bailaban agarrados de la mano— ¿Conoces algún método para borrar la memoria de alguien?

— Necesita tiempo, lo agarraste desprevenido, Carl Carl —el omega intentaba que su amigo se sintiera bien.

— Sabes, él en este momento esta en busca de otro pelirrojo —el azabache pega su cuerpo con el de Cheiz en un abrazo, triste continuó— ¿Quién fue más cruel, bebecito? ¿Yo, por ordenarle traerme un reemplazo o él por correr a buscar lo que le pedí?

Un corazón roto en un lugar increíble es un desperdicio, Carl no podía percibir el sabor de lo que pasaba por su garganta, aunque la música inundaba Rock Center guiando los movimientos de los invitados, él bailaba a su modo y era una de las peores parejas de baile que había tenido Cheiz. 

Por otro lado, el festejado se encontraba en una lucha interna, tenía que elegir entre bailar bien o escuchar la conversación que tenía el omega con aquel joven que se le pegaba mucho, teniendo en cuenta que su pareja de baile le pisaba cada que se distraía; Nicolás Sleencer es un hombre espléndido en el ámbito laboral, sus trabajos son de primera categoría al igual que su rostro, aunque, su personalidad era algo retorcida en ocasiones. El rubio se encontraba dichoso de tener a centímetros al famoso "Cheiz",  y ya que estaría más seguido en la ciudad podría conocerlo mejor; con orgullo pensaba que el omega no era la gran cosa, aceptaba que sus ojos eran tan bellos como una vista al mar, pero, era lo único que resaltaba en él.

— Te traeré al mejor modista, mi hermano y yo haremos crecer tu empresa más rápido de lo que canta un gallo —susurraba al oído del cumpleañero.