Return [Omegaverse]

67. "Finales trágicos" ¡Bah!

Ya venía siendo hora de volver a girar la ruleta, el peso de los hombros de Dorian se hacía cada vez menos difícil de llevar, gracias a que ahora tenía a alguien que le ayudase a cargar; las noches largas y ensombrecidas estaban por terminar para ambos protagonistas.

No eran destinados pero se enamoraron, ambos eran hombres y a pesar de ello podrían compartir la cama todo el día; en una realidad alternativa puede que se odien a morir, sin embargo, ahora mismo son Cheiz Thompson y Dorian Gómez los que están por compartir sus largas y a la vez fugaces vidas, siendo cómplices y seguramente metiéndose en uno que otro problema... porque de eso se trata la vida que eligieron.

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— Prepárate para el sermón estilo Thompson —el de ojos azules no perdería ninguna oportunidad para molestar a su compañero— Te lo mereces por abandonarme.

— Eres un poquito resentido, hermoso —aprieta la mano del omega, sus manos no se han apartado desde que decidieron volver a casa—  Te adoro, Cheiz —dichas aquellas palabras, el alfa en menos de tres segundos le hace girar para admirar su preciosa figura y terminar besando el cuello del de ojos azules— Quiero verte cada día... no quiero perder más tiempo.

— A partir de ahora continuaremos juntos, Carl y Carlitos no serán la pareja ganadora de nuestra historia ¿verdad, Dorian? 

Frente a frente, el contacto visual se encarga de transmitir lo que las palabras limitan; aún en este mundo donde los seres humanos buscan responder a montones de preguntas, encasillando, separando, poniendo etiquetas, el ser humano no puede establecer una palabra a todo lo que siente. ¿Lo que sienten éstos dos hombres debe confinarse sólo a la palabra amor? 

¿Qué palabra debemos utilizar para explicar las sensaciones y emociones que llegan al omega con tan sólo ver a los ojos al hombre que eligió? 

Ambos quieren abrazarse, no soportan que el fresco viento toque la piel del otro, sin embargo, ninguno inicia el abrazo. Una palabra quedaría corta para explicar lo que conlleva esta simple situación, enhorabuena, algunas personas deben seguir trabajando en su clasificación, para seguir con el orden que les mantiene en la realidad, mientras que otras solo se dedicarán a vivirlas y recordarlas.

Mientras que la noche acobija al mundo, Dorian y Cheiz se dirigen al hogar del más joven, el camino es incluso más corto para el omega, el silencioso ambiente da espacio para que ambos hombres ordenen sus pensamientos y se pellizquen para comprobar que no es un sueño. Morfeo sedujo a la mayoría de los habitantes de la ciudad, no hay ningún espectador en el barrio, hasta las vecinas chismosas -de las que Cheiz tanto se queja- se encuentran profundamente dormidas, nadie esparciría rumores sobre Cheiz Thompson llegando en su moto a elevadas horas de la noche, acompañado de un hombre reconocido por los medios, riendo a la par de cualquier cosa que se les viniese a la mente o se les atravesase en el camino y besándose cada que sus ojos se encontrasen.

Decidieron sentarse en el picoso pasto, separados por unos cuantos centímetros y en una posición en la que sus ojos no se distrajeran con algo más.

— Ya estamos aquí, ahora, cuéntame.

— Cuando salí de tu casa ése día, estaba asustado —mientras Dorian habla, Cheiz toma de la mano al castaño— Estaba asustado por no tener control sobre mis pensamientos, recuerdos y acciones. Creo que habrás notado lo histérico que me puse cuando vi a Owen, cuando besaste su mejilla el interruptor de autocontrol estalló, juro que mis intenciones eran totalmente opuestas a lo que hice, quería que habláramos, sentía que recordaría si seguía viendo tus ojitos, pero, todo resultó en desastre.