37. Por la espalda

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Pov Dorian

— ¡No entiendo! —chillo.

— Pendejo.

— ¡No entiendo!

— Ah, si jodes ¿qué es lo que no entiendes?

— No entiendo porque "felicidad" empieza con 'F', si la mía empieza contigo. —digo gracioso mientras observo como se aplica una mascarilla.

— De verdad estás pendejo —dice señalándome con una palita de madera, que si esa cosa negra no estuviese sobre su cara podría ver sus mejillas sonrojadas.


Nuevamente el lugar se queda en silencio, Cheiz está muy concentrado aplicándose esa cosa, yo sólo me dedico a observar y me fascina.

Estoy teniendo uno de esos momentos de felicidad al 110%, de esos en los que me siento agradecido por estar aquí, por tener la capacidad de moverme a mi voluntad, por ver y escuchar aquello que me rodea, simplemente de esos momentos en los que soy consciente de mi presencia en este mundo.

¿Y como no?  Si tengo frente a mi al ser más precioso siendo él mismo,  sin mostrar temor en su rostro ni repulsión como en México; tomo un poco del jugo que hizo Cheiz, el sabor de la mora aún se siente en mi boca, me pregunto si Cheiz-Cheiz sentirá el sabor si le beso.

¡FUERA IMPULSO DE IDIOTEZ!

— ¿Puedo... —no termino de hablar para despertar su interés.

— ¿Eh? Habla.

— No, mejor no.

— Me dejas iniciado, habla —gruñe.


Tengo que organizar el orden de ideas.

Pregunta: Después de terminar con mi vaso de jugo, si beso a Cheiz ¿Sentirá el sabor de la mora tanto como yo?

Observación: Tengo aún algo de jugo y disposición. 

Hipótesis: Si sentirá el sabor de la mora pero después de salir del trance por el beso, y definitivamente el regaño no faltará.

Experimentación: Jeje es lo que tengo que preguntarle. 


— Verás Cheiz —hablo despacio— Es que quiero completar el método científico —ni siquiera puedo explicarle bien ya que estoy aguantando las ganas de reír. 

— ¿Te has chiflado con el pasar de los años?

— ¿Puedo?

— Eres un ser libre, pero más te vale no involucrarme.

— Buh. —abucheo— Escuché hasta "ser libre".

Termino de beber todo el jugo restante, como un buen niño me levanto de mi lugar y me acerco, no doy espacio para que huya y le beso; obviamente mi lengua y la suya se abrazaron como viejas amigas, mas fui breve y en cinco segundos le solté. 

— ¿Sabe a mora? —cuestiono rápido.

Auw, ha apartado la mirada, me encanta este chico.

— ¡Te dije que no me involucraras! —refunfuña— Si sabe a mora, ahora shu, me contagiaras la pendejada. —hace una seña con su mano para alejarme.

— Te am-------

La alarma de mi auto ha empezado a sonar, es muy sensible, quizá algún perro se ha acercado mucho y le ha encendido. Aún así, me asomo por la ventana para asegurarme, ya está algo tarde y no falta el malintencionado; no veo nada extraño. Ignoro esto y vuelvo mi vista hacía Cheiz.

— Según mis análisis obtenidos de la experimentación, mi hipótesis es acertada. Gracias por ayudarme.

— Estás bien pendejo. —repite sonriendo, AHHHH, esos ojitos achinados me llevan al cielo.

— Así me--------------

La alarma vuelve a sonar, esta vez decido salir a revisar mejor.

— Saldré un momento, hermoso.

— Ve con cuidado —dice algo inseguro.

— Vale, ya regreso.

Cierro la puerta tras cruzarle, camino hacía mi auto mientras veo el alrededor.

No veo a nadie sospechoso, incluso hay niños corriendo a lo lejos. Reviso si no ha sido forzado en las puertas o si no le han quebrado un vidrio, para mi pesar, encuentro un rayón en una de las puertas — Bastardo —me quejo del gracioso que haya hecho esto.


















Las luces se van de mi campo de visión, no sé cómo llegué al suelo, y mucho menos de cómo es que no puedo escuchar nada a excepción de un zumbido.

— ATE............ VETE AL DIABLO —Habla más fuerte, un poco más y te escucharé— ... ¡MIRA LO QUE LE HICISTE! ¡DORIAN, HABLA CONMIGO, NO CIERRES LOS OJOS!

Cheiz, vaya, su piel quedó rosadita por la mascarilla.

Me duele la cabeza, ah, que dolor, ahg, me arde la cabeza.

— ¡ESTÁS SANGRANDO, LLAMEN UNA AMBULANCIA, RÁPIDO SEÑORA WULLS!

— Cheiz —digo mientras intento entender y dar un orden a lo que captan mis sentidos.

— Dorian, quédate quieto, no te muevas.

— Estas temblando —digo— Me duele la cabeza.

— Lo sé, lo siento, si hubiera salido contigo a revisar el auto esto n------

— Tu rostro está suavecito —mi índice hace contacto con su mejilla— tengo que levantarme---

— Nada de eso, un golpe en la cabeza es muy peligroso, así que te me quedas así hasta que llegue la ambulancia.

No sé qué pasó pero él está muy preocupado, lo mejor será hacer lo que me pide para pronto ver su sonrisa.







En la mente de Carlitos cuando se enteró de la situación de Dorian: "Mataré al infeliz que atacó por la espalda a mi preciada familia"










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Capítulo rápido porque me encantaron sus comentarios.

Los amitooooooooooooooooooooooooooooo


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