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33. Pequeñas cosas

Pov Cheiz

— Aquí me tienes, ah, y lamento lo del otro día —me excuso sin ánimos mientras tomo asiento en el sofá amarillo tan común de este lugar. De hecho, si Carl y Owen no me hubieran cancelado hoy, nuevamente lo hubiese dejado esperando.

Siempre que voy a salir con Lucas algo pasa y me termino quedando en casa.

— No hay problema, lo que importa es que estás aquí —le atribuyo el aura despreocupada y seductora. — ¿Qué has estado haciendo, belleza? 

— Estudiar, sabes que soy un niño bueno —guiño, poco después recibimos la carta.

Me encanta el té de frutos salvajes de éste lugar, sin pensármelo pido uno sin cereza y para comer un panzerotti ranchero. — Juli, agrega un poco de salsa junto al panzerotti.

— Juli —Lucas le llama— A mi tráeme una michelada de mango.

Julián asiente y con pasos largos se pierde de nuestra vista. Él es un amor de chico, estudia química y trabaja por gusto, su familia es adinerada pero él se niega a ser un cliché. 

Todo hubiese sido distinto si me hubiese llegado a gustar, lastima. 

— Mi viaje ha sido largo, merezco beber hoy —amén, chico desconocido. Ha entrado un joven demasiado alto, está bueno.

Soy mayor, no quiero ir a la cárcel.

— Que extraño, está en celo —¡dice despreocupado mi acompañante!

— ¿Lucas, en verdad está en celo? —susurro acercándome.

— ¿No sientes? —habla calmadamente mientras le ve— Bueno, su aroma es lavanda, creo que por ello no estas enloqueciendo.

— Creo que es mejor alejarme un poco —una de dos, ese chico incita mi celo o se me lanza encima. 

— Yo te defenderé, belleza —ew.

— Muy atento, gracias, pero quiero evitar problemas. — digo nervioso.

Hace poco entré en celo por Dorian, no quiero que una situación así se repita.

— Hablando de problemas ¿quién era el chico que contestó tú teléfono la noche que saldríamos? — Dorian—  Fue adorable.

— Ugh ¿qué te dijo? —que bochornoso.

— Me dijo que ahora estabas con él y que pintara un bosque —reímos a la vez.

¿No le da vergüenza decir semejantes cosas?

Adorable. Dorian se ha vuelto más adorable.

— Y pensé que estabas con él en verdad —arqueo una de mis cejas— Ya no salimos ni hablamos tan seguido, pero ya que viniste significa que no salen. ¿Verdad?

— Vaya que te preocupa Dorian-----

— ¡¿Dorian?! ¿Era Dorian Gómez? —no termino de afirmar porque su risa se escucha en todo el lugar. — Que patético. Sigue siendo un chiquillo.

— ¿Acaso eres el abuelo de tutankamón o qué? Disculpará, señor reliquia —me dio pie para burlarme — Chiquillo y todo pero es serio el muchacho.

¿Le estoy defendiendo? Nah

Nah.

Naaaaah.