Return [Omegaverse]

21. ¡Imposible!

Pov Cheiz

— Que tengan un buen día, tórtolos.

¿Qué es esto? 

El taxi  desapareció de mi vista.

Sé donde estamos. Así se veía nuestra casa hace unos años.

 ¿Qué carajos pasa aquí?

¿Por qué siento unas inexplicables ganas de echarme a llorar de  la emoción?

— ¿Listo, pequeño? 

¡¿Dorian?!

— Desde que tomamos el taxi, grandulón. — solté sin pensar.

Caminamos tomados de la mano hasta la entrada, mis padres están dentro de casa, puedo sentir su aroma. Qué rayos es esto.

Mi hermano sale con una expresión de confusión, pero, se ve más joven. Chocó sus manos con sus ojos para saber si esto era real o no. No puedo articular una palabra completa, no entiendo qué ocurre, lo que ven mis ojos es tan familiar; en mi interior crece un nudo de felicidad y confusión.

— Cheiz, Cheiz, Cheiz, al fin estás aquí, mi hermanito por fin te veo. 

Una lágrima se desliza en mi mejilla, no entiendo porqué estoy tan feliz de verlo si hace no más de 24 horas le había visto. Soy incapaz de separarme de un fuerte abrazo.

Mamá y papá salen de la casa, me ven con tanta emoción que lo único que pude hacer fue echarme a llorar y abrazarlos con toda la fuerza que tenía.

¡¿Qué está pasando aquí?!

Los minutos pasaban y se supone que estoy reponiéndome del viaje y desempacando pero, quién rayos podría hacer eso con esta sensación. Me veo en el espejo, lo hago de nuevo, mi cabello está prácticamente en crecimiento lento, no tengo más que pelitos que pican en mi cabeza. 

Hey, hey, hey, hey, hey

Intento llamar a mi omega pero este no hace presencia. Si esto sigue así definitivamente me voy a quedar calvo de los nervios.

Dorian ha empezado a hablar por teléfono, he perdido la oportunidad de aclarar que sucede aquí. 

Esto es un sueño, obvio. 

¿Verdad?

Vea por donde vea, esta habitación está tal cual como la dejé antes de ir con Dorian, mis figurillas, mis mangas, mis libros, todo----------

— ¡Aghh! —grito sin poder parar. Mi cabeza siente una fuerte presión, mis puños se cierran con fuerza al igual que mis ojos, en contados minutos siento el cuerpo más cálido rodeándome. Dorian.

— Hermoso , hermoso, aquí estoy, cálmate —sus brazos me cubrieron por completo, al principio me sorprendió lo rápido que llegó puesto que estaba en la parte trasera de la casa, seguramente debió cortar la llamada sin pensarlo.

— D-Dor —me conmovía tenerlo así, su olor es tan relajante que juro poder quedarme dormido justo ahora, pero no sería correcto— Gómez. ¿Con quién hablabas?

— ¿Desde cuándo me dices por mi apellido? 

— No bromees conmigo, sólo responde.