62.1. Dignidad

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Pov Cheiz


Cuando lo vi ese día, después de seis años, largas noches, interminables horas de pensamientos auto-destructivos y sin respuestas al por qué de su decisión parecía que podría vengarme de él. No sabía que verlo me pondría en aquel estado, la aparición de mi omega, mareos, dolor de cabeza, falta de aire, con todas esas sensaciones no podía patearle las bolas y menos cuando estaba a punto de ser asaltado; cuando le vi alejarse en el taxi mi pecho se sintió menos pesado, la ayuda no tardó, fui llevado a mi habitación pero era demasiado tarde para lo que me esperaba.

La persistencia de ese alfa y mis sentimientos a medias me tenían entre la espada y la pared, cómo podríamos iniciar desde cero cuando nuestra relación inició por una venganza, cuando le engañé con el primer hombre que me sonrió y el cortó mi oreja como castigo, no era un precio justo un par de peluches por todas mis primeras veces, mi dignidad estaba tirada en el suelo y si volvía a caer en sus garras estaría insultando mi adolescencia, a mi familia y a mi propio juicio. Aún así, no pude frenarlo a tiempo, no, no pude frenarme a mí mismo y un sentimiento que ya conocía creció.


No sé exactamente qué es el amor, tampoco sé si amor es lo que siento hacía Dorian, pero, extraño las noches en que veía su rostro durmiente y el hacía lo mismo, no son iguales las miradas que me lanza y eso es lo segundo más doloroso que he sentido en mi vida, superando a las burlas por ser un omega con un lazo roto. No soy nadie para venir a decir qué es justo y que no, pagué por mis errores y él lo ha hecho con los suyos, volveré a cometer más y seguiré pagando, acepto esa regla de la vida, sin embargo, mientras pueda aferrarme a él, es decir, mientras viva, Dorian es mío.

Él se propuso volver a enamorarme, y si la sensación cálida en mis manos y pies cuando lo veo significa amor, ya me tiene. Mas que cumpla mis caprichos, quiero cumplir los de él mientras el único pago sea una mirada desconfiada y sonrisa torcida; mi amor ya no es solo tomarlo de la mano, preferiría construir cosas junto a él, me veo perdido si vuelve a rechazar mi mano como hace unos veinte minutos.


Mientras reflexiono en la misma posición, retengo aire con temor de si al soltarlo éste se lleve más gotas de agua saladas de mis ojos azules.


Dorian ha sido llevado por mis padres a la cocina, espero no digan algo innecesario, espero que Samuel los ponga al tanto de su situación y de corazón espero que se tomen su tiempo, ya que he vuelto a derrumbarme.



¿Qué es dignidad cuando se ama a un hombre que a pesar de haber vuelto añicos mi adolescencia, se ha mostrado tan arrepentido?


¿Qué debería decirle ahora?


¿Debí haber evitado tener contacto con él cuando se mudó a ésta ciudad?



¿Por qué duele tanto un lugar que no sangra?

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