¡Ruiko me has salvado!

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Mi nombre es Izumi Kaneto, tengo 17 años y hace unos minutos como vi que mi novio (que por cierto se llama Kentaro) actuaba extraño y nervioso decidí seguirlo.
Después de tanto caminar paró en una cafetería y se quedó parado unos minutos, hasta que una rubia llegó y después la abrazó. Pensé que iba a terminar ahí pero no fue así, ya que él le besó los labios y ella reía con el.

Sentí que el mundo se me venía encima y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos una tras otra, e incluso unas encima de otras. Salí de mi escondite y caminé algo lento, pasando a lado de ellos con la cara en alto pero tapada por algunas partes de mi cabello; pude notar que Kentaro se inquietó pero aún así no se atrevió a decir algo o a seguirme.

Llegué a mi casa a llorar como una loca por la terrible traición que me había hecho Kentaro, y para ponerle una cereza a mi depresión me puse a ver las fotos que nos habíamos tomado y por mientras escuchaba música.
Yo de verdad lo quería pero sabía que esto iba a pasar debido a que soy un poco distraída y también no tengo tan bonito cuerpo como la rubia que estaba con él.

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Al día siguiente me fuí a la escuela y traté de evitar pasar por su salón y de salir del mío. Salí de la escuela y se me ocurrió mirar hacia atrás. Me di cuenta de que venia Kentaro con planes de hablarme y por eso corrí sin disimulo a como pude pero me choqué con un compañero de clase llamado Ruiko y me detuve.

-¡Ruiko! ¡ayúdame a esconderme por favor!- le rogué desesperada.

Ruiko: ¿Y qué gano con eso?

-Por favor. ¡Te pagaré! lo juro, pero ¡ayudame!

Ruiko: ¿De quién te escondes? ¿De Kentaro, verdad?

-N-no hay tiempo de explicar...

Ruiko: Hecho.- me agarró del brazo y tomamos un taxi que estaba cerca de nosotros.

-¡Qué alivio! dije mientras me hundía en el asiento.

Ruiko: ¿Por qué te escondes?

-P-por nada- bajé la mirada- sólo...no quiero verlo.

Ruiko: Bien.-hizo una pausa- Págame.

-¿Q-qué?- hice una pausa.- Oh cielos, tras que te dije que...

Ruiko: Sabía que no tenías dinero.

-S-si tengo...ten...

Ruiko: Es broma, no lo aceptaré.- sonrió y mostró una dentadura tan blanca que pensé que era ficticia.

-¿De verdad? ¡Gracias Ruiko! es mi paga de la semana.- dije aliviada.

Ruiko: Sólo quería ver qué tan honesta eras.

-Listo. ¡llegamos!- dijo el taxista.

Ruiko: Me despido. Nos vemos mañana en la escuela.

-M-muchas gracias por la ayuda Ruiko.- me sonrió otra vez y el taxista me llevó a casa.

Llegó la noche y mi mamá me mandó a comprar comida para el desayuno, así que fui a la tienda más cercana.

Iba de regreso a mi casa y en eso un tipo me jaló del brazo. Era Kentaro.

Kentaro: Izumi, necesito decirte algo.

-No...-dije mientras bajaba la mirada.- No quiero hablar contigo. ¡Terminamos!

Kentaro: No, por favor tienes que escucharme.

-No hay nada que quiera escuchar. Todo sería una mentira y no sé a quién engañaste con quien, si a ella conmigo o a mi con ella. No tengo por qué escucharte Kentaro. ¡Me voy!

Kentaro: (Me abrazó) Por favor, perdóname, ¡fui un estúpido!

-Déjame...por favor- dije llorando y con voz débil mientras intentaba salir de ese abrazo.

-¿Qué no escuchaste? Ella quiere que la dejes-dijo una voz misteriosa, aunque conocida.

Kentaro me soltó y vi que se trataba de Ruiko.
¿Qué hace aquí?

Ruiko: Ahora, por favor déjala en paz. No tienes nada que hacer aquí.

Kentaro lo vió con odio y sin decir algo se fue.

- Ruiko, ¡muchas gracias!-dije feliz aunque con lágrimas en los ojos.

Ruiko: No dejes que te manipule y ni siquiera lo escuches, tu sabes que te lavará el cerebro.

-Gracias Ruiko. ¿Qué haces por aquí?- desvié la conversación.

Ruiko: No tiene caso desviar la conversación si tu propósito era escucharlo aunque no querías.- Se dio cuenta-. No te dejes por tipos como él.-quedó un silencio incómodo.-Nos vemos, sólo pasaba por aquí.- dijo meintras caminaba y desaparecía.

Continuará...

Hola a todos! Muchas gracias por comenzar a leer ésta historia. Espero que puedan seguir leyéndola y que también les guste :) ñ.ñ

Enamorada de un celoso y hermoso pervertido |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora