Aun hay algo 4

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El destino me trajo de regreso a New york por diferentes razones y cuando desperté en el departamento post-primer día en el hospital pensé en lo que equivocada que estuve cuando creía que reencontrarme con todos mis amigos sería fácil, la única persona que seguía siendo la misma de todos ellos era Tincho, la China desarrolló bastante su personalidad dura de sobrevivencia, Cande estaba más sensible tratando de llevar el internado encima, por suerte, seguía estando Andrés siempre para ella y su nueva amiga Bella, que estudió en Los Ángeles haciendo su internado acá, Peter siempre tuvo una personalidad especial, bastante introvertida pero desde el lado positivo, ahora estaba desde el lado oscuro, solo le preocupaba su bienestar; lo que me parecía un poco extraño en él.

—No puedo estar en tu servicio en mi primer día. —dije molesta, él me miraba con una sonrisa. —Acabo de llegar a este lugar y no quiero tener un trato especial, fue lo primero que te dije cuando acepté regresar acá. Por favor, no seas como mi papá, tú me lo prometiste.

—Hey, este no es un trato especial. —respondió él. —Le pregunté a tu jefe ¿a quién tengo disponible que no sea Lanzani porque ya es parte de mi servicio? Y tú fuiste la seleccionada, eres la nueva y aún no tenías un lugar con nadie ¿por qué me estás culpando de eso? Además, cualquiera de tus compañeros desearía tener esta cirugía, tus amigos se estaban peleando por entrar.

—Justamente por eso, no la merezco acabo de llegar.  —dije mirándolo.

—Entonces anda a urgencias a reparar heridas.  —contestó.  —¿Es lo que quieres?  —me preguntó y sonreí.

—Es lo que merezco por ahora.  —reí y él negó ante mi respuesta. Al parecer no le agradó.

—No es lo que mereces, eso sería desperdiciar demasiado talento. Asisteme en la cirugía de hoy. Luego no trabajamos juntos por un tiempo. —agregó con una sonrisa.  —Dale, hazlo por mi.  —insistió.

—Está bien... —suspiré con una sonrisa. —Pero no hagas nada fuera de lugar.  —pedí.

—No, obvio que no ¿quién te piensas que soy? —rió por mi comentario.  —Entonces la veo luego Dra. Esposito, permiso.  —se acercó y me dio un beso en la mejilla y desapareció por el pasillo, entonces me dirigí directo a buscar los exámenes del paciente, pero Peter ya no estaba en el lugar, obviamente como era un maldito competitivo ya estaba en la habitación con el paciente. Rodé los ojos de tan sólo pensarlo.

—Dr. Lanzani. —dije con una sonrisa. —Pensé que me ibas a esperar en el laboratorio.

—Tardaste demasiado. —dijo dándome una ficha. Vaya.  —Puedes llenar estos datos antes de la cirugía y también hablar con los familiares que están esperando detalles del procedimiento, saben lo básico nada más. Voy a verificar si todo marcha bien en el quirófano.  —¿Por qué mierda estaba dándome órdenes si teníamos el mismo poder en este momento?

—¿Qué tienes que verificar?  —reí incrédula mirando la ficha.  —Acá dice tu nombre, eres tú quien debe llenar estos datos.  —lo miré y él también me miró.

—Es correcto, pero eres la segunda asistente, entonces puedo delegar.  —Mierda.  —No tardes demasiado, necesito informarlos antes de llevarlo al quirófano. No queremos sorpresas, no me gustan.

—Como a ningún doctor  —me defendí y luego miré el paciente, Peter salió de la habitación y el señor comenzó a reírse.

—¿Estaban peleando o es una conversación de confianza? —preguntó curioso.

—Él es una persona bastante especial. —reí mientras rellenaba la información mirando las máquinas. —Pero tenemos confianza, supongo que por eso nos tratamos así  —el hombre sólo me miraba.  —¿Ha tenido dolores con más intensidad de lo que acostumbra?  —negó.  —¿Vómitos? ¿Diarrea?  —negó y seguí anotando.  —Genial, haremos el último chequeo y si todo sale perfecto esta tarde, su corazón comenzará funcionar mejor.   —sonreí.

Aún hay algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora