Aun hay algo 41

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Lali y yo nos besamos en la sala de rayos, después de esa linda declaración de amor no hablamos más del tema. Me gustaba muchísimo verla más relajada, con su personalidad divertida de siempre era  ver a la mujer increíble de siempre y eso me ponía muy feliz.

Esta noche estaba sentado en el centro del sillón solitariamente, a mi izquierda Eugenia acomodada perfectamente sobre su novia y a mi derecha Tincho con Brenda besándose toda la película.

—¿Pedimos algo para comer? —me puse de pie pero fui ignorado por ambas parejas— ¡¿HOLA?!

—Sí —respondió Eugenia sin mirarme—. ¿Por qué no vino Gigi?

—La he visto sólo en el hospital casi toda la semana porque comenzó con nuevas reuniones en Unicef, es algo nuevo que está pasando en África con unos niños que ya trataron, pero según lo que me dijo para hacer un viaje con la organización es muchísimo trabajo previo. —conté.

Estaba seguro que nadie me escuchó.

—Sí, es mucha burocracia —agregó Bella—. Se supone que la próxima vez iría ayudar a los niños de Palestina; pero eso se volvió un poco imposible.

—¿Gigi se fue a Palestina? —preguntó Tincho con los rulos descontrolados y una sonrisa— ¿Por eso terminaron?

—No terminamos porque nunca empezamos. Ahora somos más amigos que otra cosa, además, tenemos tanto trabajo y obligaciones que obviamente no hay tiempo para un nosotros.

Nuevamente me sentí ignorado.

—¿Y Lali? —preguntó Eugenia mirando a Brenda.

—Lali... Ni idea, no sé qué hace porque les juro que no le pregunto nada. La semana pasada hizo una caja con todas las cosas de Santiago que había en casa; supongo que eso se terminó definitivamente. Creo que sale de fiesta porque llega bastante tarde y riendo mucho. La otra vez se fue muy diosa... ¿Te acuerdas? —le preguntó a su novio y Tincho asintió.

—Capaz conoció a alguien —dijo Eugenia con una sonrisa—. Por eso no quiere juntarse con nosotros, maldita perra. Tenemos que iniciar una investigación antes que se salga todo de las manos. Brenda, deberías dejar de reproducirte y preocuparte un poco por tu hermana que está desenfrenada.

—¿Está haciendo bien su trabajo? —preguntó Brenda.

—Sí, yo la veo igual que siempre. —respondió Tincho.

—Entonces está perfecto, se lo merece. No lo digo por ti, Peter, pero me parece que se merece joder un poco con quién se le dé la gana y ser joven de una vez, se la pasa de novia todo el tiempo necesita descontrol o capaz sale solamente a divertirse y no quiere ir con nosotros para que no la juzguemos. Dejenla en paz... que sea feliz. Si se cae de nuevo, estaré para levantarla.

—Mejor hermana del mundo. —dijo Bella con una sonrisa. 

Pedimos una pizza, después de eso por un poco de amor propio me fui a la cama, por suerte estaba cansado y me dormí rápidamente.

Llegué por la mañana al hospital solo, en casa los chicos aún estaban en sus habitaciones cuando desayuné y no tenía intenciones de esperarlos.

Entré a nuestra sala para cambiarme, estaba en ropa interior cuando de pronto apareció Lali desde el baño con ropa interior también.

—Buenos días —dije sin mirarla, no quería pasarme de la línea aunque claramente yo ya la conocía bastante bien—. ¿Pasaste la noche acá?

—No —rió poniéndose los pantalones. No dio mayores explicaciones y estaba perfecto, no tenía por qué hacerlo—. ¿Tienes muchos post operatorios? —preguntó cambiando el tema. Muy Mariana Esposito para no ser descubierta—. Espero librarme de eso, porque tengo una reunión con Gastón esta tarde para las últimas instrucciones de mi super responsabilidad.

Aún hay algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora