Aun hay algo 86

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No sé en que momento me pareció buena idea ir al aeropuerto y luego pasarme directo al hospital así de destrozado, traté de ser muy positivo a todo momento porque no quería que Lali me viera mal, tenía muy claro que cualquier cosa que hiciera podía cambiar su importante decisión. Tincho me acompañó a todo momento, me quedé por unos minutos en la sala de descanso y luego salí directo a emergencias para pasar mi tarde ahí.
Tuve dos días complicados donde sufrí mucho de volver a casa y extrañarlos intensamente, no quería joderla demasiado con videollamadas porque estaba tratando de organizar todas sus cosas aprovechando que Brenda la acompañaría por una semana, entonces hablábamos por la noche haciendo un resumen de todo lo que hicimos durante el día.

—Lanzani ¿Que haces acá? Haremos una reparación en dos horas, el paciente debería estar en preparación —dijo Santiago mirándome de brazos cruzados, me puse de pie y tiré a la basura las cosas que había usado para limpiar la herida de mi paciente.— Eres un alumno de cuarto año, no me parece correcto que pierdas el tiempo en esta sala... deja que los más chicos aprendan ¡No es profesional que te escondas acá! Tienes que poner la cabeza en otro lugar...

—No necesito que me presiones, aun me quedan muchas cosas por aprender en la sala de urgencias —dije algo molesto caminando para escribir en la tablet— Tu me enseñaste a no mirar en menos ninguna intervención.

—Porque eras un pendejo muy maleducado, pero ahora estas usando este lugar para esconderte —dijo mirandome.— Peter, tienes dos opciones... pasarte todo este tiempo sufriendo porque están lejos o disfrutar de lo que te queda haciendo cirugías de verdad, si quieres ir a Seattle por un año... Vas a necesitar mucho entrenamiento acá porque allá vas a perder mucho terreno.

—Lo sé, es la quinta vez que me lo dices —agregué molesto.

—¡Estoy preocupado por ti! ¡Eres un buen alumno!

—No estoy en tu servicio —dije mirando la pizarra.— Estoy con Furriel, este es mi lugar Santiago... Lo siento, no voy a poder participar de tu operación.

—¡Furriel! ¿Puedo llevarlo? —el cerró un ojo aceptando regalarme como cualquier cosa, tuve que seguirlo por el pasillo. Me dió una Tablet con todos los antecedentes de nuestra paciente.— Basta de Lanzani triste, deja de arruinar tus años de estudio por Lali —rió y se fué

—¿El cornudo te está jodiendo? —preguntó Bella escribiendo en el computador, obviamente me hizo reir porque ella no era de hacer ese tipo de comentarios.— Que insoportable —miró su reloj y soltó una sonrisa.— Estoy hace veinte minutos esperando que Eugenia aparezca vestida de empresaria, me alegra los días miércoles cuando no tengo demasiados pacientes... —miró al pasillo— Mimi está esperando lo mismo, ya me cae bien... somos casi un trio, nos ayuda mucho con Rufina cuando la necesitamos.

—Que feo, estás utilizando a la admiradora de tu mujer para la crianza de tu hija —levantó los hombros y soltó una sonrisa.—

—¿Lali envió videos del ferry?

—Dice que no sabe porque me parece tan divertido, que simplemente es un buque gigante que se mueve lento —solté una sonrisa— Además que te cagas de frio, bueno... ya sabes como es, hizo un video muy malo desde adentro pero prometió esforzarse un poco más para la próxima. —dejó de escucharme y dibujó una sonrisa, ahora sentía envidia de lo felices que estaban. Eugenia venía caminando con un traje blanco acompañada de un maletín y los labios rojos.

—Buenos días —me abrazó y luego saludó a su mujer.— Diooooos, se me alargó toda la mierda, tuve que leer los papeles que estaba firmando porque la última vez no lo hice y Alice casi me mata, si no fuese por ella ya hubiese quemado todo este lugar. Además, están haciéndole un seguimiento tipo reportaje a mi papá y se comunicaron con la empresa para saber sobre nuestra relación, dijeron que tenían fuentes cercanas a mi que hablaron sobre mi felicidad absoluta ¿Quién cercano a mi puede darles una nota a esos dementes? —fuck ¿Fuí yo? pensé mientras recordaba la paciente que me hizo preguntas sobre ella.— En fin, ustedes en que están.

Aún hay algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora