Aun hay algo 2 - 16

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Me cambié de ropa dos veces porque no me terminaba por convencer nada, mientras tanto escuchaba la risa de Brenda que estaba tirada en mi cama opinando sobre mi nueva cita.

—No entiendo como aun no te acuestas con él, es virgen? —preguntó.

—No creo, no le pregunté —me giré para mirarme el espejo.

—¿Que hacen? ¿No te aburres? De verdad jamás pensé que ibas a estar saliendo con un tipo como Peter, me parece increíble pero ¿Puede ser mas lento?

—No tienes idea de lo bien que me la paso con él, me gustaría que sea un poco menos respetuoso en ese sentido pero para mi es porque maneja una caballerosidad que jamás en tu puta vida vas a ver, porque no dejas de salir con esos indigentes a los que le tienes que pagar todo —solté una carcajada.

—No sabes lo que me divierto con esos indigentes, espero que no te lleve a ver Toy Story que la vi en cartelera —rió.

—Ay que divertida...

No tenía intenciones de apurar nada pero obviamente era un poco extraño que tuviéramos tantas citas que terminaran temprano y me regresara a casa como de quince, de todas formas cuando estaba con él me olvidaba de esas pelotudeces porque siempre buscábamos un tema de conversación divertido, el tiempo volaba con el señor Lanzani.

—¿Auto? —reí cuando salí de casa y lo vi apoyado en uno.

—Eugenia se fué con su mamá a la nieve  y me prestó su auto —rió.

—Que buena amiga es Eugenia —reí y lo besé.— Hola, que lindo estas!! ¿Donde vamos?

—Sorpresa. —respondió.— No te preocupes, te voy a llevar a un lugar lindo pero no tienes que hacer demasiadas preguntas —reí. Me abrió la puerta del auto y subí rápidamente, no me gustaban mucho las sorpresas pero me esforcé por no joderlo. ¡SORPRESA! ¡UN EDIFICIO! — Es acá donde vivo —rió estacionando.— La otra vez me estuviste preguntando y bueno me sentí un poco mal porque nunca te invité, aproveché que Martin se fué a Bostón y Eugenia a la nieve porque son muy molestosos.

—Pero yo amo a Euge, me llevo muy bien con ella, es lo máximo. La otra vez me dijo "Me emociona mucho que te sirvas a mi Roomie, es re bueno y está re bueno" —reí bajando del auto.— Muy cheto todo.

—Pero porque vivo con Eugenia —me abrazó y caminamos al ascensor.— Casi nos tiene por caridad, pagamos muy poco... pero nos salvó de morir de virus hanta porque vivíamos en un edificio que tenía ratas, no nos alcanzaba para nada más. 

Subimos al departamento que estaba tremendo, claramente Eugenia era una niña rica y me alegraba mucho que no fuese de esas personas que no les importaba un carajo la vida de los demás. Peter me había preparado una cena y lo ayudé a poner la mesa, entonces cuando fué momento de sentarse hicimos un brindis.

—No soy un señor abuuuuuurridoooo? —dijo con los ojitos chinos.— Debes estar pensando unas cosas de mi, que no me quiero imaginar. Salud La!! —me dijo con una sonrisa.—

—Si pensara que eres un señor aburrido no estaría sentada acá contigo de ninguna manera —dije con una sonrisa tomando un poco de vino.— Ya te dije que me gusta mucho estar contigo y estoy muy feliz que no vivas con ratas porque me parece que tengo un limite. Deberías ir conociendome, no estamos saliendo desde ayer Lanzani ¡Siempre digo todo lo que pienso!

—Es verdad, eso me da un poco de miedo pero está buenísimo —rió.— Hay algo que me muero por preguntarte pero no quería joderte porque la otra vez hiciste un comentario y dije bueno... no es el momento aún —mierda, Lanzani.— ¿Por qué quieres neuro y no cardio? —¡JODA! Capaz si es virgen.—

Aún hay algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora