Esta era mi tercera y última noche en el hospital , vi por la ventana que el sol estaba saliendo una vez más y Nicolás dormía en la camilla que nos robamos de una sala abandonada. Delfi miraba con atención cada detalle en nuestros pequeños avances.
—Es una avance, destrozamos mínimamente el cerebro —dijo con una sonrisa mirándome— ¡Es un gran logro! ¿Por qué no te hace feliz?
—Porque no es suficiente Delfina, tiene que ser perfecto ¿Que dice la Morgue? ¿Cuando pueden darnos otro cerebro? —dije con una sonrisa.—
—Creo que Nicolás se está prostituyendo para conseguir otro —dijo mirando su celular— Estoy cansada, he dormido muy poco ¿Cuando te vas?
—Esta noche —mirando mi reloj— Fuck, Tengo una hora para dormir antes de que llegue Peter a llenarme de preguntas la puta madre, ok! Vuelvo en diez días y casi no tuve sexo con mi novio —me tomé la cabeza mientras ordenaba mis papeles. Delfina comenzó a reírse.
—¡¡LALI!! ¡¡Peter es mi hermanoooo!! Cuando tu hablas de sexo, condón, pene, etc ¡ESTAS HABLANDO DE MI HERMANO! ¿Puedes tener autocontrol? Estas hablando de un familiar.
—A mi me parece mas horrible aun que hayas querido tener algo con tu hermano —comenzó a reírse nuevamente.— Ok, voy a dormir. Si tenemos un nuevo cerebro despiertame ¿Hay novedades de la japonesa? —negó.— ¡ESTAMOS EN NEW YORK! ¡CÓMO NO VAMOS A PODER CONSEGUIR UNA JAPONESA! Anda al barrio chino y habla con todo el mundo hasta que te digan que son de Japón.
—¿Podemos unir a alguien más en este team? Me estás sobrecargando de trabajo. —negué y me fuí a la sala de descanso.
Sentí que dormí cinco minutos pero en realidad fueron casi dos horas. Me di una ducha y busqué a Peter que traía a mi pequeño Bauti con más energía que nunca repetía "mamá, mamá, mamá" aplaudiendo con todo el ánimo del mundo, era mi persona favorita en la tierra. Después de hacerle un resumen de las cosas que hicimos esta noche el se fué a sus obligaciones y yo me quedé jugando con nuestro hijo, cuando miré la pizarra me di cuenta que Bella estaba junto a la Dra. Cid.
—Hola amiguita, que lindo verte en pizarra nuevamente —dije entrando a la sala de descanso, se estaba cambiando. Me miró con una simple sonrisa, se veía tan cansada— ¿Que tal la noche de Eugenia? ¿Con quién se quedó?
—Con tu hermana —respondió mientras se abrochaba las zapatillas— Me sacó de la casa, dijo que no permitiría que pierda tiempo valioso acá y no quiere que la trate como un bebé, dice que está bien pero anoche vomitó bastante Nicolás me dijo que sería normal los primeros días —asentí algo triste— ¿Te vas hoy? ¿Vuelves antes de la próxima, no?
—Si, totalmente. Tenemos que ser pacientes pero no dormidos, por lo menos no ha perdido lo más importante el ánimo —Bella asintió y se sentó algo derrotada— Anoche me estaba diciendo que ha soñado mucho con su mamá y eso me da mucho miedo —bajó la cabeza y se puso a llorar— No sé que hago acá, no puedo tener la atención en este lugar ¡Es una locura!
—Tienes que poder porque ella te lo pidió —dije con fuerzas, Bauti nos miraba a ambas. Lo puse en el piso y comenzó a caminar por todos lados— Tienes que ser fuerte por Eugenia y por Rufina que te necesitan amiga.
—Lo sé, gracias por venir y preocuparte tanto Lali —me dió un abrazo— De verdad no sé que haríamos sin ti.
—Nada —soltó una carcajada— Bauti, porque no le damos un abrazo a la tia Bella que necesita mucho amor ahora —me miró y vino corriendo a darle un abrazo— ¿Y un besito? No seas egoístas con los besitos —le dió un beso y me miró— Muy bien, que buen chico ¿Extrañas a tu novia Rufina? Hace tiempo no le hago chiste, en un rato la voy a llamar. Que salga todo bien y enfócate en tu cirugía, sé profesional. —me abrazó nuevamente y salió.— ¿Piensas que estuve bien o fuí muy dura?
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Aún hay algo
أدب الهواةDos jóvenes médicos vuelven a reencontrarse en su internado después de años, ambos con un presente muy diferente y un pasado sin superar.