Aun hay algo 2 - 28

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Peter empeoró durante la noche y aun no teníamos ninguna respuesta, no podía irme en contra de los chicos porque estaban haciendo todo lo posible por encontrar una respuesta, obviamente yo me desesperaba rápido y salía a darme vueltas por el hospital para no volverme loca. Me fuí a casa a desayunar con mis hijos como si nada estaba pasando, nuevamente les estaba escondiendo información sobre su padre pero no era el momento para ser sincera, sobre todo por la condición de Peter.

—Mami, hay problemas con uno de tus pacientes? —preguntó Bauti mirando su tostada.— Pareces preocupada.

—Mas o menos —solté una sonrisa.— Voy a estar trabajando duro en el hospital esta semana así que por favor no le den trabajo extra a la niñera o sus abuelos, dale? —asintió y Allegra movía la cabeza de un lado a otro.

—Te dije que es mejor ser artista qué médico —agregó con una sonrisa.— Tienes menos preocupaciones, ya no te puedes cambiar de carrera? ¿Un doctor puede actuar o cantar? —preguntó riendo, ella siempre estaba de buen ánimo.— Anoche el abuelo, Bauti y yo jugamos al uno y gané —Bauti me miró mientras negaba sonriendo. Era muy competitiva como yo y seguramente mi viejo la dejó ganar.

—¿Podemos ir contigo al hospital? —preguntó Bauti.—¿Hasta qué edad podemos estar en la guardería?

—Esta semana no mi amor —respondí mirando mi celular, Eugenia me había escrito un mensaje para llevar a los niños al colegio.— Tengo una semana complicada, pero te prometo que cuando pase me pueden acompañar, aunque... tu tienes obligaciones en el colegio —solté una risa y Allegra se rió.

—Después yo soy la que no quiere ir, Bautista siempre está inventando excusas para no ir al colegio —rió, era tan hermosa.

—Vayan por la mochila, la tía viene por ustedes. —dije, Allegra se fué corriendo pero Bauti se acercó a mi.

—¿Está todo bien? —preguntó, como hacía para darse cuenta de todo?

—Si mi amor —dije con una sonrisa y le di un abrazo.— Anda a buscar tus cosas que ya están un poquito atrasados, dale? —se fué corriendo por su mochila.

Después que Euge se los llevó me tomé una ducha tratando de recargar energías, había dormido solo tres horas y fué porque el cansancio me venció, papá me llevó al hospital nuevamente y cuando entré a la sala Gastón, Bella y Miguel tenían la pizarra llena de información, se estaban rompiendo el lomo de verdad.

—Hola La —me dijo Miguel con una sonrisa, se veían todos tan cansados.— Tenemos algo, Vamos a pabellón ahora para hacer un estudio completo de esa herida, está infectada y comenzó a crecer —agregó suspirando.— Al parecer va por ahí pero tenemos que estar seguros por lo mismo lo llevaremos a pabellón para realizar un estudio completo.

—¿Cuanto tiempo tarda el resultado? —pregunté.

—Son veinticuatro horas pero haremos dos tipos —dijo Bella.— Podemos tener uno en doce horas para comenzar un tratamiento, ya hablé con la gente de laboratorio. Hay cosas que no se pueden apurar —me dijo triste.— Pero ya tenemos un camino, estamos a tiempo.

—Tienes que firmar un papel de consentimiento —agregó Miguel.— Hay riesgos porque está... ya sabes. —entonces miré a Bella.

—Firmalo. —asentí y me abrazó.— Vamos a salir de esto todos juntos como siempre hacemos.

Se lo llevaron a pabellón después de todo, como pasó una mala noche yo estaba muy nerviosa con respecto a esta intervención pero confiaba mucho en Miguel y Bella que estaban haciendo un tremendo trabajo por llegar hasta el final de todo. Me dió muchísima impresión ver la herida, estaba completamente infectada, lograron hacerle una limpieza exitosa y tomaron muestras de ella.

Aún hay algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora