—Esta es tu habitación. Lamento si está un poco desordenada, no tuve mucho tiempo de limpiarla esta mañana —dijo Harry ansioso, perlas de sudor formándose en su frente por subir la pesada maleta por las escaleras.
Niall permanecía con el rostro neutro, mientras sus ojos vacíos viajaban por la habitación, escudriñándola sin expresión alguna. Harry, al verlo, pasó saliva por su garganta nervioso, entonces los ojos de Niall se detuvieron en el par de camas, separadas por nada más que una pequeña mesa auxiliar.
—Oh, eso. No tenemos suficientes habitaciones en la casa, pero no te preocupes, nadie tiene una habitación para sí mismo. Hasta ahora yo era el único —Harry intentó excusar la existencia de dos camas, buscando en Niall algún rastro de disgusto, pero lo único que obtuvo por parte del muchacho fue un severo asentimiento de cabeza— Mi cama es la de la izquierda, supuse que te gustaría dormir junto a la ventana.
Niall se encogió de hombros y se dejó caer sobre la blanda cama, ajustando sus audífonos en sus orejas y bajando su gorro verde hasta cubrir sus ojos. Estaba listo para tomar una larga y merecida siesta.
Tan centrado en sus pensamientos Niall no notó el suspiro decepcionado que abandonó los labios de Harry, ni la manera en la que, con hombros caídos, dejó la habitación, cerrando la puerta gentilmente tras su paso.
Niall finalmente se permitió dormir abrazado por el frío clima de septiembre.
• • •
—Niall, cariño —abriendo lentamente sus ojos azules, Niall observó el techo, iluminado solamente por la amarillenta luz de la lámpara de lectura encendida de la mesa de noche.
Su gorro se había caído después de un ajetreado descansado, rodando sobre la cama de un lado a otro por dos horas. Sus ojos aterrizaron en la delgada ventana, encontrándola completamente ennegrecida por la noche.
—Niall —escuchó una voz cantarina del otro lado de la puerta, tocándola incesantemente—, cielo la cena está lista.
Niall se aclaró la garganta, reacomodando el gorro de nuevo sobre su cabeza, cubriendo su cabello. Se levantó de la cama, tomándose su tiempo, y con ojos irritados y entrecerrados, abrió la puerta, quedándose cegado por un par de segundos ante la brillante luz del pasillo.
Anne estaba de pie frente a él, con una sonrisa casi o más brillante que las luces de afuera, pero Niall pudo ver en sus ojos que estaba nerviosa. Realmente quería agradarle.
Desinteresado, Niall cerró la puerta tras él, pasando junto a Anne sin decir ni una palabra. La mujer parecía desconcertada, pero pronto se acostumbraría a la actitud distante de Niall.
—Espero que te guste el filete de pescado, lo hice especialmente para ti —ella habló a sus espaldas, pero Niall se limitó a seguir caminando, con sus manos dentro de los bolsillos de su sudadera.
Ambos entraron al comedor, una bella habitación con suelo y larga mesa de madera lustrada, con estanterías repletas de libros en cada una de las paredes y un pequeño candelabro colgando en medio de la habitación.
—Antes de comenzar la cena, quiero presentarte al resto de la familia. No tuve oportunidad de hacerlo antes, Harry dijo que estabas cansado por el viaje —Anne se posicionó en la cabeza de la mesa, sujetando el respaldo de la silla de madera—. Mi esposo, Robin. Mi hijo Harry, aunque adivino que a él ya lo has conocido.
Harry le dedicó una sonrisa brillante y encantadora en cuanto los ojos de Niall cayeron sobre él, la cual fue borrada en el instante en que esos mismos ojos pasaron a otra parte.
—Ella es Meredith, pero todos la llamamos Merry, también es la mayor. La pequeña de aquí es Wylla, tiene siete años. Él es Greyson y a su lado está Max.

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foster; ns
FanficNiall, un huérfano de quince años, ha tenido al menos doce familias adoptivas. Reaceo a aceptar un nuevo hogar, Niall se había escapado de todas y cada una de ellas. Entonces, ¿qué lo orilló a quedarse cuando fue colocado en casa de los Twist?