Como si no hubiera sido suficiente con el castigo que le habían puesto en casa, ahora Niall tenía que estar sentado en la oficina del director mientras recibía miradas de odio por todas las direcciones. Los seis estaban ahí, acompañados de un tutor, y Niall se alegraba de que Anne haya sido la que decidió venir en su nombre; ella era mucho más relajada y comprensiva que Robín.
Recordaba perfectamente cómo, al llegar a casa la noche del viernes, Anne intentaba calmar la respiración errática de su esposo mientras él miraba con expresión pétrea a Niall. Robín quiso sacarle información a Niall a base de reprimendas, pero no pudo lograrlo, mientras que Anne parecía morirse de la angustia en el fondo del salón.
—Estás castigado —le había dicho—, sin salir por dos semanas, no celular y ayudarás lavando la vasija de la cena todas las noches.
Niall no le tomó mucha importancia a sus palabras, había recibido castigos peores, mucho peores. Aun así, seguía intentando descubrir que sería de él sin su móvil o sus audífonos.
—¿No crees que estás siendo un poco duro? —había interferido Anne— él dijo que no había hecho nada.
—Eso dicen todos los chicos, Anne, no hay que creer todo lo que sale de sus bocas.
—Pero el director dijo que aún iba a investigar.
—Pues hasta que el directo pruebe su inocencia, estará castigado.
Anne no tuvo más cosas que alegar ante eso, Robín, con firmeza y la última palabra en la boca, se dirigió a la cocina. Su semblante era estricto, y el recuerdo de esa noche le hizo estar agradecido con Anne por ofrecerse a acompañarlo, en lugar de Robín.
—Entonces —dijo el director—, hablé con todos en privado y he llegado a una conclusión.
Todos discreta e inconscientemente se hicieron hacia adelante sobre sus asientos, los padres que hasta el momento se habían mantenido al margen, escuchaban con atención.
—Ustedes cinco —. Señaló al grupo de Malik—, están suspendidos por la siguientes dos semanas.
—¡Pero son las semanas de exámenes! —exclamó Marsh— ¡¿Está loco?!
—¡Derramaron pintura sobre dos de mis estudiantes! Ustedes son los locos. Suspendidos, dos semanas y sin excepción. Ya han hecho esto por tres años seguidos, pero esta vez fueron muy lejos. Si quieren graduarse a finales de julio, tendrán que asistir a recuperación durante vacaciones.
—¡¿Qué hay de él?! —Derek señaló a Niall sin discreción— ¡Él derramó el balde!
—Accidentalmente. Las historias de Josephine y Zayn coinciden, sin embargo, señor Horan, usted seguirá asistiendo a detención todos los días por una semana, por no decirme lo del ponche adulterado.
—Debe estar bromeando, eso es injusto. ¿Por qué mi hijo debe ser suspendido dos semanas mientras que el chico que derramó la pintura solo asiste una semana a detención? —una mujer de alto porte, con traje perfectamente planchado y todas las pintas de ejecutiva, puso sus manos con perfecta manicura sobre los hombros de Derek.
—Porque su hijo fue el cerebro de esta operación, y Horan solo trataba de detenerlos. Si tiene alguna queja, tendrá que venir otro día para discutirlo en privado, pero mientras tanto, esas serán las sentencias. Ahora, si me disculpan.
Acomodando el armazón de sus lentes sobre su nariz, el director McCowan se levantó con papeles en mano y caminó en dirección a la puerta, abriéndola para dejar que los padres salieran primero.
Niall se mantuvo en silencio sobre su lugar mientras recibía miradas de desprecio durante la hora y media que estuvieron reunidos. No le importaba delatar a nadie, solo quería salvarse el pellejo; después de todo, las personas en esa habitación no eran sus amigos y no habían hecho más que meterlo en problemas en casa.
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foster; ns
Fiksi PenggemarNiall, un huérfano de quince años, ha tenido al menos doce familias adoptivas. Reaceo a aceptar un nuevo hogar, Niall se había escapado de todas y cada una de ellas. Entonces, ¿qué lo orilló a quedarse cuando fue colocado en casa de los Twist?