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La alarma de Harry lo despertó ese día a las 6:00 AM, era su primer día de clases y Niall no podía encontrarse más que indiferente en el asunto, a diferencia de Harry, quien parecía demasiado contento y animado como para ser normal.

Niall descubrió esa mañana, que Harry hablaba demasiado, tanto que rozaba lo irritante, pero prefirió no mostrar su molestia mientras tendía su cama. Se sentía extraño y bastante incómodo. Se ajustó el gorro y pensó que tal vez ya era hora de lavar su cabello, pues comenzaba a ponerse tieso como el alambre.

Entonces así lo hizo, lavó su cabello esa mañana, antes de envolverlo con una toalla pequeña y salir hacia el comedor con una camiseta gris plana, mojada alrededor del cuello, y unos pantalones vaqueros sin más. El resto ya estaba tomando el desayuno, al parecer no se habían molestado en esperarlo.

—¿Estás emocionado, cariño? —preguntó Anne en cuanto Niall se sentó a su lado, a lo que el chico se encogió de hombros— Será mejor que comas rápido, queremos llegar temprano para que puedas pasar a la oficina por tus horarios.

Comer rápido nunca fue un problema para Nial Horan. Había acabado incluso antes que todos los demás, a pesar de haber sido el último en unirse a la mesa.

Reemplazó la toalla de su cabeza con un gorro de lana azul. De los pocos que tenía, el azul era su favorito, una vez le habían dicho que hacía resaltar sus ojos.

Siguió a Merry por las escaleras, quien aún se encontraba cepillando su cabello húmedo apresuradamente.

—Bien, ya saben cómo es esto. Niall, cariño, aquí es dónde nos dividimos —dijo Anne, envolviéndose una bufanda en el cuello—Robín y yo llevaremos a Greyson y a Wylla a la primaria, tú irás con Harry, Merry y Max a la escuela, ¿entendido?

Niall asintió.

—Bien, andando.

Metiendo las manos en su abrigo y subiéndole el volumen a su música, Niall siguió desde atrás a la familia. Todos hablaban entre ellos, tan fuerte que incluso lograba escuchar el rumor de sus voces a través de la música. Rezagado, los vio sonreír y empujarse entre ellos, hasta que las puertas del garaje se abrieron, revelando detrás una van amplia de color borgoña.

—Ese es mi auto —dijo Harry frente a él, señalando un viejo Caribe rojo estacionado en la calle, justo frente al garaje—, puedes sentarte en el asiento del copiloto si quieres.

Niall abrió la boca para rechazar la oferta, pero Merry se le adelantó.

—Ni hablar, ese asiento es mío.

—No seas egoísta, déjalo ir adelante.

—Dejándole el asiento delantero no lo vas a impresionar, Romeo —molestó Merry, entonces el rostro de Harry se enrojeció, echándole una mirada a Niall solo para asegurarse de que estuviera escuchando música en vez de la vergonzosa conversación con su hermana.

—¿Puedes callarte?

—Solo si me dejas el asiento delantero.

—Madura, se supone que eres la mayor. Es su primer día, solo por hoy.

Merry puso los ojos en blanco y suspiro.

—Bien, como quieras.

Niall escuchó todo en silencio, fingiendo que ignoraba la pequeña discusión entre ambos hermanos. Él definitivamente no quería el asiento delantero, eso le daría pie a Harry a iniciar una conversación con él. Solo quería paz y tranquilidad para escuchar su música.

Se adelantó al asiento trasero, tirando de la manija mientras Merry lo miraba extrañada. Notando su confusión, Niall señaló el asiento delantero con su cabeza, haciéndole entender que ella podía tenerlo. Una sonrisa iluminó su rostro.

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