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Afortunadamente, la primera mitad del día Niall había logrado evadir tener interacciones sociales. Historia fue fácil y aburrida, solo tuvo que permanecer sentado mientras escuchaba a su profesor parlotear. Se aseguró de sentarse adelante, a nadie le gustaba sentarse adelante, por lo que tuvo la fortuna de decir que se encontró completamente solo las primeras horas.

Todo iba de maravilla para Niall, solo eran él y su música, sin nadie más que lo molestase, hasta que el almuerzo llegó.

Niall había decidido saltarse la comida y simplemente dirigirse al comedor para matar el tiempo. Entró con los auriculares escondidos debajo de su gorro para evitar el irritante bullicio de la cafetería, encontrándose con lo que ya se esperaba, había sucedido de la misma manera en todas sus secundarias anteriores. Todos divididos en jerarquías notorias, en donde la punta de la pirámide se encontraba en la mesa más grande, riendo y siendo ruidosos como siempre. No se sorprendió de ver a Harry entre ellos, desde que dio el primer paso en la escuela se había dado cuenta de que era un chico bastante popular. Niall quería evitar eso a toda costa.

Mientras caminaba pegado a la pared, intentando pasar desapercibido, vio por el rabillo del ojo a Max, sentado en una de las mesas del fondo explicando efusivamente algo mientras el resto de la mesa lo escuchaba con atención. En otro lugar se encontraba Merry, rodeada de chicas quienes cuchicheaban a su alrededor, y en cuanto ella atrapó su mirada en su dirección, le dedicó una sonrisa pequeña, antes de regresar a su conversación con el resto de sus amigas. Niall agradeció que no lo haya saludado, eso seguramente daría pie a una conversación.

Finalmente, Niall pasó junto a la enorme mesa de estudiantes escandalosos, parecían ser los más grandes de la escuela, por lo que rápidamente subió la capucha de su sudadera, intentando mezclarse sin ser notado. Pero entonces, se detuvo en seco al escuchar su nombre ser llamado.

—¡Niall! —definitivamente era la voz de Harry resonando a sus espaldas. Probablemente ahora tenía los ojos de todos sus amigos sobre él— ¡Hey, Niall!

Y Niall hizo lo mejor que sabía hacer. Pretendió no haber escuchado nada.

Escudado bajo sus auriculares, continuó caminando, rogando porque Harry simplemente se rindiera y no siguiera insistiendo. Si la oferta de comer con él en el almuerzo parecía muy poco atractiva desde el comienzo, ahora que había visto su grupo ridículamente grande hacer escándalo por el comedor, se había convertido en un rotundo no.

Casi lograba su escape perfecto cuando de repente, sintió unos alargados dedos envolverle el brazo, sacándole la mano del bolsillo de su sudadera. Entonces se giró abruptamente, soltándose del agarre de un tirón, solo para encontrarse con Harry, con la sonrisa desapareciendo lentamente de su rostro.

—Hey, estaba llamándote, pero creo que no me escuchaste —dijo, señalando sus audífonos. Niall se encogió de hombros—. Quería saber si no querías almorzar conmigo y con mis amigos, son graciosos, te agradarán.

Sobre el hombro de Harry, se topó con los ojos grises de la misma chica que lo había interceptado esa misma mañana. Los miraba a ambos con curiosidad y un sentimiento que Niall no supo descifrar, pero estaba seguro de que no era uno bonito.

Sí, no lo creo. Pensó Niall, sin embargo, guardó silencio, no quería sonar grosero a pesar de la creciente irritación burbujeando en su cuerpo.

Le dedicó una sonrisa desdentada mientras negaba con la cabeza, por primera vez, mostrándole una expresión que no fuera indiferencia.

—Oh —dijo, ahora con su rostro caído—, bueno, está bien, supongo que te veré en ingles.

Niall asintió, aún con la misma sonrisa rígida e incómoda en el rostro, antes de darse la vuelta, dirigiéndose hasta una mesa vacía en el fondo de la habitación.

foster; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora