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—Miley, es la elegida —dijo Zayn, arrojando su mochila sobre el mesón mientras tomaba asiento junto a Niall—. La invitaré al baile de invierno.

—¿Quién es Miley? —Niall, que no había dejado de contornear el intento de nariz que se esforzaba por recrear en su cuadernillo, cuestionó sin ánimos.

Tenía cero curiosidades por enterarse de quien era la mentada Miley, pero por las casi tres semanas que llevaba conociendo a Zayn Malik, sabía que no podía simplemente escabullirse de tener conversaciones con él.

—Así funciona la amistad, tenemos que comunicarnos —había dicho Malik en un intento de hacerlo hablar.

Niall no le seguía la conversación por el bien de la amistad, sino porque sabía lo insoportable que Zayn podía ponerse si Niall lo ignoraba.

—Solo el primor más grande de la escuela. Miley Stevens. Ultimo año, y también mi cita para el baile.

—¿Y ella lo sabe?

—¿Perdona?

—Que será tu cita —reiteró Niall, comenzando a pensar que su nariz era ya una pérdida de tiempo. Estaba arruinada.

—Pronto lo sabrá. De todas maneras, ¿con quién irás tú? —Niall se encogió de hombros. Realmente no tenía intenciones de ir— ¿no has pensado en nadie que quieras invitar?

—Jo me invitó.

Zayn casi se atraganta con su propia saliva, mientras se inclinaba hacia adelante solo para ver a Niall con sus ojos ámbar bien abiertos.

—¿Josephine? ¿Por qué te invitaría a ti?

Niall se encogió de hombros nuevamente.

—Dijo que todos ustedes ya tenían acompañante. Además, le gusta que sea callado.

—Le dijiste que no, ¿verdad? —Niall asintió—Que bueno, Josephine está loca, le gusta causar estragos a cada baile al que va, y este es su último, estoy seguro de que querrá despedirse en grande; no querrás estar cerca de ella esa noche.

—No iré.

—¿Y eso por qué? Es patético pero divertido; adulteramos el ponche y nos vamos a fumar debajo de las gradas. La música es tan fuerte que podemos escucharla hasta las canchas.

—No quiero.

Zayn no insistió después de eso, ni tenía intenciones de hacerlo. Niall se molestaba fácilmente, y no quería irritarlo por un tema tan absurdo como un patético baile de invierno, ya habrían más por delante para él.

Se reclinó sobre su silla, subiendo los pies sobre el mesón. Niall ni siquiera le dio una mirada, demasiado concentrado en su bosquejo como para importarle lo que Zayn estuviese haciendo; a veces Malik admiraba la intensidad con a que Niall podía centrarse en una cosa y aislar el mundo que lo rodeaba, algo que él nunca podría hacer.

—¡Malik! ¡Pies fuera de la mesa! —exclamó la profesora Monroe. Zayn le envió un guiño que la hizo gruñir, pero finalmente bajó los pies de la mesa.

• • •

Niall llegó ese viernes por la tarde a casa sin la compañía de Merry, al parecer estaba en el cine con sus amigas y no regresarían a casa hasta muy noche, cuando todos estuviesen durmiendo. Era su cumpleaños dieciocho después de todo, y Anne había accedido a darle un poco más de libertad. Niall no podía quejarse, la casa estaba más silenciosa sin ella, o eso creyó, cuando después de la cena, todos vieron una película reunidos en la sala de estar, acurrucados entre mantas, sentados en el suelo alfombrado sobre cojines demasiado inmersos en la televisión que ni siquiera notaron que Niall tenía sus auriculares conectados.